Pecado mortal: 1ª parte

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Entonces el móvil de Jungkook comenzó a sonar desde su dormitorio. Tu corazón se había paralizado por un segundo pero fuiste salvada por la llamada. Mientras Jungkook entraba a su dormitorio, tú entraste al baño y le pediste a Namjoon que saliera y lo dejara libre.

- Oh, ¿qué pasa, era algo importante? - preguntaste a Jungkook tras haber atendido la llamada y salir de nuevo de su dormitorio hacia el baño.

- No, nada, solo era una de mis compañeras de trabajo a la cual le toca el turno esta noche, por lo que no trabajo - dijo estirazándose con una enorme sonrisa, entrando por fin al baño.

Una vez salió, se dispuso a vestirse para llevarte a tu hotel y que así pudieras ponerte ropa limpia y seguir con tus planes sobre descubrir Seoul. Los demás chicos empezaban a salir de sus dormitorios, dirigiéndose al baño o a la cocina para desayunar. Te encantaba verlos recién levantados, con esas caras de sueño, aún con los ojos medio cerrados y la voz ronca. Cada uno de ellos se despidió de ti, de forma bastante amable y cercana.

- Vamos, nena, te llevo al hotel - dijo acercándote tu abrigo y abriéndote la puerta.

- Hasta pronto, chicos - te despediste y saliste.

Fuisteis hacia el coche. Jungkook estaba tan guapo...  Llevaba una chaqueta de cuero negro y unos vaqueros muy ajustados. Se te iban los ojos a todas partes. Antes de llegar a tu hotel, decidisteis parar en una cafetería y desayunar juntos.

- Espero que hayas estado cómoda en mi apartamento y que te hayan caído bien mis amigos, aunque no hayamos tenido tiempo de enseñarte nada sobre la ciudad - dijo disculpándose

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- Espero que hayas estado cómoda en mi apartamento y que te hayan caído bien mis amigos, aunque no hayamos tenido tiempo de enseñarte nada sobre la ciudad - dijo disculpándose.

- Ah, no te preocupes Jungkook, he estado genial además, aún me quedan muchos días por aquí, no te librarás de mí tan fácilmente - dijiste entre risas.

- Oye, ¿te apetece que te recoja esta noche y hacemos una fiesta en mi apartamento? Ya que hoy es mi día libre... - dijo ilusionado por la propuesta, esperando tu confirmación.

- No, espera... tengo que... - dijiste vacilándole - jaja, nada, ¡claro que me apunto!

- Ahhhh, ¡qué ilusión! Lo pasaremos genial, te llamaré cuando esté llegando a tu hotel para que te vayas preparando, ¿vale? - dijo mientras pagaba el desayuno.

Tras desayunar, volvisteis al coche y te dejó en la puerta de tu hotel.

- Te veo esta noche, preciosa - dijo mirando tus labios y sonriendo, acercándose para besarlos.

- Te veo esta noche, preciosa - dijo mirando tus labios y sonriendo, acercándose para besarlos

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Los 7 pecados carnalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora