Mi hermana está absolutamente loca, colgó la llamada después de decirme que estaba en camino a mi hotel. Tire mi celular en mi cama y Sali corriendo hacia el baño para darme una ducha rápida. La loca de mi hermana estaría en unos minutos en la puerta y yo sin estar lista, pero esto es su culpa por avisarme cuando ya estaba por llegar.
Me vestí lo más rápido que pude con unos pantalones negros, zapatillas y una blusa blanca suelta, mi cabello lo deje suelto, la verdad siempre lo traigo suelto. Tome mi bolso y mi celular para luego salir del hotel.
Estaba por llegar al ascensor cuando este se abrió mostrándome a mi hermana con el mismo estilo de siempre, tan elegante. A veces pienso que no somos hermanas por lo distintas que somos con nuestra forma de vestir, hasta que recuerdo lo mucho que nos parecemos y se me pasa.
─ ¡hermana! - salió corriendo para abrazarme- ¡ah! No puedo creer que estas aquí nuevamente.
─ créeme hermanita que ni yo puedo creerlo- le digo mientras le dé vuelvo el abrazo- pero ya dejémonos de sentimentalismo y vamos a comer mucha de tu comida.
─ Eres una tragona Mía, no podrías pensar en otra cosa que no fuera comida. - Pregunta mientras vamos camino al ascensor.
─ Tu lo has dicho hermanita, yo solo puedo pensar en comida, pero también en mi trabajo y de verdad que lo amo- hago un ademan con mis manos.
─Eres todo un caso- dice mientras ríe.
Durante el viaje corto del ascensor nos mantuvimos en silencio, ya era todo un don que permaneciéramos calladas cuando ya no teníamos de que hablar. Estar con Nathalie, me llenaba de paz, solo ella y yo sabíamos lo ha habíamos pasado juntas, ella conocía mis secretos y yo los de ella. Nathalie y yo somos muy unidas en todos los sentidos, muchas veces podíamos mirar una persona con algo gracioso y con solo una mirada ya nos habíamos comunicado. De verdad que amo a la loca de mi hermana.
Ya habíamos salido del hotel, estábamos en su auto escuchando algo de música mientras ella conducía hasta el bufet que se haría cargo del menú de su boda, lo bueno de esto, simple. Comida gratis.
Estando en restaurant nos sirvieron todo tipo de comida desde los postres más pequeños hasta los más grandes y no cabe decir que todos eran deliciosos. Todo iba de maravilla se podría decir que es una las mejores tardes de mi vida hasta que a mi querida hermana se le ocurrió la gran idea de mencionarlo
─ Por favor Mía, ya han pasado cuatro años y un año desde que no hablan- me miraba como si fuese una niña.
─ Ese justamente es el problema Nath, que el en ningún momento se ha esforzado para mejorar nuestra relación-la mire- y no quiero saber más sobre esto- me levante de la mesa- tengo que ir al baño.
Estaba enfrente del espejo del baño viendo mis ojos que trataban de contener las lágrimas de solo recordad lo que paso hace cinco años, pero no me iba dejar vencer por sentimientos estúpidos que solo me hacían perder mi tiempo.
Me la ve la cara antes de Salir a buscar a mi hermana. Cuando salí ahí estaba en el mismo lugar que la deje, pero no estaba sola, con ella había dos hombres, uno lo reconocía porque era Frank, su prometido, pero el otro se me hacía extrañamente familiar.
Camine hasta la mesa tratando de contener mi enojo con mi hermana, ella solo quiere arreglar los mal entendidos, pero para mí todo era diferente, mi vida cambio por completo desde hace cinco años casi seis.
Nathalie se percató que estaba cerca y me lanzo una mirada pidiéndome disculpas, estaba arrepentida lo notaba en sus ojos, pero ya era tardé ya había un ambiente incomodo entre nosotras.
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Gritos en Silencio.
RomanceDolor, traición, desconfianza, coraje, cólera, recuerdos de amor, felicidad. Todo eso es lo que estoy sintiendo en estos momentos. Ahí estaba mi madre conduciendo. Ya decía yo que era muy raro que mi madre quisiera ir hacer las compras conmigo y mi...