A ti...mi pequeño.

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No encuentro cómo llamarte,
no sé quién eres,
o quién pudiste ser.

Aquella ostra con la bella perla,
del profundo horror.

Una luz, un rayo,
una esperanza.

Aquel dulce final.

La perla que jamás pude tocar.

No sé dónde habitas hoy.
No sé dónde pudiste estar.
Ni me enteré si me podrías amar.

¿Por qué?
¿Por qué Dios?
Alejaste mi brillo.
A mi luna.
El salió de mí,
sin más.
Solos, él y yo.
Con temor,
y muerte.

No atiné a cómo sentirme.
¿Se ha ido?
¿Qué es?
Rojo intenso.
Ni siquiera había dolor.
Solo sentí ausencia.
Aquello, de algo que ya jamás sería.

Alma de cristal.
amor podrido,
y una vida menos.
¿Por qué?
Te lo llevas,
cómo si nada.

Pude enterarme,
antes de amarte,
amarte más que a todo.
Pudieron advertirme,
decirme.

Mi amor,
veo la sangre,
el destello,
de lo que pudo ser.
Te veo mi amor.
Y te veo irte.

Fuera de mí.

Mi amor,
pudiste quedarte aquí,
y dejarme amarte.

Mi amor,
¿Qué fui para ti?
Veo oscuridad y tormento.
Un mar tormentoso,
monstruoso.
Lo conozco.
Navego en huesos,
los esqueletos de todo lo que maté,
y llevo en el pecho.
Navego aquí desde cría.
Mi amor, tú serías mi alas,
para salir de aquí.

¿Por qué te fuiste?
Sin mí.

Puedo escribir horrores,
utilizar mi sangre cómo tinta,
y prueba de tu ausencia.
Podría arrancar mis ojos esta noche.
Dejarme ir contigo.
Lo que tú no fuiste,
yo no lo seré.

Mi amor,
quiero saber, sí me pudiste amar.

Veo un bosque,
seco.
Un alma pérdida.
¿Eres tú?
Ven a casa.
A mi vientre,
aún puedo mantenerte caliente.
Vuelve.
Regresa a mí.

Mi vida,
no huyas así,
no estás solo,
puedo ser fuerte,
para ti,
solo por ti.
No me dejes.
Suplico.

Tú no me dejes.
Te amo.
Puedo mostrarte este lugar,
te enseñaré todo lo que sé.
Vuelve a mi vientre,
aún puedo mantenerte caliente.
No es hora de salir.
Vuelve por favor,
hace frío afuera...

Trozos de azúcar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora