Como dios creador debo aprender a mantener una postura neutral, tanto en mis creaciones como en lo que siento por ellas. Me he esforzado por no tener un favoritismo entre las 6 razas, aun a si, está claro que tengo un leve interés sobresaliente por los humanos, mi raza predilecta.
A pesar de lo dicho, mi interés en sus actividades se desvaneció rápidamente, esto se debe a su bajo avance tecnológico y falta de capacidades de combate. Me pregunto si abre fallado en equilibrar sus características...tan pronto como se creen los dioses inferiores, quizás estas dificultades sean contrarrestadas.
Fue debido a la poca información obtenida por los humanos que decidimos ir con su contraparte, los demonios. Si bien tienen algunas características especiales que difieren entre ellos, sus parámetros y comportamiento son los más semejantes entre las razas. Fue así que decidimos observarlos.
Tal parece que los demonios tienen la ventaja en cuanto conocimiento general. Si bien no tienen un don sobresaliente sobre recolección de materias primas o artesanía, han sabido aprovechar el único privilegio que les otorgue sobre las otras razas, el cual consiste en una disminución de agresividad considerable sobre la fauna, incluyendo algunos modelos avanzados. Han utilizado este método para convertirse en exploradores, viajeros que avanzan enormes distancias recolectando materiales, información e intercambiado recursos entre diferentes ciudades, esto les ha dado una comprensión más detallada que las diferentes razas repartidas alrededor del mundo, sin lugar a dudas el observarlos ha sido una gran fuente de información para mí y Priscilla.
Priscilla -Maestro, observe esto-. Me pidió, levantando lo que parecía ser un bloque de arcilla.
Actualmente nos encontrábamos en la oficina de uno de los demonios de alto rango, si bien no podíamos interactuar de forma directa con la fauna del planeta, mientras no hubiera testigos, podíamos interactuar levemente con estructuras u objetos inanimados. Esto nos permitía apreciar mejor el entorno.
El bloque de arcilla que Priscilla me dio fue elaborado por los enanos, podria ser utilizado para escribir o dibujar, aunque la escritura era primitiva y aun debía desarrollarse.
Tatsui -Un mapa....es increíble, los demonios están haciendo un mapa-. No pude contener mi sorpresa. Hasta ahora el mundo entero era peligroso, pues no había caminos ni forma de orientarse, esto había llevado al lento avance tecnológico de las diferentes razas. -Si los demonios pueden vagar sin temor a ser atacados, estos mapas podrían completarse fácilmente-.
Los bloques de arcilla pesaban bastante y solo era posible el dibujar en ellos durante su elaboracion, cada uno de ellos debia ser colocado uno al lado del otro, creando un enorme mapa como si fuera un rompecabezas, teniendo un numero en la parte superior que permitia saber donde ubicar cada uno.
Realmente estoy sorprendido, la contribución de los demonios está siendo de gran ayuda para todos, desde proveer información sobre animales a los hombres bestia, plantas medicinales a los elfos, ubicaciones de minas a enanos y semillas de vegetales silvestres a los humanos, han contribuido a una expansión.
A pesar de diseñarlos como seres temibles pero elegantes, en su actual situación parecieran ser más ángeles que demonios, siendo un pilar en cuanto al avance de las razas, estoy muy orgulloso de ellos.
Priscilla -Maestro, dos personas están viniendo-. Señalo Priscilla mientras retiraba el mapa en mis manos, con lo cual procedió a dejarlo en su lugar.
Pasado el tiempo dos individuos entraron a la oficina, el primero fue su propietario, un demonio de edad madura con rasgos y características bastantes elegantes pero expresión fría y malévola, en cambio, la otra persona parecía ser bastante joven, con débiles músculos, falta de experiencia y levemente agitado.
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Encargado de otro mundo.
FantasyMás alla de la vida y la muerte, donde se origina el fin, hay seres cuyo propósito escapa de ellos, guiando las acciones de otros para cumplir con un objetivo que ellos mismos han fijado, pero no elegido. Ahora el, un humano con la desdicha de morir...