nunca estas solo

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Después de ese extraño día, no paraba de pensar en que fue lo que realmente pasó. No estoy seguro si lo viví o lo soñé, todo es muy confundo, pero prefiero creer que no ocurrió, que solo lo soñé. Malditos días de verano, no tengo nada mas que hacer, solo estar mirando el techo de mi habitación, dormía y el calor me despertaba, mi cuerpo sudaba, me sentía pegajoso y sin ánimos  de nada, así que decidí ponerme de pie para darme una ducha de agua helada. Bajé al baño, me quite toda la ropa y me quede unos minutos mirando mi cuerpo, soy bajo ,de tes trigueña, ojos café oscuro, cabello negro. Abrí la llave del agua fría y deje que se paseara por cada parte de mi  cuerpo, cada rincón que nadie es capaz de ver, quería que se llevara esos pensamientos poco claros de mi mente, poder dejar de pensar aunque sea un par de minutos, lo necesitaba con urgencia. Sentía como mi temperatura bajaba, eso es reconfortante y tranquilo, un momento para mi solo. Era mi momento para desconectar mi cansada mente, cerrar mis ojos y poder dejarme llevar por el ritmo del agua mientras caía en mi pelo y se deslizaba por todo mi cuerpo. Hasta que tocan la puerta fuertemente- Ya casi termino. dije un poco molesto, no creo haberme demorado mas de diez o quince minutos es mi momento de relajación, pero pareciera que en todos lados molesto, al menos sé que ya llego mi abuela con mi hermana del médico así que no estaré solo y la casa tendrá un poco de ruido que me podrá distraer.  Coloco la toalla en mi cintura, me miro al espejo y peino mi cabello, no es ni corto ni tan largo pero si necesita peinarse para mantener el orden. Me siento mucho mejor con el cuerpo y la mente fría, caminé hacia el living para saludar a mi abuela, pero un extraño frío me erizó la piel por completo, por unos segundo sentí una extraña sensación, mire a mi al rededor pero no había nada que genere tal temperatura de un momento a otro.- Abuela, ¿cómo estás?... Pero no escuchaba ninguna respuesta.- Hermana ¿estás ahí? ya desocupé el baño. Pero el silencio era absoluto y el frío también, subí a mi habitación muy rápido con un poco de miedo, cerré con fuerza la puerta y me senté en el suelo, sostuve mi cabeza entre mis manos y mi cabello se entrelazo en mis dedos.- todo esta bien, solo lo imaginaste.

De cierta manera si quería pensar que todo era parte de mi imaginación, pero otra parte de mi quería que todo fuera real y que esto fuera el destino que estoy buscando. Mi corazón vuelve a latir rápido, miro el techo y el ambiente de la casa cambia dramáticamente, vuelve el calor normal, pero ya no me siento solo, pareciera que alguien me espera en el living, tengo esa sensación de que hay gente en mi casa, pero no, nadie ha abierto la puerta de la calle, entonces mi abuela y hermana no están, ¿qué es esa presencia que siento entonces? Mi cuerpo esta tiritando de miedo, pero no puedo quedarme así todo el día, me puse de pie para ponerme un short, respiré profundo y comencé a bajar las escaleras, revise el baño, el living, el comedor, cada habitación de la casa pero no había nadie, ni rastro de haber estado alguien. ¿Me estaré volviendo loco? no lo creo, pero algo no está bien, tengo esa extraña sensación de que algo o alguien me observa y no es para nada grato.  Miro por todas parte para entender quien habrá golpeado mi puerta pero no se quien pudo ser,- Mi perro, el tuvo que haber sido. Es una genial respuesta solo tiene una falla, el estaba encadenado en el patio.- hola hermano ¿como estas? ya llegamos. Es la voz de mi hermana mayor, recién llegando con mi abuela, ambas muy cansadas y con calor.- ¿quieren  un poco de agua?  tienen la cara roja como tomate. Les dije sonriendo, estaba feliz de no estar solo ahora, es poco usual que sea tan condescendiente con la gente, mas bien con mi familia siempre soy un poco mas lejano a ellos, pero al menos hoy me sentía muy feliz de escucharlas a ellas dos. Pasé toda la tarde conversando con mi abuela, cada vez que me siento abrumado por algo me siento a conversar con ella, de alguna u otra manera me da un consejo apropiado sin contarle lo que realmente me pasa.

Que el miedo no te paralice Cristian, convierte ese miedo en una fuerza para moverte .

Mas tarde llegó mi abuelo del trabajo, igual que mi mamá y mi otra hermana, la menor, que había viajado con unas amigas, todos sentados en la mesa tomando once, todo volvía a la normalidad, yo callado observando a mi familia conversar, solo mostraba una sonrisa y los escuchaba, mi hermana menor contaba sobre su viaje al sur, conoció a el hermano mayor de su amiga, muy guapo decía ella entre risas. La casa estaba llena de ruido, de energías positivas, mi mente liberaba tensiones así, comía y los escuchaba, no tenía que preocuparme de nada mas.- ¡alo!. El silencio nos invadió eran casi las nueve y treinta, un poco tarde para que vinieran visitas o algo similar, mi abuelo se paró molesto diciendo que siempre hay gente desubicada,  como no se dan cuenta que no son hora de andar molestando. Mi piel se volvió a erizar, mire a mi familia pero parece que ellos siguen su conversacion de una manera muy normal, un poco de carcajadas por aquí y por allá, volvió mi abuelo diciendo que no había nadie que quizás escuchamos mal y era para los vecinos, a nadie le importó, menos a mí, seguí en silencia escuchando sus conversaciones, pensando, ¿qué es lo que está pasando aquí? seguí comiendo para calmar la ansiedad y la curiosidad, después de un rato todos se levantaron de la mesa y se fueron a acostar, yo aproveche de hacer lo mismo, me fuí a mi habitación a leer hasta quedarme dormido profundamente.

Abro mis ojos y puedo ver un cielo rosado , me pongo de pie y comienzo a caminar sin saber hacia donde, solo camino en linea recta, perece que estoy en una especie de desierto, el piso me quema lo pies pero no me duele a pesar de que pedazos de mi carne se queda pegados en este suelo arenoso. Caigo en arenas movedizas, me comienzo a hundir  muy rápido, trato de liberarme pero no puedo, tengo casi todo el cuerpo cubierto de arena, comienzo a gritar pidiendo  ayuda pero nadie acude a mi rescate, la arena comienza a entrar en mi boca, en mi nariz y ojos, siento  que muero.

Me siento en la cama asustado, todo era tan real, la arena en mi boca, el cielo, pero no, por suerte todo era un maldito sueño, otra vez mi mente jugando conmigo. Veo la hora en mi celular y eran las tres de la madrugada, bajé a la cocina a tomar un poco de agua, apague la luz de la cocina y camine hacia la escalera y me detuve al principio de ella en donde está la ventana hacia el patio, mire fijamente a la oscuridad de la noche, una noche de pocas estrellas, mi perro dormía tranquilo como todas las noche pero a su lado lado estaba algo perturbador, una sombra que no tocaba el piso, esta vez podía ver mas detalles era la sombra de un hombre alto, quizás un metro ochenta, de contextura media, podía distinguir con un poco de dificultad un abrigo negro. Seguí mirando detenidamente hacia arriba y solo pude ver un sombrero de media copa, movió si mano hacia su cara haciendo un gesto de silencio. Mi corazón estaba totalmente loco, el grito no salía de mi garganta, estaba paralizado ¿esto es verdad? este hombre está frente mio y recordé las palabras de mi abuela y use ese miedo para correr y encerrarme en mi habitación, el miedo fue mas grande que mi razón, creo que es real, creo que esta ahí en el rincón del patio, creo que me pidió que fuera un secreto...NUESTRO SECRETO.

un necromante modernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora