Capitulo II

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Zach's POV

No quería saber nada de nada, me he quedado dormido en cada clase que tenemos y estoy estresado por los deberes, la nueva "novia" que me eh conseguido sin previo aviso y ahora el que la proxima semana era nuestra graduación.

Pero eso no era lo que mas me tenía preocupado, lo que me tenía preocupado era la universidad.

No sabía si podía tomarla ya que debo cuidar a mi hermana de 8... Y mi hermano pre-adolescente estaba siendo estresante y no ayudaba para nada.

Mamá siempre supo como arreglar las cosas... Ella hubiera sabido que hacer.

- Oye hombre, ¿Pero que te pasa?- pregunto mi compañero Dylan.

El debería estar peor que yo, se va del pueblo la otra semana y debería estar estudiando para los examenes. Pero parece que la verdad no le importa.

- ¿Cómo reacciono tu hermana?- Pregunte.

El hizo una cara de espanto, como si le tuviera miedo a su hermana.

- Con suerte salí de ese lugar, ¿sabes el problema que causa que 3 personas te reclamen al mismo tiempo? ¡No sabes a cual ignorar primero!

El parecia querer hacerme reir.

Pero, no lo estaba logrando.

Una media sonrisa se poso en mi rostro.

- Dylan... ¿Iras hoy a cuidar a mis hermanos? Necesito terminar un trabajo.- dije, comiendo mi almuerzo.

- Claro amigo, estoy para cuando lo necesites.- dijo, sonriendo.- Pero, ¿puedo llevar a mi hermana? Tengo que contarle un par de cosas y no quiero que mi mamá interrumpa.

La verdad es que nunca conocí a la hermana de Dylan, sabía que la tenía, pero nunca tuve la decencia de conocerla.

- Si claro, Madisson necesita una amiga con quien jugar a las muñecas.

Dylan rio y luego dijo

- No creo que mi hermana sea de ese tipo.

¿Qué edad tendrá su hermana? Quizás unos 11 o 12 años.

- Pues, de algo ayudara.

Dylan y yo seguimos comiendo en silencio...

Ya eran las 5 y yo tenía que ir al trabajo y el querido de Dylan no aparecia.

- Zach... tengo hambre.- dijo Maddison entrando a la habitación abrazando un peluche de conejo maltrecho.

- Zach, ya no hay cereal.- dijo Chris entrando a la cocina agitando el bote de cereal vacio.- ¿Escuchas?

- Hem... no, no escucho nada.- respondi.

- ¡Exacto! No hay nada.- dijo.

- Ya va a llegar Dylan.- dije, tratando de animarlos.

Pero debía aceptar que hasta yo estaba derrumbandome.

- Saben, voy a llamarlos y a ver que pasa aquí.- dije, tome el celular y marqué el número se Dylan.

Un pitido... Maldito, si no podía simplemente debía decirmelo.

Dos pitidos... Si no contestas juro que voy a tu casa, te castro y luego lo pongo en una caja para mandarsela a tu madre.

- ¿Zach?- pregunto Dylan al auricular.

- ¿Dónde estas? ¿Ya vienes?- pregunte.

-Tranquilo padre, estoy doblando la esquina. - Y efectivamente, el sonido de un auto aparcandose frente a nuestra casa fue lo que me hizo colgar y correr para abrir la puerta.

¿Cómo termine así?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora