la puerta

19 1 0
                                    

el susurro caminante de la casa

ya es una realidad que los sueños realza,

no es un monstruo ni un cadáver.

No se si estuvo vivo o que es lo que hace,

no sé si tengo miedo o amo esta sensación,

de perderme en sus señales hasta sentir dolor. 


Lo asumo esto es real, quizás no real en el sentido de que sea tangible, pero es real en el concepto de que mi mente lo ve, mi cuerpo lo siente, para mi es real de alguna manera , sé que me mira todos los días desde que vi esa sombra pasando por el pasillo, sé que me mira solo a mí, se que está a mis espaldas todo el tiempo, sigiloso, con mucha cautela vigila cada paso que doy, aun que no este en mi casa siento unos pasos detrás mio, pero cuando miro hacia atrás no hay nadie, esta sensación de ser la distracción de alguien o algo me pone la piel de gallina, escucho un susurro ahogado casi todos los días, prefiero creer que es el viento que se distorsiona al pasar cerca de mis oídos. Las ojeras en mi rostro son la marca fehaciente que no puedo dormir bien desde que vi esa sombra, a medida que pasan los días las cosas empeoran, no se si es algo paranormal o estoy enloqueciendo en mi soledad.

Todas las noches despierto a las tres de la madrugada a tomar agua, miro por la ventana que hacia el patio y ahí esta el hombre del sombrero de copa, sin falta noche tras noche, sin rostro, sin colores mas que la oscuridad del rincón. Puedo pasar minutos viéndolo, creo que ya no siento ese miedo escalofriante, ese miedo que contrae tus músculos, es una sensación distinta cuando lo veo, me siento vulnerable, me siento pequeño, pero de alguna manera se ha convertido en una especie de amigo de la noche, son tantas sensaciones extrañas que me provoca verlo, que me convierte en una contradicción viviente. 

Así noche tras noche siempre a la misma hora despierto bajo a tomar agua y lo miro, así va pasando el verano, el otoño, el invierno y la primavera. Las cosas desaparecen y aparecen en un lugar impensado, los cajones a veces se abren, pero nadie lo hace, se escuchan pasos en las escaleras cuando comienza a oscurecer, pero nadie es, todo pasa cuando estoy solo, cuando todos están durmiendo. Este hombre no se cansa pasan los meses y sigue de pie en el rincón del patio, siento esa energía pesada en mis hombros, una especie de mirada me sigue a todas parte, creo que se esconde en mi sombra, mis amigos me dicen que he cambiando, que no estoy como antes. Me he vuelto paranoico y mas encerrado en mi mismo, en una año baje mucho de peso. Mi madre se preocupa de mi conducta, me pregunta si es que me pasa algo, pero solo respondo con un estoy bien, pero para mismo se que no lo estoy, no del todo. Los susurros casi son voces que puedo entender, no me dejan dormir tranquilo. Los pasos en la escalera se volvieron caminatas en el pasillo del segundo piso, pero solo yo los escucho, me levanto cada sin con menos animo, últimamente ando muy mal humorado, todo es una discusión con mi familia, todo es un motivo para llorar, en mi ultimo cumpleaños solo me encerré en mi habitación a escribir.

Todo este año ha sido una atrocidad, mis amigos y mi familia están muy preocupados de mi pero ¿qué les puedo decir? escucho una especie de voz todo el tiempo, me dices cosas que no entiendo, veo una sombre en la madrugada desde las vacaciones, escucho gente caminar detrás mio cuando no hay nadie, las cosas de mi habitación desaparecen, nadie me creería que lo que estoy viviendo es real, me llevarían inmediatamente al psicólogo o algo similar. No quiero pensar mas en todo lo que me esta pasando, ignorare todo esto, lo omitiré, todo tiene una explicación lógica, me siento solo y poco comprendido, buscaba algo que cambiara mi vida y llenara esos malos episodios de mi vida, que mejor que inventar un amigo imaginario, algo que de alguna manera le trajera un poco de dinamismos mi vida. Creo que  todo lo que me ha pasado durante este año solo me lo he imaginado para no sentirme solo.

Vuelvo a ese desierto extraño, en donde la arena es muy caliente y el cielo rosado, en donde mi sombra es de kilómetros y tiene movimiento propio, esta vez no hay arenas movedizas solo cuervos que vuelan a mi alrededor, el sol ciega por completo mis ojos, camino sin saber donde esta el norte. De a poco el solo se mete a la arena dejando un cielo oscuro con grandes estrellas con pupilas e iris color neon, estas  me miran por donde camino, estas son mas amables y me dibujan un camino en el cielo. Sin pensar sigo el camino, no me siento cansado y los cuervos se han ido a dormir a algún lugar lejos de aquí, por fin logro divisar una especia de ciudad , apresuro mi paso porque mi curiosidad es grande, veo edificios en mal estado, calles llenas de grietas, algunas fogatas que arden llenas de escombros. se escuchan explosiones, así que me adentro a esta cuidad de calles rojas, de vidrios rotos, totalmente abandonada. A mis pies veo un juguete en malas condiciones, lo logro reconocer es uno de mis juguetes de cuando era niño, era una especie de robot que disparaba, me lo había regalado mi mamá para la última navidad que estuvo conmigo. Mis ojos se llenaron de lagrimas al recordar esa navidad, me sentía tan culpable de que mi madre se fuera, recuerdo que le dije que no la veía como una verdadera mamá, solo tenia cinco años y no la vi mas, recuerdo muy bien ese día yo estaba jugando con mi hermana mayor en la calle, - mira cristian, tu mamá te vino a ver. Entonces me di vuelta a verla, como siempre tan preocupada de verse bien, de estar muy bien maquillada, en tacos y trajes elegantes y su pelo muy alborotado en rizos, ese recuerdo esta medio nublado en mi mente, solo después recuerdo que se fue pero en ese momento no me sentí mal, quizás el sentimiento de culpa vino años depuse. Seguí caminado hasta ver alguien muy a lo lejos que gritaba, corrí como loco para ver quien era, estaba tirando una especie de químico en una botella que al tocar el suelo este encendía llamas muy rojas .- ¡Hey detenten!  ¿qué estás haciendo? él se quedó quieto y se dio vuelta.- Hasta que llegaste, te he estado esperando. ¿esperarme a mí? ¿quien es este chico? se dio vuelta mi lo mire fijamente, era mi porte, del mismo tono de piel, el pelo igual al mio, sus facciones del rostro eran las mismas que las mías, su voz era la mía, todo su cuerpo era el mio, pero no era yo, no al menos el yo que conozco de mi. sus ojos eran rojos escarlata con pequeños destellos de un rojo energético. Se acercó a mi con una sonrisa un poco desquiciada.- Un día saldré de esta cuidad y tu te quedaras acá atrapado para siempre.

Desperté muy asustando sudando frío, con toda la cama desarmada, me puse ropa y baje inmediatamente, era de noche y la hora era la de siempre, él estaba ahí como todas las noches durante todo este tiempo, pero yo no era igual al de las noches pasadas.-¿Quién eres y qué quieres de mi? por primera vez mi voz tenia mando, tenia sentido y no tenia ninguna gota de miedo o de duda. No había respuesta alguna, me sentí ridículo así que volví a mi habitación, un poco decepcionado  de todo lo ocurrido, me acosté y entre los ruidos de la noche me volví a quedar dormido pero no por mucho tiempo, no se cuanto  dormí pero alguien golpeó mi puerta muy fuerte, tanto que desperté de inmediato. Me asuste, no eran horas de que alguien tocara la puerta. Pero creo saber muy bien quien esta detrás de ella, y no tengo miedo a abrir y mirarlo a la cara, me levante muy silencioso, note como mi piel se erizaba, la temperatura bajaba lo notaba en el vapor de mi respiración. Cuando toque la puerta esta estaba muy helada,  es increíble que no tenga miedo. Abrí la puerta muy rápido al mismo tiempo se abrió mi ventana con un viento muy fuerte y helado que desordeno los papeles del escritorio, me distraje por menos de un segundo y volví a mirar el umbral  de la puerta pero ya no había nadie.

un necromante modernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora