Bendito Casanova «ls»

Canto 12.

MARATONI, 2/2 

¿OS GUSTA? 

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Canto 12.

"Julieta. Respira"

Harry tenía los dedos de su mano enredados en el cabello del más bajo acercándole de manera sobre natural hacia su propia boca. Sus ojos estaban cerrados, no era una costumbre muy normal de parte suya cuando se besaba con las personas, pero esta vez lo ameritaba, estaba disfrutando tanto.

Louis estaba sin moverse, estaba estático, no quería corresponder, una parte de él le decía que debía salir de allí, pero su cuerpo estaba traicionándole de una manera cruel e insufrible, se permitió entre abrir sus labios un poco para alcanzar un poco de aire, lo necesitaba pero fue la oportunidad perfecta para que el ojiverde terminara de introducir su lengua ladina dentro de él.

La escena podía ser tajada como perversa y con cierto grado de morbosidad. Allí dos personas, hombres besándose dentro del templo a la vista de la virgen de rosa y la cruz. Pero el fuego que estaba dentro de ellos no hizo más que aumentar ante la presión social.

Se estaban comiendo la boca entonces.

Louis aflojó, ¿Qué más podía hacer al sentir tanto? Ni siquiera él sabía que se podía sentir tanto en un solo beso, sus pequeñas manos temblaron y se acunaron en el pecho del más alto. Chico malo, chico malo estaba haciéndole putamente volar. Harry no podía hacer más que buscar más y más de esos labios, su lengua confidente no hacía más que juguetear dentro de esa boca oponente, su mano que atraía la nuca del novicio se traslado sensualmente por el cuello y cuerpo del más bajo amarrándole por completo por la cintura.

Harry abrió uno de sus ojos para divisar una pequeña salita que existía cerca de la entrada. Seguían besándose apasionadamente mientras el ojiverde inducía al novicio a caminar en reversa.

Cuanto calor hacía.

Llegaron hasta aquella pequeña salita, era el lugar en donde guardaban las cosas y elementos que se ocupaban dentro de la misa, pero ni aún con aquellos objetos santos dejaron de saborearse. Casanova estaba perdiendo los estribos con aquellas caricias, la lengua del más bajo ya tenía vida propia sobre él.

Lo arrimó contra la puerta de madera haciéndole soltar una exhalación. Sus grandes manos acunaron los muslos del más bajo alzándolo para estrecharlo aún más –como si incluso eso fuera posible-.

El ojizafiro traslado sus manos sobre los cabellos rebeldes del chico malo acercándole más. Su cabeza daba vueltas y podía sentir el embriagador olor corporal del más alto, se sentía nada, se sentía pequeño y dominado. Tembló ante la sensación idílica que le embarcaba.

Se estaba besando entonces con un hombre.

Siendo él un novicio.

Oh por dios.

Louis abrió sus ojos de golpe y vio a Harry quién mantenía una mueca de placer mientras se mecía sobre su cuerpo. Le sentía completo, aún con ropa, le sentía perfecto.

— ¡Suéltame! –Exclamó, mientras con sus manos empujaba el cuerpo del ojiverde haciéndole tambalear por la sorpresa. Louis dejó caer sus pies sobre el suelo mirando con ojos desorbitados en dirección al más alto- ¡Tú! –Escupía apuntando nerviosamente a la figura que tenía enfrente-