9. El mal.

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Observamos a lo lejos se alza el alba de un pequeño poblado junto con unas casas y habitantes, que ya desde muy temprano se nota la actividad del lugar con carretas llenas de frutas y verduras, pequeños puestos de vendedores de porcelana y otras baratijas.



Mi amiga y yo nos bajamos la capucha para no llamar mucho la atención y nos dirigimos rápidamente a la ubicación señalada en el mapa porque Margisia no se ve nada bien y estamos muy cansadas.



La ubicación da con una casa muy corriente hecha de madera. Bajo del caballo primero y ayudo a mi amiga a hacer lo mismo, luego doy tres golpecillos a la puerta y espero por una respuesta, la puerta se abre y veo salir a una anciana no más setenta años, y nos mira analizándonos.



-Muy buenas, soy Fela y ella es Margisia, venimos de parte de Otylia. -digo muy amablemente a la señora.

-Oh, ustedes son las alumnas de Otylia. Permítanme presentarme, soy Celinne, nona de Otylia en su niñez.-dice ella amablemente mientras sale un poco más de la vivienda mirando a lo lejos.-Por cierto, ¿dónde está ella?


Margisia y yo nos miramos y bajamos la cabeza y al parecer ella entiende todo al instante y sus ojos se cristalizan.

-Ya veo, pasen.- dice haciéndose a un lado y extendiendo la mano.


-Deben estar cansadas y hambrientas. -dice cuando entramos.

-Mi amiga está muy enferma, ella lo necesita más que yo.

-Les haré algo de comer, mientras tanto en la parte trasera de la casa tengo un lugar donde se pueden asear y algo de la ropa de Otylia que pueden usar, luego hablaremos.



Haciendo caso a lo que dijo Celinne ofrezco una mano a mi amiga la cual ha estado muy callada todo este tiempo y muy pálida, no tiene ese color sonrosado característico en sus mejillas y sus ojitos almendrados están apagados, la felicidad en ellos se ha desvanecido. Un poco preocupada la ayudo a caminar y llegar más rápido al cuarto de baño.

-¿Te encuentras bien? -le pregunto y mi preocupación se hace ver.

-Estoy de la mierda. -dice entre dientes y gestos de dolor.

-Tendremos que hablar con Celinne sobre esto y hallar un médico que de un dictamen.


Dicho esto último mi amiga aprieta mi mano antes de desvanecerse en mis brazos y le atino a gritar muy fuerte e eufórica a Celinne, quien aparece de inmediato al llamado.

-Está muy débil, súbela sobre la cama. -dice ella seria y yo obedezco.

-Hay algo que debo contarle, hace unos días usted se enteró de que botaron a Otylia de Bois Sainte Marie y luego del ingreso de la nueva cosas extrañas comenzaron a ocurrir y ha agredido a mi amiga, lamió las heridas que le hizo y luego de eso se expandió una telaraña debajo de su piel como su estuviese infectado y le ha estado doliendo.

-Entiendo, hay mucho que debes saber, Fela, pero antes vamos a intentar hacer algo por tu amiga. Para ser especifica Margisia está siendo consumida lentamente, primero será su voluntad y luego su alma. Es el borregito del diablo en este momento, si se extendiese más estará bajo el control del demonio que hay en Bois.



[MARGISIA]



El dolor que estoy sintiendo en estos momentos es insoportable, me quema por dentro, es un ardor infernal, me siento desfallecer, dejarme ir suena a una idea más agradable que soportar éste dolor inmensurable. Una voz me llama a lo lejos, me dice que me entregue. Una voz sensual, me pide que me rinda y se llevará mi dolor, se escucha genial así que me entrego dejo de luchar y es entonces cuando siento un pitido en mi cabeza y todo se vuelve oscuro y silencioso...


Mikaiyáh: príncipe inmortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora