Trío de plata

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|ALBUS|

Estaban todos vestidos de gala, su madre llevaba un bonito vestido color negro. Simple y elegante, como a ella le gustaba.

Habría dicho que Ginevra Potter era la mujer más hermosa del lugar, pero había algo que le impedía tomar ese título y ese algo era su rostro. Lleno de ojeras y los ojos tan hinchados que Albus se sorprendía de que pudieran permanecer abiertos. Las lágrimas seguían cayendo.

Dirigió su vista hacia su padre, no tenía mejor aspecto. También tenía ojeras, pero él no lloraba. Albus pensó que se mantenía en calma por el bien de su madre que parecía que en cualquier momento se derrumbaría.

Lily Luna no la estaba pasando mejor, tenía abrazado a su gato de mascota que ella le había regalado por su undécimo cumpleaños mientras se negaba a ver al frente, Albus pudo notar que lloraba a lágrima viva.

Por último, Albus volteó hacia su hermano mayor. Este no lloraba, pero tenía los ojos rojos. James veía hacía la nada, estaba sentado en una de las sillas del final mientras apretaba el puño, Albus pudo notar las vendas que estaban en sus nudillos, resultado de haber golpeado tantas veces la pared que todos se habían preguntado cómo no se había roto por completo la mano.

Y esa era su familia, despidiéndose frente a un ataúd vacío. No había cuerpo, nunca lo encontraron, pero todos aseguraban el fallecimiento de la hija mayor de los Potter. A Albus le costaba creerlo, ella no haría eso.

Rose también lloraba a su lado tomándole la mano, apretándola tan fuerte que Albus creyó que la rompería en cualquier momento, pero aquel dolor no era comparado con el que sentía por dentro.

Scorpius Malfoy se acercó a ellos, trío de plata les llamaban, le apretó el hombro para llamar su atención y cuando este volteó pudo abrazarlo y darle el pésame. También sabía que lamentaba con sinceridad su pérdida, porque cuando ellos dos se volvieron amigos, ella fue la única que los apoyó al principio y nunca lo trató diferente.


Septiembre, 2019.

Fueron tres días después de su selección, cuando Albus se dispuso a conocer a sus compañeros de cuarto, eran tres en total. El primero era Vincent Goyle II, un niño gordo con cara de superioridad que Albus sabía era pura finta, no le prestó atención. Entonces vio la cama de en medio donde todo estaba perfectamente organizado con el uniforme del día siguiente doblado y asentado en la silla que lo seguía.

Un niño de su edad entró a la habitación entonces, de pelo rubio platinado casi blanco y ojos grises con un pequeño tono verdoso que apenas se distinguía. Albus nunca fue muy social, era el más tímido de todo el clan Weasley, sin contar a Lucy claro, los amigos de sus primos eran sus amigos, pero nunca tuvo uno por su cuenta. Le sonrió con amabilidad, el niño se le quedó viendo extrañado analizándolo con la mirada y al final, le devolvió la sonrisa. Pero eso fue todo, no le dijo nada.

Albus estuvo meditando varios minutos preguntándose si debía iniciar una conversación o no. Se encontraba recostado con los brazos en la cabeza, estaba a punto de acomodarse para dormir por fin cuando escuchó una voz.

—Soy Scorpius —le dijo sin voltear a verlo mirando pensativo el techo de su cama.

—Soy Albus —le respondió.

—Un gusto —le dijo de vuelta y eso fue todo.

Solo esa presentación había servido para que al día siguiente lo esperase mientras se alistaba y bajaban juntos a desayunar. Albus sabía de sobra que él era un Malfoy, no se puso a pensar en eso hasta que entraron al Gran Comedor y los que ya se encontraban ahí se les quedaron viendo. Scorpius se removió incómodo y Albus alzó su mirada hacia la mesa donde todos sus primos ya estaban.

La gemela de James SiriusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora