Capitulo 3

218 28 3
                                    

Ruedo y ruedo por la cama sin poder conciliar el sueño, a pesar de que mi cuerpo pide un poco de descanso, mi mente está más despierta que nunca. Absolutamente alerta. Ella está dormida a mi lado, no pude dejar que durmiera en el suelo como era su idea original.

Su rostro se encuentra tranquilo, como si nada ni nadie le molestara, como si realmente no le preocupara que una completa desconocida estuviera a su lado. La observo mientras recuerdo cómo fue que llegamos a esta situación.

Flash back

-Entonces… Puedes dormir en mi cama hoy, mañana arreglaremos el otro cuarto –menciono mientras tiraba una colchoneta al suelo.

-Espera… ¿Piensas dormir allí? –pregunte un tanto asustada.

-Claro, se duerme de maravilla –sus labios mostraban una sonrisa.

-¡Oh no! No voy a permitir eso –alegue –digo, yo soy la intrusa aquí, duerme en tu cama y yo me quedo en la colchoneta –camine hasta ella.

-Yewon, estas embarazada, no sería bueno para él bebe –su voz era tan dulce que provoco un nudo en mi garganta.

-Yo… no… -comencé a tartamudear –no puedo permitir que duermas en el suelo, hace frio, además trabajaste todo el día, debes estar muerta… no, ni hablar, si no duermes en la cama, duermo contigo en el suelo –me cruce de brazos, provocando una risueña risa en ella.

Una risa de bebe que casi me corta el aliento. Sonaba tan… alegre, tan despreocupada, que inclusive a me lleno de paz. Esa paz que tan familiar me estaba resultando conforme pasaba los minutos a su lado.

-Bueno, mejor en lugar de dormir las dos en el suelo, ambas dormimos en la cama –sonrió –prometo quedarme de mi lado –levanto las manos en modo de rendición.

Flash back.

Y henos aquí, durmiendo en la misma cama, cada una de un lado. Tal vez tenía un poco de ilusión y deseaba que me abrazara, tal vez solo estaba asustada porque realmente me tocara más allá, su problema sexual.

Pero el punto es que no podía dormir, simplemente la contemplaba.

Un delicioso aroma a tocino y panques hizo que mi estómago rugiera, despertándome de mi sueño. Realmente no me había dado cuenta en que momento me quede dormida mientras la veía dormir.

Un ruido me alerto, Jiho estaba haciendo el desayuno, ¿O había alguien más en casa? Eso me hizo sentir nerviosa.

Salí de la cama para dirigirme hacia la bolsa que estaba a los pies de la cama con mis cosas, busque mi teléfono y encontré dos llamadas perdidas de mi hermana. En cuanto desayunara le llamaría. Vi la hora y casi pego un grito, era pasado de medio día.

Camine el pequeño pasillo y llegue hasta la cocina, respire profundo y llene mis pulmones con el delicioso aroma que desprendía todo lo que Jiho había preparado.

-Puedes sentarte donde gustes, en un minuto te sirvo–hablo sin siquiera voltear a verme.

-Oh… gracias –susurre apenada –pensé que no me habías visto –hable mientras me sentaba cerca de donde ella estaba de pie.

-No lo hice, el aroma cambio cuando llegaste –volteo a verme con una sonrisa.

No supe que decir, realmente me había dejado sin palabras, ¿Había notado mi presencia solo con mi aroma? ¿Olía mal? Ok, necesitaba un baño, pero mi olor no era tan malo, ¿O sí? Discretamente comencé a oler mi cabello, pero no notaba nada fuera de lo normal.

Caminos Cruzados (Adaptación Jirin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora