PENÚLTIMO CAPÍTULO
La primera vez que llevó a Jaemin a su casa, no le prestó verdadera atención a la dirección, la segunda y la tercera vez tampoco, era imposible prestar atención cuando pasaban diez minutos besándose apasionadamente, siempre ansiosos y deseosos de más. Quizás si se hubiese detenido a ver las cosas con mayor detenimiento, se habría percatado de que esa casa le era muy familiar, que el apellido de su niño le recordaba a alguien, incluso su sonrisa se parecía a alguien a quien conocía muy bien.
- Hyung, ¿quieres entrar? -preguntó Jaemin, acariciando el cabello del mayor con sus dedos-. Solo un rato~
- No creo que sea buena idea, Nana -susurró contra los labios del menor, dejando pequeños besos sobre estos-. Es demasiado arriesgado, ¿qué vamos a decir?
- Que eres mi amigo y que yo te llamé luego de salir con Renjun porque no quería devolverme en un autobús por lo de temprano -resolvió con una sonrisa, dejando un último beso sobre los labios de su novio-. Vamos, conduce hasta el frente de la casa y estacionate.
Jeno no estaba muy de acuerdo con la idea, era como una misión suicida y no era que no quisiera conocer a los padres de Jaemin, solo que no sabía cómo debía comportarse alrededor del chico cuando estaban rodeados de personas, en su trabajo era más fácil porque tenía que mantener una ética laboral, pero cuando estaban fuera no podía mantener las manos fuera del cuerpo del menor.
- Aquí estamos -murmuró, estacionando el auto en el camino de entrada-. Vamos, antes de que me arrepienta.
Antes de bajarse del auto, cerró sus ojos y suspiró, pensando una excusa para irse sin tener que entrar en la casa del menor, pero solo bastó una suave caricia en su mano para que mandara todo a la mierda, la sonrisa de ese niño valía toda la jodida pena. Haciendo uso de toda su valentía, Jeno bajó del auto y le hizo una seña al muchacho para que fuera delante de él en lo que cerraba el auto con seguro, solo haciendo tiempo para que su corazón dejara de palpitar como un adolescente hormonal a punto de conocer a sus suegros.
Cuando cerró el auto, Jeno volteó a ver a Jaemin, quien tenía una bonita sonrisa en los labios que lo hipnotizó como si fuera el canto de una sirena; levemente fue consciente de que Jaemin abrió la puerta y le permitió pasar al interior de la casa, la sonrisa no se borraba de sus labios y tenía el impulso de pegarlo contra la primera pared que estuviera cerca y besarlo, ahogarse en esa sonrisa y en sus caricias; sin embargo, su nombre llegó a sus oídos y no precisamente de los labios de su pequeño, sino que la voz que lo llamó era su hermano, Donghae.
- ¿Jeno?
- ¿Qué haces aquí? -fue lo primero que dijo, sintiéndose como un pez fuera del agua.
- ¡Tío Fishy! -gritó Jaemin, corriendo al encuentro de su hermano, a quien abrazó con fuerza-. Hace mucho no vienes a visitarnos, ¿te quedarás a cenar?
- Justo iba de salida, pequeño -dijo sonriente su hermano mayor, acariciando el cabello de su pequeño con familiaridad-. Prometo venir el sábado y llevarte a la casa que fue de mis padres, aunque ahora es de mi hermano, que por cierto... ¿no debería ser yo quien pregunte eso? ¿Ustedes se conocen?
- Somos amigos -se apresuró a decir Jaemin, soltándose del agarre, mirando entre Jeno y su tío-. ¿Ustedes son hermanos? -inquirió, ladeando su rostro cuando sin poder entender lo que estaba pasando, solo que recordó la vieja foto que había robado del álbum de fotos del mejor amigo de su padre hace tantos años atrás, cuando apenas era un niño y todo tuvo sentido.
Tenía solo diez años cuando vio la foto y quedó encantado, recuerda vagamente que su tío Fishy le había dicho que ese era su hermano menor, quien se había quedado en casa de unos amigos y que por eso no estaba con ellos en esas pequeñas vacaciones en la casa del lago de sus padres. Jaemin no había podido dejar de ver esa foto, el chico que le devolvía la mirada parecía un príncipe, tenía una pequeña sonrisa que curvaba sus labios y su cabello negro resaltaba su blanquecina piel.
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Teach me more / Nomin
FanfictionJeno es un maniático del control, pero toda su estructurada vida se vuelve un caos cuando cae en las redes de uno de sus alumnos de último año, y es cuando aprende que perder el control no siempre es malo. #nomin profesor!au, estudiante!au