¿AMOR?6️⃣9️⃣❤️6IX9INE × ANNIE❤️6️⃣9️⃣

IX

LYSSA

Recibí una llamada del hospital diciendome que Annie había recibido un disparo en el pecho, por un momento pensé en Daniel, pero no podía ser ya que también me dijeron que el estaba golpeado y se encontraba en estado de shock...pues resulta que querían atracar a Daniel en su casa pero la cosa se salió de control.

Llamé a la madre de Annie, se que están peleadas y encima ella me dijo que no se hablaban pero por Dios esto es urgente.

Le conté todo lo sucedido mientras me dirigía al hospital, me dijo que no tardaría en llegar que no le dijera a Annie que ella venia, acepté.

–Disculpe,¿La habitación de Annie García?–pregunte a la recepcionista.

–Emm–rebusco en las ojas de su escritorio–Si claro–saco un papel de él montón–su habitación es la 33.

–Gracias– subí las escaleras y ya me encontraba en frente de la habitación 33.

Toqué y entre.

Había un doctor apuntado cosas en su libreta, baje la mirada asta llegar en donde estaba mi mejor amiga y allí la vi...con los ojos cerrados, parecía que estuviera dormida.

–¿Es usted familia de Annie?–me pregunto el doctor.

–Si–menti, tenía una buena razón para hacerlo.

–Bueno no me voy a dar con rodeos, Annie está muy grave y tiene más posibilidades de morir que de vivir, lo siento–los médicos y lo directos que son los desgraciados.

–¿Pero no hay alguna manera de salvarla?–ya no aguantaba más y me derrumbe como niña pequeña.

–Lo siento, esto es una lucha que ella debe ganar sola–y se fue.

Me senté en la silla que estaba al lado de la camilla, le di la mano a Annie y ahy me quedé...no pensaba irme de este lugar asta que ella despertara.

(...)

N.OBNISCIENTE

Daniel se encontraba en la habitación 34, continua a la de Annie.

Ya se encontraba mejor de los golpes, una enfermera estaba examinandolo, para ver si había avanzado. Cuando de repente de un momento a otro volvió en si.

–¡Carajos!–grito–Annie...¿Dónde está?–se empezó a levantar de la camilla donde estaba.

–Tranquilizese señor Hernandez, ella está en la habitación 33, al lado de esta–dijo una de las enfermeras que intento tumbarlo de nuevo.

–Sueltame–se safo del agarre y salió al pasillo del hospital, miró las habitaciones que tenía al rededor asta que la vio, la 33.

Entro sin tocar.