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16 de junio

Decir que estaba decepcionado fue una subestimación masiva. Se había divulgado una gran cantidad de información desde el asesinato, pero todo fue inútil . La víctima era una mujer de unos veinte años, Marie Rodgers. Su esposo ( Ahora viudo)  estuvo en todas las estaciones de noticias hablando sobre lo difícil que fue perderle y lo devastador que fue para su familia. Tuvieron una hija de cuatro años, con parálisis cerebral, por la que los medios se volvieron locos. 

Ni siquiera estaba seguro de lo que había estado esperando. Aparte de encontrarse milagrosamente con el asesino en la calle y entablar una conversación, no había otra forma de que obtuviera sus respuestas de todos modos.

Justo cuando decidió que tal vez era hora de olvidarse de todo esto y encontrar otra cosa para ocupar su mente, su teléfono vibró desde dentro de su mochila. Al ir a buscarlo, vio que era un enlace de Jace. Lo abrió y cuando la página se cargó, sus piernas casi cedieron. 

Hubo otro asesinato.

No había muchos detalles. Las autoridades no pudieron confirmar que el asesinato estaba relacionado con el incidente en Henley Park, pero había similitudes. Se sentó en la cama y miró su teléfono mientras procesaba la nueva información. Así que no pudieron confirmarlo, pero tampoco lo negaron. No era mucho pero era mejor que nada. Estaba dispuesto a darse por vencido cuando el enlace le fue dado tan convenientemente. No creía en el destino ni en ningún poder superior que vigila el mundo, pero si lo hiciera, diría que estaban de su lado. Tenía que averiguar más.

Su día fue un desastre total. Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y la mayoría de los maestros habían dejado de entregar nuevas tareas, lo que significaba que las clases se habían convertido unicamente en una sala de estudio. También significaba que Jungkook tuvo que escuchar sus pensamientos repetirse y agitarse una y otra vez en su cabeza como si fueran una radio que no podía apagar. Su rodilla seguía rebotando debajo de la mesa y su pluma golpeando sobre ella; no podía quedarse quieto. Quería ver la segunda escena del asesinato. Sabía que el cuerpo seria limpiado, así que no estaría ahí por mucho tiempo, pero aún existía la ubicación real del lugar. Casi se había rendido después de la falta de algo en las últimas dos semanas. Ahora que había algo nuevo tenía que ir a verlo.

guardó sus cosas, teniendo un cuidado especial de no dejar caer nada con sus manos temblorosas y caminó al frente de la clase. Tosió en voz baja y la señora Keeting levantó la vista de su cuaderno.

Cuando ella notó el estado de Jungkook, probablemente pálido y definitivamente un poco tembloroso, dejó escapar un suave suspiro. — Oh cielos, señor Jeon. ¿Está bien? —

— En realidad no. — Admitió.
—¿Estaría bien si me voy un poco antes?—

— Por supuesto. — Garabateó su firma en un pase de pasillo y agregó "enfermo" con una pluma roja en la parte inferior. —Ahí tienes cariño. Ve y descansa un poco. — Jungkook le dio las gracias y se fue tan rápido como pudo. Por una vez estaba contento de haber jugado a ser la mascota de un maestro.

Tomó un taxi fuera de la escuela y le dio al taxista una dirección que estaba un par de edificios mas abajo para estar a salvo.

— ¿Estás seguro de que quieres ir allí, chico?— El taxista lo miró a través del espejo retrovisor. Alguien fue asesinado allí cerca anoche. Algún enfermo hijo de puta debe andar por ahí. —

La mandíbula de Jungkook se tensó y contuvo su comentario acerca de ocuparse de sus propios asuntos . — Sí, estoy seguro. — Dijo en su lugar con tono apacible.

Cuando llegaron allí, Jungkook le dió el dinero al taxista y salió antes de que pudiera obtener otro comentario estúpido. Bajó un par de edificios hasta que vio la dirección. Era un salón de uñas que ocupaba el extremo derecho de un pequeño centro comercial. No había vehículos policiales en el frente, lo que tenía sentido. Habían pasado casi seis horas desde que se encontró el cuerpo; La policía pasó mucho tiempo con los forenses.

A Strom Blowing Up Your HorizonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora