↠WRESTLING AND GIRLS↞

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Me giré y pude observar a la persona que había visto un minuto atrás, con la cara semi cubierta por la larga cabellera. Miraba al suelo, y por un momento pensé que sus hombros respingaban por que estaba llorando. Tardé 3 segundos llenos de confusión en darme cuenta de que no sollozaba; se estaba riendo.

¿Conocen ese tipo de risa que te da cuando pasa algo gracioso en un momento y lugar inesperado? Esa clase de carcajada que no se detiene por más que luches, aquella que se oye desde lejos. Pues agréguenle un toque psicótico y tenebroso, y así podrán hacerse una idea de como la persona de la cicatriz en la comisura de los labios se reía.

Alzó la vista sin frenar a su alegría espontanea, y miró fijamente a Masky. Si bien mi tutor usaba una máscara, supuse que estaba molesto; sus puños estaban presionados con fuerza.

Pronto me di cuenta de que mi hipótesis era cierta, pues Masky me dio un empujón para quitarme del camino, y procedió a acercarse a la persona.

"Debe ser un chico", pensé. El tono de su risa me dio razones para creerlo.

Mi maestro asentó un puñetazo justo en la mandíbula del chico de cabello largo, quien se recuperó rápido y se lo devolvió con una furia palpable. Comenzaron a luchar sin dar evidencia de un termino próximo.

Yo no me podía mover. Estaba acostumbrado a las escenas de violencia a golpes, pero verlas me traía recuerdos que me hacían sentir cosas que no podría explicar.

Fuí hacía el pórtico y recogí las píldoras. Dejé el pequeño frasco junto al marco de la puerta y entré, escapando como todo un cobarde de la situación.

A veces no entiendo como diablos había logrado matar a alguien y quemar una maldita calle entera.

Subí las escaleras con desasosiego, y no paré de caminar nerviosamente al interior de mi habitación al llegar. Entré al baño y mojé mi rostro con muchisima agua, mientras respiraba pesadamente. Sabía lo que me estaba pasando, lo comprendía, pero las voces no lo facilitaban en lo más mínimo.

Dí un respingo al oír la puerta del cuarto abrirse de golpe. Un sonido chirriante se introdujo en el centro de mi conciencia, y me permitió reconocer de inmediato quien me aturdía tan de golpe. Caí con una rodilla al piso por el dolor, con las manos presionadas sobre mis orejas.

-"Mañana saldrás al bosque con delegados que asignaré segun sus habilidades, y no desobedeceras ninguna orden que den, incluso si implican daños físicos y/o psicologicos. Es el precio por ser un proxy, y no está abierto a negociaciones."- Sonó, en una especie de universo entre mi mente y la realidad, con eco excesivo.

Asentí como pude, y el ser solo desapareció de allí, dejandome con el deseo de clavarme unas tijeras en los oídos, aturdido a más no poder y con cero ansías de despertar al día siguiente.

...

Al amanecer de un nuevo día, me levanté rogándole, a lo que sea que la gente le ruegue, que Masky no tuviera nada que enseñarme hoy. ¿Recibiría algún castigo de parte por el choque de ayer, o él tendría cosas muchísimo más importantes en que pensar? Esperé que fuera la segunda.

Espere en mi habitación, mirando por la ventana hacia el frente de la casa hasta que oí que la puerta se habría. Empecé a pensar que debería acostumbrarme a eso de no tener privacidad alguna, y me pregunté si eso me propondría problemas en el futuro.

Quien entró era una chica cuyo rostro era bastante parecido al tipo que había visto ayer junto a la casa. Sus mejillas surcadas por grandes marcas, no me dejaban saber su expresión, pero sus ojos me hacían pensar que estaba decidida a sacarme de ahí para algo no precisamente agradable. Usaba ropa algo extraña, con rayas y color violeta, complementado por un mechón descolorido del mismo tono en su cabello.

Me le quedé viendo, y ella parecía hasta aburrida. Daba pequeños golpes en el suelo con el pie izquierdo, mientras observaba sus uñas con aire impaciente. Ella tenía una cuchilla en las manos, que se veía bastante vieja y maltratada, por no mencionar sucia.

De pronto dejó su posición a una velocidad impresionante, y se acomodó para luego lanzarme el arma con la hoja apuntando directo a mi hombro derecho.

Yo solía tener buenos reflejos, pero eso fue muy veloz como para esquivarlo, así que la fina placa de metal se me incrusto en el cuerpo. La expresión de la chica pasó de victoriosa, a confusión absoluta. Claramente yo no había gritado ni hecho algún gesto, no me había inmutado si quiera. Ella lo desconocía, pero para mi el dolor no fue jamás un problema.

El silencio era estresante ¿Acaso en esta casa estaba prohibido decir más de 20 palabras diarias?

Giré mi cuello en dirección a la herida, y levanté la mano contraria para quitármelo. Y así lo hice, con fuerza y tirando de el hacia adelante, pero noté que en realidad no estaba muy profundo.

Frente a mi, la chica miraba sin expresión a mi brazo, y luego a mi, una y otra vez. Luego solo se giró haciéndome un gesto con la mano, indicando que la siguiera. Bajamos las escaleras, y me condujo a una sala que no había visto nunca. Parecía una enfermería, solo que excesivamente abastecida y algo sucia. Salimos de aquella alcoba y ella me tendió un rollo de blancas vendas, así que como no soy ningún idiota, me intente cubrir lo mejor posible la herida, mientras continuaba siguiendo a la joven. Al hacer una curva, ya fuera de la casa, mi guía se acercó a otra chica que parecía estar esperándola.

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Ya estááááá, por fin.

Superado (por ahora) el bloqueo creativo.

- Walker🐾

Love Hurts (Or Kill). - ♣️♥️TicciMask♠️♦️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora