Conexión de Caina con el más allá y sus rituales de belleza. Capìtulo 4

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 Caina Libertad sabía que se despedía de su etapa de niña para entrar a una edad maravillosa, los dieciséis años

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Caina Libertad sabía que se despedía de su etapa de niña para entrar a una edad maravillosa, los dieciséis años. Era sumamente hermosa, tenía una estatura de un metro setenta centímetros y un color de piel morena. Su frondosa y lisa cabellera de color negro le llegaba a la cintura. Tenía un cuerpo espectacular de medidas perfectas, con piernas firmes y derechas. Le gustaba cantar entonando hermosas melodías que se escuchaban junto con el canto de los pájaros por toda aquella montaña.


Ella se escapaba a la gran montaña escondida de su padre, quien le advertía constantemente que no fuese a ese lugar, porque según aseguraba, allí vivían espíritus malignos que solo buscaban la muerte de su pueblo, y que además moraba también el mismo Diablo. Pero ella sentía en su corazón que había allí algo mágico e inexplicable que le emocionaba y en donde podía encontrar la sabiduría que le ofrecía algo superior a todo, y que ella llamaba su Dios.


Se hacía tratamientos de belleza, ya que esa zona era rica en sustancias naturales. Consideraba además, que la belleza espiritual y física era fundamental en la vida de un ser humano.

Así que para obtener sabiduría, subía a lo alto de aquella misteriosa montaña, y cuando llegaba a la cima, se acostaba colocando su cabeza en una piedra lisa de color gris plateado a la que llamaba "la almohada del cielo". Al apoyar su cabeza sentía una gran paz, mientras miraba al cielo se relajaba en el silencio de la sabana, el sonido del agua, y las melodías que entonaban los pájaros. Se podía conectar con el más allá dejando correr lágrimas por sus mejillas.


Mientras sonreía volaba a un lugar mágico donde entonaba cantos sublimes, a los que se unía una coral de blancos y hermosos ángeles. Ella aseguraba que aquellos cantos eran para alguien muy importante, el dueño del universo cuyo poder era absoluto. Esto producía en ella una gran paz espiritual y le daba fuerza para llenar su mente de pensamientos positivos, logrando entender el mundo que le rodeaba y caminar con más firmeza.

Sentía que su cuerpo se trasformaba volando por todo el horizonte, sintiendo unas gruesas alas de color blanco, pero que podía cambiar al color que quisiese. Uno muy especial era el color rosado, ya que las nubes del cielo eran naturalmente densas y blancas. Podía ver coros de ángeles que le gritaban: "¡Caina Libertad, Caina Libertad!"

Uniéndose con la tierra donde podía sentir que todos los animales, plantas y ríos acompañaban a los ángeles a gritar su nombre, sintiendo al mismo tiempo un fuerte olor a rosas que invadía sus sentidos. Podía ver que las estrellas del cielo se derretían cayendo por aquellas montañas, logrando visualizar un ambiente de color plata que acompañado con los rayos de sol daba lugar a un hermoso arcoíris de bellos colores. Cuando ya despertaba de ese maravilloso sueño, le afirmaba a ese Ser supremo al que ella llamaba Dios, que no lo abandonaría jamás.

Pero, ¿Qué realizaba esta joven mujer en aquella montaña? ¿Será que allí había una puerta al cielo? ¿Será la misma que vio Jacob cuando realizo aquel pacto con Dios? "Jacob salió de Berseba y fue a Jarán. Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y se acostó en aquel lugar. Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh, el Dios de tu
padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia" (Génesis 28,10-13)

Luego la hermosa Caina bajaba a la caída de aquella gran cascada para hacerse sus tratamientos de belleza

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Luego la hermosa Caina bajaba a la caída de aquella gran cascada para hacerse sus tratamientos de belleza. Comenzaba preparando todas sus mezclas con sustancias naturales, conociendo las vitaminas y propiedades de cada una, como si fuese una gran cosmetóloga. Trataba su cabello y su piel con elementos como la miel, la canela, el aceite vegetal, la leche de coco y algunos otros, pues era experta en crear diversas mezclas.
Se colocaba debajo de aquella cascada que descendía de la gran montaña con su cabeza firme, dejando que el agua tocara cada parte de su cuerpo obteniendo un rico masaje. Cubría su cuerpo con barro fresco, que luego retiraba sumergiéndose en aquellas aguas cobrizas, que al unirla con las aguas cristalinas del río, obtenía un poderoso baño antiséptico. Al terminar su baño perfumaba su cuerpo con la canela, que mezclada con el aceite natural se convertía en un rico perfume que se podía oler cuando caminaba por todas aquellas hermosas sabanas. Finalmente colocaba en su cabeza una corona de oro macizo hecha con sus propias manos, a las que había incrustado piedras preciosas extraídas de la montaña. Así trascurrieron sus días hasta llegar a la edad maravillosa de diecisiete años.

continuarà

CAINA LIBERTADWhere stories live. Discover now