Séptimo pecado: La avaricia

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A la mañana siguiente, te despertaste algo desubicada y con dolor de cabeza. Al girar sobre la cama lo viste ahí, dormido, a tu lado, como un bebé. Entonces empezaste a recordar todo lo que pasó la noche anterior.

Te levantaste despacio de la cama para no despertarlo y te dirigiste a la ducha

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Te levantaste despacio de la cama para no despertarlo y te dirigiste a la ducha. Al parecer reinaba el silencio en el apartamento. Al abrir la puerta del baño, una nube de vapor empañó tus ojos. Dirigiste la mirada hacia la ducha y quedaste impactada al ver a Namjoon desnudo.

¿Nada más levantarte y ya estabas cachonda otra vez? Quedaste paralizada, con la mirada clavada sobre su cuerpo

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¿Nada más levantarte y ya estabas cachonda otra vez? Quedaste paralizada, con la mirada clavada sobre su cuerpo.

- Eh, no te esperaba ahí- dijo Nam cuando te vio, algo agitado por el susto.

- Emmm... perdona, venía a darme una ducha y suponía que no había nadie - dijiste avergonzada, tratando de huir de tus sucios pensamientos y abriendo la puerta para salir de allí.

- ¿A dónde crees que vas? ¿Piensas que voy a dejar que te tires a todos mis amigos y conmigo no hagas nada? - dijo atrayéndote hacia él mientras agarraba tu brazo.

- ¿Yo? No, no, eso es mentira - decías tratando de esquivarlo.

- Lo sé todo, señorita, así que si no quieres que le cuente nada a JK debes complacerme a mí también - dijo chantajeándote, mientras desabotonaba la camisa de tu pijama.

- Vamos, desnúdate y entra conmigo - te pidió mientras estimulaba su miembro mojado por el agua de la ducha.

Entonces te desnudaste y sin rechistar entraste con él. Pegó tu cuerpo a la pared fría de mármol, haciendo que te quejaras por el contraste de temperatura en tu cuerpo. Agarró con una mano tu cara y empezó a besarte los labios jugando mucho con su lengua. Su otra mano empezó a bajar desde tu pecho a tu entrepierna, donde se recreó pasando sus húmedos dedos sobre tu clítoris. Sus labios encajan a la perfección con los tuyos, y te encantaba que se mordiera el labio constantemente.

Tus manos viajaron desde su cuello, pasando por su torso hasta su miembro, el cual empezaste a masajear bajo el agua

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Tus manos viajaron desde su cuello, pasando por su torso hasta su miembro, el cual empezaste a masajear bajo el agua. Gemidos escapaban por vuestras bocas mientras estas se fundían. Subió una de tus piernas que mantuvo agarrada y con la otra mano empezó a estimularte, introduciendo un par de dedos dentro de ti. Su lengua pasó a jugar con tus pezones.

- Oh... T/N... me tienes muy duro... tan duro como tus pezones cuando los muerdo... necesito follarte ya - dijo mientras agarraba su miembro y lo restregaba por tu clítoris. Te dio la vuelta, poniéndote en pompa, azotó tu culo con fuerza, abrió tus cachetes y empezó a introducirse en ti. Una de sus manos agarraba tus caderas y la otra tu cuello, levantando tu mentón. Empezó a darte muy fuerte, tanto que el sonido del agua sobre vuestros cuerpos cubría vuestros gemidos.

 Empezó a darte muy fuerte, tanto que el sonido del agua sobre vuestros cuerpos cubría vuestros gemidos

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- Nam... como sigas así voy a correrme... - gemiste mientras tus manos se apoyaban en el mármol frío.

- Eso quiero, niña - decía mientras su mano pasó a estimular tu clítoris mientras te follaba con dureza.

Y mientras tus piernas se tambaleaban te viniste con su miembro en tu interior. Volvió a darte la vuelta.

- Ahora quiero venirme en tu boca, vamos, ayuda a papi - decía acariciando tu cara.

Te agachaste y empezaste a jugar con su miembro. El agua ayudaba a lubricar y a masajear mejor, así que mientras tus manos subían y bajaban por su longitud, tu boca succionaba su glande, con suaves lamidas alrededor. Nam agarró tu cabeza con sus dos manos, llevando el ritmo, hasta que no aguantó más y como buen dominante, comenzó a follar tu boca, provocándote varias arcadas.

- Buena niña, me encanta que te atragantes con mi polla - dijo sonriéndote - vamos sigue así, quiero llenar esa boquita.

Entonces su miembro creció y se endureció aún más, escupiendo todo lo que Nam llevaba aguantando desde que te vio. Ibas a salir de la ducha para secarte y salir de allí, como si nada hubiera pasado, pero Nam te frenó.

- Oye, T/N, será nuestro secreto, ¿vale? - dijo besándote de nuevo, esta vez con ternura.

Saliste del baño.

- No me has despertado, ¿has dormido bien? - dijo JK que se sorprendió al verte salir del baño justo cuando él iba a abrir la puerta.

- Emmm... estabas tan mono durmiendo que no quería molestar. Vine a darme una ducha pero ya terminé... oye ven, vamos al dormitorio - dijiste intentando evitar que entrara al baño y descubriera a Nam dentro.

- ¿Qué pasa, nena? Me hago mucho pis, ve tú al dormitorio ahora te alcanzo - dijo JK abriendo la puerta.

- ¿Qué pasa, nena? Me hago mucho pis, ve tú al dormitorio ahora te alcanzo - dijo JK abriendo la puerta

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Los 7 pecados carnalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora