↠ MASSACRE OF A REBEL.↞

545 59 27
                                    

El entrenamiento con Natalie fue de lo más normal. Bueno, normal si es que se puede considerar empalar aves con navajas como tal.

Al llegar a las puertas de la cabaña, ella pasó frente a mi y subió las escaleras con las manos en los bolsillos y sin decir palabra alguna. Estaba a punto de comenzar a subir igualmente cuando, al pasar junto a una puerta cerrada, una mano me sujetó con agilidad y me introdujo rápidamente en la habitación.

¿Es que acaso en esta casa no se podían pasar 5 minutos sin drama o misterio?

- Hola...- Dijo Masky, mientras quitaba su máscara y me besaba con fuerza como si fuera lo más natural y esperado del mundo.

Okay, definitivamente la respuesta a mi pregunta anterior era "no".

- ¿Qué diablos te pasa?- Le pregunté, a la vez que lo trataba de empujar hacia la lejanía.

- ¿Tú que crees?- Contestó, con simplicidad. Vi como un sello lujurioso daba una brillante terminación a sus ojos azules.

Lo empuje con mas fuerza, y pareció molesto y confundido.

Salí de la habitación sin pensármelo dos veces, con el ego un poco acomplejado por sentirme como una persona demasiado fácil.

Al entrar a mi recámara solo me lancé sobre la cama con ganas de dormir un rato. No pude, gracias a la grave persistencia de los pensamientos acerca del accidente que trágicamente desencadenó lo que soy a día de hoy.

¿Haz oído hablar de dolor fantasma? Es, básicamente, la horrible sensación de sentir que algo que no tienes ya, duele peor que cuando si lo tenías. Solía padecerlo con frecuencia.

De un segundo a otro me invadió una furia enorme, un enojo que me hizo querer arrancarle a alguien las uñas con unas pinzas y quemar casas de algún suburbio tranquilo. Salte casi hipnotizado por la sucia ventana de la habitación, cayendo estrepitosamente en el suelo.
"Me hice daño", pensé, pero como no dolía en ese momento la euforia me quitó las ganas de ver si era grave.

Corrí sin destino por el bosque, esquivando troncos y ramas con toda la agilidad que pude. Cerraba los ojos a momentos, recordando con molestia las veces que las personas me habían hecho daño, y me había dolido de verdad.

Divisé a la lejanía una pequeña población de casas que lucían endebles y tenían preciosos jardines floreados. Con el hacha que tome de uno de los cobertizos, corte cuántas pude en unos segundos.

Arremetí contra una puerta de madera con toda la fuerza que el enojo me entregó, me adentré en la casa con el arma encajada en las manos, y apenas vi a un hombre de unos 40 años no dude ni un segundo en separar su cabeza de su cuerpo de un hachazo.
La sangre me saltó encima, dándole un sádico toque a mi fachada, y también ensuciando bruscamente toda la habitación.

Un traqueteo sonó por las escaleras, mostrando luego a tres niños y una mujer con los ojos vidriosos y las manos temblorosas. La piedad que no existía en mi brilló por su ausencia mientras destrozaba los cuerpos y los transformaba en una simple y sangrienta pila de carne y color rojo. Los gritos que habían soltado con su último aliento resonaron en mi mente, a la vez que comenzaban a atraer a oleadas a los vecinos de la familia cuya sangre decoraba ahora su sala de estar, su zaguán y mi cuerpo entero.

Corrí sobre el resbaloso piso hacía el fondo de la casa, y encajé mi hacha en una de las paredes unas cuantas veces para abrirme paso entre la madera. Las personas ya entraban al hogar y se arremolinaban aterrorizados junto a mi hermosa obra. Me fui silenciosamente entre los árboles hasta divisar zonas conocidas, sin embargo, la noche me dio antes de llegar a la sucia cabaña. Trepé un árbol como tantas veces lo había hecho junto a Lyra, y caí rendido sobre algunas ramas firmes.

Cuando desperté, con la furia ya sosegada dentro de mi, decidí mirar mis piernas. Supuse que el salto que di desde el segundo piso me habría dejado secuelas, y efectivamente; enormes moretones se extendían por mis extremidades inferiores, decoradas también con manchas rojas y oscuras de sangre ajena.

Sin importarme, me bajé del árbol de un brinco más, y emprendí mi camino hacia el lugar donde ahora vivía.

Cuando puse mis pies sobre el pórtico deshecho de la casa, oí una perturbadora voz que siempre me ponía los pelos de punta.

- ¿De cacería, Rogers?- Dijo Jeff, sacudiendo su quemada melena de lado a lado.

No respondí, y me alejé puertas adentro dejando afuera su terrible risa. Pasé a la cocina, donde un muy exasperado dúo parecía esperarme.

- ¿¡Dónde demonios estabas!?- Gritó alterado Masky, mientras me apuntaba con un amenazador dedo índice.

- No es asunto tuyo.- Solté con claro desdén en las palabras. No permitiré que crea que el, o alguien más puede meterse conmigo, en cualquiera de los sentidos.

Mis ojos se frenaron en la cubierta cara de Hoodie. Tenía los codos apoyados en la mesa, y se sostenía la cabeza con las manos. Parecía estresado... Más de lo habitual.

- ¿Sabes lo que hiciste?- Dijo sin moverse.- Tú, grandísimo imbécil, pusiste no solo tu propia vida en riesgo, si no también, y más que nada, la nuestra. 

Lo observé a través de mis googles, atónito.

- Si El Operador se enterara de que estuviste una noche completa afuera, y que ádemas.- Hizo una corta pausa a la vez que daba un estrepitoso golpe a la mesa.- Asesinaste sin consentimiento y sin coartada a una familia entera. La policia busca huellas que hayan en la cercanía y si te hayan, si hundes el barco, todos nos hundiremos contigo.- Acabó.

Yo solo podía mantenerme de pie procesando sus palabras.

Tenía razón.

Masky me indicó con un nauseabundo y colérico tono que me fuera arriba ahora, y yo simplemente me sentí como un niño castigado por comer dulces sin permiso.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Walker🐾

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 28, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Love Hurts (Or Kill). - ♣️♥️TicciMask♠️♦️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora