Capitulo 6

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El resto del día estuvo teñido de ansiedad para todos; mientras Altee curaba las heridas del ave, Lauren rondaba de un lado a otro, sin darle un descanso a su mente, pensando cómo actuar y que decisión tomar, pues sabía que cualquier acción que tomase afectaría sus vidas, ya fuera para bien o para mal.

Por su parte el solitario sabía que no debía volver. Por un lado, pesaba la sentencia sobre su persona, y por otro el dolor del recuerdo lo atormentaba, pero no podía abandonar a estas jóvenes que habían sufrido tanto o más que él, ahora tenía en sus manos el poder de guiarlas, a lo que quizá fuera su liberación, pero eso sólo sería si Lauren decidía tomar la oportunidad.

Mientras sucedía todo esto la tarde los sorprendió; ante la inminente llegada de la noche, Lauren tenía que decidir, así que dirigiendo su mirada al agónico sol que teñía el atardecer de encendidos rojos, tomo una bocanada de aire y suspirando profundamente dijo "nos iremos en cuanto Camila sea capaz de viajar", para perderse después entre la oscuridad y los árboles, testigos mudos de su transformación.

Al interior de la cabaña se desarrollaba el efecto de la noche, tornando al ave nuevamente en mujer. Mientras ésta salía de la inconciencia, era observada atentamente por Altee, que esperaba para poder revisar las heridas en su forma humana. Los grandes ojos marrones de la joven se fijaron en la sanadora. "Veo que estás mejor" dijo ésta mientras le cambiaba los vendajes.

- Así es, mi condición animal hace que sane rápidamente- contesto la joven con ironía- ¿Viste a Lauren?

- Si, hablamos... aún no me ha perdonado, así como creo que tu tampoco lo has hecho.

- Altee, ha pasado mucho tiempo y aún estás equivocada, Lauren hace mucho que te perdonó, tiene resentimientos difíciles de borrar, pero no te odia. Yo te perdoné desde el principio...El amor y los celos son sentimientos que arrebatan y compiten, por ello es que te comprendo.

- Lo sabías- expresó con vergüenza la sanadora al verse descubierta

-Si, siempre lo supe, pero no comprendiste que Lauren y yo nos amábamos desde siempre. Desde que éramos niñas, entre ella y yo nació un amor que fue creciendo con nosotras, no fue nuestra intención lastimarte, pero las cosas se dieron así y por ello no te culpo, fuiste desviada por los celos.

- No sabes cuánto me arrepiento de ello- dijo Altee rompiendo en lágrimas.

La sanadora lloró, como en esa última ocasión que las lloró, cuando fueron hechizadas y después desterradas. Ahora esas lágrimas eran liberadas por el perdón de la joven, a la que había causado tanto dolor por su propio egoísmo.

Camila dejó que Altee llorara su culpa, mientras pasaba la mano por sus cabellos dorados, tranquilizándola sin necesidad de pronunciar palabras, como se tranquiliza a un niño que llora en desconsuelo. "Estaba ciega, no me daba cuenta" decía entre sollozos la mujer, mientras descubría su rostro de entre sus manos. "Lo sé" musitaba la joven al deslizar el dorso de su mano por la marchita mejilla, para secar la última lagrima de la sanadora. El gesto de compasión de esta joven mujer la impulsó a Altee a expresar de manera vehemente que había encontrado la cura tan buscada por tantos años.

Camila no cabía en su asombro por las palabras que estaba escuchando, entonces la mujer volvió a relatar lo que durante la mañana le había dicho a Lauren, renovando con esto el ánimo de la joven, al punto de querer incorporarse para salir a llamar en la noche a su loba, quería abrazarla. Pero el intento fue impedido por el dolor de su herida. La sanadora le dijo entonces, que debía reposar pues Lauren había decidido partir en cuanto ella estuviera en condiciones de moverse, pues este viaje habría de ser largo y debía estar fuerte. Entonces guardo silencio, sólo para escuchar dos palabras de la joven, que le sacudieron el alma... "Gracias Altee"

Errantes (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora