Estaba nerviosa, no iba a negarlo. Era mi primer día de trabajo como asistente de Kim Suni en la constructora que estaba a su cargo. ¿No sabían? Bueno, los Kim tienen al menos tres sucursales constructoras aquí en Miami.
La sucursal de materiales de construcción, que es de la que se encarga Jiho, está al otro extremo de la ciudad. Esta que es de la que se encarga Suni es donde tratan todos los nuevos proyectos que adquieren, ya sea diseño desde cero o solo construcción o remodelación. Y la que está al centro de la ciudad que es donde Jung esta, en aquella se hacen las dos cosas. Los clientes solo deben escoger con quien trabajar para ir a cada sucursal. Jung o Sinu, depende de ellos.
-Te hubiera mandado con Jiho–Suni habla mientras revisa unos papeles en su escritorio mientras yo estoy sentada frente a ella –pero no creo que sea el mejor ambiente para ti, además… -levanta el rostro para observarme –aquí no tendrás mucho que hacer –ilusa de mí.
1:00 pm.
Mis pies ya estaban cansados, mi espalda me dolía y tenía demasiada hambre. ¿No tendría mucho que hacer? Bueno, comencemos por el hecho de que hoy había sido el día libre del chico de mensajería que es el mismo que saca copias y todo eso debía de hacerlo yo porque nadie más podía.
Alistar las carpetas para la junta que Suni tendría a las 11:00 am, pero claro, antes debía sacar las copias de todo el estudio de campo que su equipo y ella se habían encargado de hacer para dárselo a sus clientes y ver si les gustaba su propuesta.
Más contestar llamadas y ordenar los papeles de contratos anteriores que tenían en esta sucursal me tenían demasiada tensa. No me malinterpreten, no me estoy quejando, de hecho le agradezco que me diera este trabajo. La paga es por demás buena en comparación de todo lo que estoy haciendo y no tengo que estar de pie mucho tiempo, pero también eso me afecta.
Necesito caminar un poco de vez en cuando, no sé si tenga que ver con mi embarazo o solo porque soy la chica nueva de aquí. Me sobresaltó cuando el teléfono suena, me ha pasado las últimas dos veces, creo que estoy pensando demasiado.
-Constructora Kim, sucursal sur, buenas tardes –Intento hablar sin que mi voz suene nerviosa.
-Vaya, ¿Quién eres tú y que le hiciste a la Arin que conozco? –su voz provoca que me sonroje.
-Estoy trabajando, debo comportarme–me defiendo mientras muerdo mi labio. ¿Qué me está pasando con Jiho?
-Lo sé, lo sé Arin–Ok, creo que ya me derretí.
-¿Quieres hablar con tu mamá?–pregunto después de un silencio para nada incómodo.
-Cierto… estamos en horas de trabajo –susurra lo último, dejándome sin entender –No, hablaba para decirte que no podre pasar por ti para ir a comer –su voz suena triste y yo siento desilusión.
-Está bien Jiho, no te preocupes–realmente espero que mi voz no se escuchara triste –lo entiendo.
-No es que no quiera comer contigo, realmente me muero de ganas pero un cliente no está satisfecho con la propuesta que mi papá le hizo y quiere que yo la cambie. Para no hacerlo más largo tendremos una junta a las dos y realmente no sé a qué hora salgamos –se apresura a explicarme, sonrió tontamente.
-Tranquila, lo entiendo de verdad –Ella es adorable.
-Intentare pasar por ti, cualquier cosa te aviso y así cenamos en casa ¿Te parece? –suspiro, en definitiva, necesito saber que me está pasando con Jiho.
-Perfecto, nos vemos en la noche Jiho –me despido.
-Hasta al rato Arin–cuelga, vuelvo a suspirar. Mierda.
Cuelgo el teléfono y siento como mis mejillas duelen por sonreír tontamente. Esto es demasiado extraño, no puede gustarme Jiho y no tiene nada que ver por el hecho de que sea una chica. Tal vez solo tengo demasiado agradecimiento con ella por todo lo que está haciendo por nosotros.
Sí, eso debe ser. No debo arruinar las cosas con algo que ni siquiera es verdad. Ella es alguien sumamente dulce, amable, tierna, encantadora, y ni que decir de lo hermosa que es, parece una diosa griega.
Su blanca piel, sus ojos, ese cafe tan penetrante e intimidante, sus labios firmes y rojos, tan apetecibles, su largo cabello y la forma en que cae por su espalda. Su figura, toda y cada una de sus curvas que… Ok, mejor dejo de pensar, comienzo a tener calor.
-Entonces, lo único que cambiaremos será el jardín y la cochera, todo lo demás queda exactamente igual a como lo habíamos planeado, ¿Ok?–Suni hablaba mientras venia hasta junto con una chica.
-Perfecto jefa, como usted diga –se rio la joven.
-Seunghee, ¿Qué te he dicho? Eres de la familia, no empieces con esas cosas–Suni sonreía mientras la veía.
-Es divertido cada que me retas por hacerlo –se encogió de hombro.
-Bueno, basta… Mira, ella es Yewon, mi nueva asistente y alguien muy especial para la familia –me sonroje mientras me ponía de pie detrás del escritorio al que me había asignado Suni.
-Mucho gusto Yewon–dijo mientras me tendía su pequeña mano para que la tomara –Soy Hyun Seunghee, la diseñadora de exteriores.
-El gusto es mío señorita Seunghee–tome su mano con nerviosismo, ella era sumamente hermosa.
-Es una lindura –se dirigió a Suni pero sin dejar de mirarme –Dime Seunghee, no hace falta tanta formalidad, solo soy unos años mayor que tú–me sonrió y no pude evitar sonrojarme.
-Esta… bien…-fantástico, tartamudeé.
-¿Ya sabes a qué hora vendrá Jiho por ti para que se vayan a comer? –Me mordí el labio, un ligero toque de desilusión volvía albergarse dentro de mí.
-No vendrá, surgió un problema con la última propuesta que hizo el señor Jung y entraran a junta dentro de poco –evite suspirar.
-Lastima, me apetecía saludar a Jiho –Seunghee sonreí mientras veía a la mayor de los Kim.
-Seunghee casi todos los días la ves –se burló, ok me estaba perdiendo de algo.
-Sí, sí, si… como sea, mejor vamos a comer las tres, ¿Te nos unes Arin? No te molesta que te diga así, ¿Cierto?–Sí, Seunghee me agradaba, pero seguía poniéndome nerviosa su hermosura. ¿Qué todas las chicas de este lado de la ciudad eran así de hermosas?
-Claro, por mí no hay problema –sonreí tímidamente.
-¡No se diga más!–Choco sus manos –Vamos a comer que muero de hambre –Seunghee comenzó a caminar hacia el ascensor –Las veo en el estacionamiento –grito antes de que se cerraran las puertas.
-¿Siempre es así de sonriente?–pregunte tímidamente mientras esperaba a que Suni dejara los papeles que llevaba en las manos sobre su escritorio y tomara su bolso.
-Sí, siempre intenta buscarle el lado positivo a las cosas -fue nuestro turno de caminar hacia el ascensor.
Volví a sentir el mismo vértigo que cuando Jiho y yo fuimos a nuestra cita con el médico, el mismo que también sentí en la mañana al llegar a las oficinas, pero esta vez fue un poco más fuerte. Me recargue sobre una de las paredes y cerré los ojos.
-¿Estas bien Arin? –sentí la mano de Suni sobre mi hombro.
-Sí, solo me dio un mareo–sonreí sin abrir los ojos aun.
-¿Segura? Estas muy pálida –su voz sonaba preocupada. Abrí los ojos para encontrarme directamente con su mirada. ¿Por qué mi madre no pudo ser así?
-Segura, es solo que tenemos hambre–abrace mi abdomen con una mano.
-Ok, ya casi comemos, aguanten solo un poco–coloco su mano sobre la mía provocando un nudo en mi garganta.
-Gracias–susurre tragando el nudo.
Simplemente sonrió.
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Caminos Cruzados (Adaptación Jirin)
FanfictionChoi Yewon; 17 años. Tres meses de embarazo, sin hogar, sin trabajo, sin familia y todo porque se equivocó en el amor. La única persona que está en contacto con ella, Mina. Kim Jiho; 18 años, lo tiene todo. Excepto un amor verdadero. Su familia la q...