Mis piernas temblaban y no podía parar de morderme las uñas. Estaba extremadamente nerviosa y hacia demasiado frío como para que pudiera pensar con claridad.Veía desde la ventana del departamento de policías como la nieve caía sobre las calles de Gotham y me preguntaba a que hora saldría de allí para volver a casa con mamá y estudiar para el próximo examen que tendría en mi primer año de universidad.
- Cordelia Cannig... -me llamó una mujer uniformada, sosteniendo unos papeles entre sus manos y levantando su vista para verme. - Gordon está en un interrogatorio imprevisto, el detective Bullock se ocupará de usted.
Me levanté de mi asiento y la seguí hacia una sala oscura con sólo una imponente luz en la que se encontraba un sujeto de cabello grisáceo, algo gordo y con una desprolija barba.
- Ella es Cordelia, la hija de la víctima. - comentó la mujer antes de salir y cerrar la puerta detrás de ella.
El hombre miró unos papeles que tenía sobre el escritorio y se acomodó en su asiento.
- Bueno, este lugar paso de ser un circo a una preparatoria. -dijo con un humor agrio que no comprendí.
- Tengo dieciocho, ya no estoy en la escuela. -respondí sin dudarlo. Sabía que probablemente me veía como una niña, pero no me gustaba que me tratarán como tal.
- Sí, y eso significa que podrías ir a prisión.
Sus ojos ni siquiera me miraban. Leía aquellos papeles como si tuvieran una explicación de todo lo que había ocurrido, pero yo estaba aterrada.
- Tranquila, eso no pasará si no eres culpable de nada. -añadió intentando relajarme al verme tan tensa. - Bien, aquí dice que tu hermano y tú fueron los últimos que vieron a su padre con vida. ¿Qué fue lo que pasó?
- Discutimos. -confesé. Los ojos de Bullock miraron los míos en busca de algún rastro de mentira. - Pero no fue nada serio, últimamente veníamos discutiendo todos los días que lo veíamos.
- Los vecinos aseguraron escuchar a tu hermano decir que se mataría si seguía arruinandoles la vida.
Comencé a jugar con mis manos y traté de razonar la respuesta lo más rápido posible.
- Él iba a desheredarnos. -Bullock me miró sorprendido. Había hablado de más, ahora nosotros probablemente éramos los principales sospechosos. -Decía que éramos hijos terribles, malcriados y que no lo habíamos amado nunca.
- ¿Por eso lo mataron y pretendieron hacerlo pasar por un suicidio? -indagó el detective, siendo mucho más rudo que antes.
- ¡Claro que no! -exclamé como una niña enojada. -Nosotros le dijimos que nos importaba una mierda su dinero, habíamos sobrevivido toda nuestra vida con los pocos dólares que le daba a mamá y que lo único que queríamos era que dejará de entrometerse en nuestras vidas.
- Según tengo entendido su madre ha tenido una denuncia de él por un brote psicótico hace dos años.
- Eso es mentira. Papá la denunció porque ella quería presentar el divorcio y eso lo habría arruinado.
- ¿Y tu hermano? Ellos eran muy cercanos. ¿Cómo reaccionó al enterarse de esto?
...
Los minutos pasaban y hacían sentir cada vez más ansiosa. Ewan, mi hermano, estaba siendo interrogado por el mismo detective que hace unos segundos había estado conmigo. Probablemente él era el principal sospechoso y eso me hacía sentir terrible.
El lugar estaba casi vacío, parecía era un día con mucha actividad criminal, como de costumbre en esta ciudad. Mi vista se dirigió a un sujeto que salía esposado de otra sala de interrogatorios. Era alto, pálido y pelirrojo. Su rostro parecía que había llorado, pero sin embargo, no mostraba expresión alguna.
Lo ingresaron a un lugar con rejas, permitiendo que una vez que él se sentara yo lo viera, desde mi lugar, de frente. Al primer instante me pareció lindo... bueno, muy lindo tal vez. Pero la curiosidad me invadía por completo y no podía disimularlo.
De un segundo al otro, sus ojos se dirigieron a mí y me sentí aterrada, como si me analizara. Desvíe mis ojos hacia otro lado y luego volvieron a él, para confirmar que aún me observaba. Pero esta vez con una sonrisa dibujada con sus labios.
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Cherry Lips; jerome valeska
Teen Fiction"Consigue algún hombre que pueda comprarte todo lo que quieras, Delia... Porque yo ya no lo haré." ¿Qué clase de comentario era ese por parte de un padre a su hija de dieciocho años? Cuando todo el desastre que alguna vez empezaste comienza a tene...