Cabezota
Siempre caigo.
No sé si será mi continuo afán de pensar que la gente puede entrar en razón con las palabras adecuadas o mi manía de intentar arreglarlo todo.
Pero me haces sentir como una gilipollas.
Te expliqué que no me había gustado que mintieras sobre mi. Que no me daba la gana que tú me tuvieras como una más de tu lista.
Pero tú no intentabas entender lo que te estaba diciendo.
Tú, puto ególatra cabezota solo estabas enfadado conmigo por creer a una persona que no fueras tú.