Epílogo

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Muchas veces no entendemos lo que la vida nos tiene preparados, jugamos con la idea de que el destino se nos sido marcado y debemos seguirlo aunque no nos guste. Pero… ¿Qué ocurre cuando ciertas acciones o situaciones no son las correctas? ¿Aceptas lo que el destino te dio o luchas para cambiarlo?

¿El destino se puede cambiar? ¿Quién marca el destino? ¿Una fuerza sobrehumana o uno mismo con cada día que vive?

Nos damos cuenta de lo que tenemos en nuestras vidas cuando las hemos perdido o estamos a punto y es en ese momento en el que decidimos luchar, sabiendo que lo más probable es que se pierda la batalla.

Pero… a veces, solo a veces de verdad se lucha tanto que se genera una luz de esperanza, la que nos dirige de regreso a casa.

Un pequeño y oculto problema en el corazón fue el culpable de todo, bueno… más bien fue la culminación de una serie de eventos mal afortunados, el regreso de Lucas, su propuesta, la fotografía de Jiho, y Lucas otra vez.

Miro hacia atrás y me pregunto que hubiera sido de mí si Jiho no aparece en mi vida. ¿El destino la puso? ¿La situación? ¿Ella era mi destino? Son preguntas que últimamente no salen de mi mente, pero la respuesta realmente no me importa, porque volvería a vivir con ella cada uno de los momentos que vivimos…

¿Mejoraría algo? Tal vez, pero cada situación nos llevó hasta donde estábamos así que… no cambiaría nada.

La veo dormir y sé que está tranquila con todo esto, después de un año ya todo está bien. Su rostro está tranquilo, las ojeras ya han desaparecido. Está en paz, como debe de ser. La luz de la luna golpea su rostro mostrándome un brillo especial en su pálida piel, remarcando el rosa natural de sus labios gruesos. ¡Dios! ¡Sí que es hermosa!

Camino en silencio hasta la otra habitación, su habitación.

Dormido en su cuna, boca abajo igual que Jiho. Su cabello castaño oscuro ondulado, su piel rosadita y ese olor peculiar a leche y ternura que caracteriza a los bebés, pero él tenía uno especial… Jiho lo mantiene en sus brazos a cada rato y sus aromas se combinaban, haciendo que fuera uno solo.

Mi aroma favorito.

Dejo un suave beso sobre su frente y regreso a la habitación. Me siento nuevamente en el sillón que Jiho había puesto frente a la cama, y simplemente la observo, perdiéndome en su belleza.

-¿Qué haces aquí? –le escucho a mi lado.

-Digo adiós –contesto con los ojos cerrados.

-¿Adiós? –no me comprende.

-Si… es hora de continuar –camino de regreso.

-Creo que el sol te afecto –ríe nerviosa mi hermana menor.

-¿Por qué? –la miro de reojo.

-Arin, solo estamos en la playa… no entiendo a qué le estas diciendo adiós –a veces se me olvida que ella es tan pequeña.

-¿Recuerdas lo que paso hace un año? –regrese mi vista al mar, Mina simplemente asintió –Es hora de cerrar todo ese ciclo negativo –suspire –es hora de que de verdad comience a disfrutar y ser feliz junto a las dos personas que más amo –sonreí.

-¡Oye! ¿Y dónde quedo yo? –se quejó con lágrimas en los ojos pero una sonrisa dibujada en su pequeño rostro.

-Tú también eres parte de nuestra pequeña familia –reímos juntas mientras la abrazo y caminamos de regreso hacia el auto.

Caminos Cruzados (Adaptación Jirin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora