Capítulo 4

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Tras decirlo se acerco al resto de guardias yendo con cada uno de ellos colocando su mano orgánica sobre cada una de sus heridas sanando las, dando igual que fuesen luxaciones o huesos rotos, recobrando los en pocos segundos y estos levantándose con rapidez, sorprendiéndose ellos mismos.

Cuando todos ellos estuvieron en condiciones de poder moverse por si solos nuestro protagonista salió de la sala del trono no sin antes mirar al Rey, recordando le el plazo de tiempo para dar a conocer su respuesta.

El sonido de sus piernas metálicas resonaban por el pasillo provocando que los sirvientes se asustasen ante su avancé volviendo a encerrarse en sus habitaciones. Solo seguía los pasos que la fuerza le mostraba clara y cristalina como un riachuelo de agua saliendo de la misma montaña acabo llegando a una extraña sala. Esta estaba adornada con múltiples estatuas de felinos, muy parecidos a pumas o leones de montaña, todos sentados y alzando su cabeza con las fauces entre-abiertas. Issei se coloco en el centro de la sala, notando que todas aquellas estatuas estaban colocadas de tal manera que parecía que miraban fijamente al centro de la sala, como si custodiasen algo de gran valor o inmenso peligro. Cuando se situó en el centro miro a todas y cada una de las estatuas con un único pensamiento "¿Qué quieres mostrarme, qué quieres que encuentre?". Acabo sentándose en él centro del circulo en posición de loto para empezar a meditar con la intención de adentrarse en la fuerza.

Durante este proceso negó sus sentidos del oído y del gusto ampliando así su percepción de la fuerza misma. Y así aislado del mundo material se adentro más en las sinuosas sendas de la Fuerza. Delante de sus ojos aparecieron diversas escenas que el mismo protagonizaba. El futuro y el pasado se mezclaron ante sus ojos.

El recordaba cada uno de esos momentos de su pasado. Cada día con sus amigos Matsuda y Motohama, cada persecución por las chicas de la academia, el día que vio aquella cabellera carmesí que lo maldijo, Reynare asesinando lo en aquel parque, como resucito al día siguiente sin tener ningún rastro de la existencia de esta. Su posterior integración en el séquito de la Gremori solo lo hundió cada vez más en la debilidad. Cuando más recientes eran los recuerdos más oscuridad los rodeaba y las voces se distorsionaban hasta quedar en un silencio muerto y una oscuridad total.

- No te abandonare Ise-kun... Aun muertas te ayudaremos....

Tras que el silencio fuese roto por aquella voz el rostro de Reynare y su compañera peliazul, para que en unos pocos instantes se mostrase un rostro decrepito, de ojos rojos sangre sin pupila alguna. La misma fuerza se empezaría a contraer sobre si misma, expulsando lo hacia el mundo terrenal. Una vez allí volvió a tomar control de su cuerpo para instantáneamente empezar a toser furiosamente y jadear en busca de aire. Sus pulmones ardían. Su cabeza palpitaba con fuerza impidiéndole escuchar sus propios pensamientos. Su vista estaba nublada, tardo varios minutos en volver a ver con claridad, y descubrir que sus oídos habían dejado de funcionar para que volviesen a trabajar junto a sus ojos.

Lo primero que vio fueron unos ojos azules que lo miraban fijamente mientras se levantaba lentamente volviendo a superar en altura a los nativos por tres cabezas. Cuando todos sus sentidos volvieron a funcionar correctamente pudo reconocer ese rostro. Aquella nativa era la hija leona del rey, como se llamase.

- Extranjero.....¿Como hiciste para levantar las estatuas?

- La fuerza es un poderoso aliado. Pocos pueden notarla y menos aún usarla.

Tras decir aquellas palabras sus ojos se volvieron a encontrar inundando a ambos con una sensación de calidez mutua, sorprendiendo a nuestro protagonista ya que habían pasado varios años desde que sintió esta sensación. Reacio a volver a caer empezó a caminar hacia la salida, siendo seguido por aquella felina humanoide. Sus piernas mecánicas golpeaban los suelos de piedra, el podía notar la mirada de la gata fija en sus piernas exactamente en sus garras. El solo decidió ignorarla en el recorrido para salir del "palacio", por llamarlo de alguna manera. Por cada uno de los pisos que descendió se le fue agregando más seguidores, fue el punto que todos le seguían provocando que en su mente se formasen dos preguntas; ¿No tienen nada mejor que hacer? y ¡¡¡¡¿CUANTOS PUTOS ESCALONES TIENE ESTE MALDITO EDIFICIO?!!!!

Issei Lord SithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora