Cuka!

Las Reglas del Traje

-¿Se te complicó mucho llegar a mi oficina?

-No. Solo tuve que preguntar en portería.

-Genial. Antes que nada, te quiero dar las gracias por aceptar. Este es un proyecto de vida, para mí es muy importante. Y no le hagas caso al Señor Dosario, él se comporta así porque está en juego su dinero y no desea que esto fracase y a decir verdad, yo tampoco.

-Entiendo perfectamente, profesor. Haré lo posible por no desepcionarlos.

-Bien. A lo que hemos venido-dijo haciendo un gesto nervioso- este traje lo debes conocer muy bien antes de empezar a usarlo. En primer lugar, es ajustable a tu tipo de cuerpo, por lo que no nos complica la talla. La tecnología aumentará tu agilidad, rapidez y equilibrio sin necesidad de un entrenamiento físico previo. Sin embargo, el hecho de que obligue a tu cuerpo a hacer movimientos a los que no está acostumbrado, hará que quedes completamente exhausta cuando te lo quites.

-Eso no suena muy bien ¿Sabe?-gruñó Cuka- menos en época de exámenes.

-Por eso es importante que respetes los ciclos, es decir, que no excedas las cuatro horas de uso diario. O créeme, habrá consecuencias nada agradables.

-De acuerdo.

-Las habilidades que te dará serán complementadas por un "kit de herramientas" que incluye dos varas de gimnasia olímpica extensibles, navajas para cortar materiales como concreto, pequeñas granadas de gas para camuflaje o para anestesiar al oponente, una muñequera gravitacional...

-¿Muñequera gravitacional?

-Oh! Es una de mis favoritas. Su función es repeler ataques a corta distancia, es decir, si se acercan demasiado, presionas la Muñequera y está envía un golpe de fuerza invisible para alejar al oponente.

-Suena cool.

-Sí que lo es. Prosigo: también tendrás camuflaje temporal, diez minutos por uso. Y por último: una función especial que debes usar solo en emergencias. Esta herramienta multiplicará las funciones de tu traje por 15. Es muy importante que no la uses muy seguido, de lo contrario podrías quedar con secuelas físicas y neuronales de por vida.

-Comprendo, no usar seguido.

-Te mostraré una por una las herramientas que tienes y para que sirve cada una.

Sacó unos dibujos de las herramientas y le explicó largo y tendido para que servirán y en qué ocasión las debería usar. Apresar de la claridad de la exposición, a Amelia le costó captar todo. Pero con la mayor de las paciencias, lo logró.

-Grandioso. Y ahora podrás ver el traje completo.-suspiró emocionado-

El hombre abrió un armario de vidrio con una maniquí dentro. Este llevaba puesto un traje de un material flexible. Era muy estilizado, de un color gris ceniza que se extendía desde los costados del torso hasta las pantorrillas. En el pecho tenía una franja púrpura oscuro casi negro y de un blanco invierno debajo de los brazos. En la parte posterior, se apreciaba lo que parecía una cola de animal sintética. Las botas eran del mismo color de la franja del pecho pero con una pequeña línea gris. La temática era de lobo.

La máscara, era gris ceniza, simulando el aspecto de un lobo. Cubría casi todo el rostro, salvó la boca el mentón y parte de la nariz del maniquí. Los ojos, estaban cubiertos por visores especiales por lo que no se verían en absoluto. También en la parte superior ostentaba unas pequeñas orejas caninas. Quién la usara, no expondría el cabello, solo había un pequeño orificio atrás de la máscara para sacar una cola de pelo.

-¡Es hermoso!

-Sabía que te gustaría. La verdad es que tuve que adaptarlo a una talla femenina, pues el portador original sería un varón. También cambié el material del que está hecho, ahora es más cómodo y flexible.