Hope intentó sacarle alguna palabra al niño pero cada intento era en vano mientras unos médicos trataban su pierna herida.
-Tony, dile a la psiquiatra de turno que venga.
Tony, un pediatra, asintió y dejó la habitación durante un largo rato.
-¿Puedes decirme que edad tienes?- le preguntó Hope, y por primera vez, obtuvo una respuesta. El niño la miró a los ojos y negó con la cabeza. La joven enfermera, desconcertada, no logró articular palabra.
La doctora Farrokh, una especialista en menores, entró con un aura muy juvenil.
Luego de una introducción formal, la mujer preguntó:
-¿Cómo se llama?
-No quiere decirme.- dijo en voz baja Hope.
Farrokh intentó hacerlo hablar con preguntas de rutina, sobre su edad, hogar y familia, pero el niño estaba decidido a no colaborar.
Hope tuvo la idea de darle lápiz y papel para que pueda dibujar o escribir. El niño les permitió que le dieran los objetos, pero no hizo nada con ellos. Luego de dos minutos de las dos mujeres mirándolo fijamente esperando una reacción, el niño actuó. Comenzó a trazar violentos círculos por el papel, apretando el lápiz con fuerza. El ataque culminó en la formación de una sola palabra: DOMUS.
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Tanto Hope como la doctora Farrokh se quedaron completamente atónitas. Esta era la primera vez en la que el niño comunicaba algo que no fueran gritos, y la palabra las tomó por sorpresa. De todos los términos que existían, ¿qué quería decir con "domus"?
-Domus...como la palabra en latín. Significa casa.- dedujo Hope.- ¿Vienes de una domus? ¿De una casa?
El niño asintió con la cabeza.
-¿Entiendes latín?- el niño hizo una mueca de confusión. Claro que no.
Luego de la sesión, la doctora apartó a Hope para anunciar:
-Hope, este niño es claramente autista.
La joven tragó saliva. Pero se lo veía venir.
-No es verbal, pero sabe escribir. Lo mejor será que lo visite a menudo, mientras esté aquí, y si su familia no aparece, voy a tener que llamar al servicio social.
- No puedo dejarlo solo. Necesita ayuda...
-Por eso lo mejor será que intervenga la ley.
-¿Qué ley, Fatima? A esos niños los tratan como animales. No puedo permitir eso.
-Hope, no hay otra opción, a menos que aparezca algún pariente. Hablaremos luego, tengo mucho trabajo.
En ese momento, Hope tuvo el plan más descabellado que jamás se le hubiera podido ocurrir. Iba a sacar al niño del hospital y se lo iba a llevar con ella.
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Codes
Science FictionUna enfermera, un androide, una estrella pop y un niño huérfano emprenden el viaje más épico de sus vidas