Ciudadela- Caverna- Segunda parte

22 1 0
                                    


  ¿De qué será capaz?— Pensó para sus adentros, preocupada.

  La duda le duró poco pues ella, Andra, tan creativa y analítica, se dio cuenta ante qué tipo de persona se encontraba. Tan sólo con dar un leve vistazo sobre la vestimenta y las armas que llevaba en su cintura se pudo percatar de una cosa:

- Mercenarios.— Mencionó molesta y para sí misma.

________________________________________________________________________________

  Su tono vago y carente de sentido, saltando de acento en acento; su lenguaje corporal agresivo y bruto, torpe; su aroma inconfundible a madera de altos y delgados sernos mezclado con ron de primera, para hacer sus fogatas en algún largo camino que se han tomado para llegar hasta la alejada caverna; sus risas de alto impacto y escándalo para quien les oyese.

  En vagas ocasiones cuando Marcio entraba y salía, se oían fuertes gritos y risas, junto a instrumentos de calidad dudosa, para con los sonidos que creaban. Extrañamente hacían fiestas dentro de la caverna, preparaban festines llenos de barriles de ron y enormes trozos de patas y alas de los animales que circundan los alrededores de la entrada que daba paso por debajo de toda la Ciudadela.

  Imposible no darse cuenta con tales armas exóticas de diferentes partes del reino y sus alrededores. Látigos de incontables cerdas; armas de filos curvos, rectos y violetas en su largo; manoplas; lanzas; prendas de pelajes de distintas presas que sucumbieron ante la furia de ellos.

  Cassy, miró sádicamente a Andra, para luego no quitar la vista de su arma, sin parar de admirarla y tocarla sutilmente, dado el gran filo que ha de tener para con los violetas bordes de forja mágica reflejando las antorchas del lugar. Caminando y respirando cada vez más exaltadamente alrededor de la joven, juega con la situación psicológica de ella.

  Iba y volvía, jugando a atinar las notas a una canción que ella misma parece haber creado, pues de nada sonó a oídos de la reclusa, nada ayudaba su acento vacío de sentido y su voz estridente.

________________________________________________________________________________

  Duele mi corazóooon... Que se haya marchado con otro... 
Si de mi solo amor es lo que conocióoooo.
Porque ha de huíiir con quien la golpeó... 
Si yo tengo que ofrecer mucho de mi Yoooo...

________________________________________________________________________________

- ¡¡Cof!! ¡¡Cof!! ¡¡Cof!!— Tocio con furia, dejando nuevamente en tranquilidad y silencio, el incómodo momento.

  De a versos su mandíbula crujía, soltándose y volviendo a la normalidad, acompañado de dos fuertes cerrar de ojos. Sus manos sin hacerle caso también se abrían y cerraban. Haciendo que hasta la daga se le caiga al piso. Avergonzada la tomó rápidamente y siguió con su semblante serio, pese a las acciones que realizaba, dignas de un loco.

  Cassy, apoyó el violeta acero mágico de su daga, en la parte interna de las piernas de Andra, haciendo que éste comience a recorrer su pierna, aproximándose desde de sus muslos hasta las plantas de sus pies, contemplando cómo Andra tuvo un leve estremecimiento que la hizo moverse de improviso.

- Mejor acomodemos esto. — Dijo con poco disimulo de que algo tramaba

  Tomó fuerte la cama de hierro y chirriante en donde yacía Andra boca arriba, la tuerce hacia abajo y esta sede ante la gran fuerza que hizo. El mecanismo complejo de poleas que componía la misma cama, que estaba hecha para utilizarse como tabla de tortura, logra que a la vez de encontrar su posición vertical, brutalmente caiga Andra sujetada sólo por las cadenas de pies y manos, lo que le provocó un fuerte dolor en tales extremidades debido a la violenta fuerza que utilizó Cassy al posicionar la cama de tortura.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 29, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hacia lo altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora