Sexto pecado: La ira

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De camino a recoger a su amigo, te sumergiste en tu mente, intentando aclarar tus pensamientos. Estabas sintiendo algo más por Jungkook, pero te atraía la idea de acostarte con todos sus amigos. Bueno, a veces no hay que hacer siempre lo correcto, ¿no?, pensaste intentando excusarte y autoengañarte.

- Eh, coge mi móvil y apunta tu número. No me gustaría perder el contacto contigo, T/N - dijo sonriéndote sin perder vista de la carretera.

Tomaste su teléfono y marcaste número a número. En ese momento, saltó un mensaje de Hoseok: "¿Dónde estás? Llevo esperándote un buen rato y me estoy congelando aquí fuera. Ya puede ser importante lo que esté haciendo que te retrases". Avisaste a Jungkook leyéndolo y este empezó a sentirse muy culpable. Estabas descubriendo su personalidad y te estaba gustando peligrosamente. Llegasteis y Jungkook salió del coche para disculparse con Hoseok, pero oíste gritos. Bajaste del coche por si la cosa se ponía fea intervenir.

- ¿Y esta chica, quién es? - preguntó Hoseok a Jungkook muy enfadado, pidiendo explicaciones.

- Es una chica que conocí en mi trabajo, es extranjera y ha venido a aprender y me ofrecí a ayudarla y la invité a casa - dijo explicando quién eras.

- Es demasiada mujer para ti, Jungkook, sigues siendo un niñato, no la mereces - dijo aún invadido por el espíritu de la ira.

Jungkook te miró, algo apenado, notabas como su mirada se entristecía.

- Ya te he pedido disculpas, Hoseok, no la metas a ella en esto. Sube ya al coche, anda - pidió a Hoseok, agarrando su brazo.

- Ya hablaremos... - respondió Hoseok, abriendo la puerta trasera y subiendo al coche.

Ya en el coche dirección a casa, Hoseok se acercó a tu asiento desde atrás para preguntar tu nombre. Jungkook miraba de reojo constantemente. Notabas cierto resquemor entre ambos, como si no se llevaran muy bien o discutieran a menudo por sus caracteres. Hoseok empezó a jugar con tu pelo, intentando establecer conversación contigo. Una vez en casa, pasasteis al salón que ya estaba desierto. Era muy tarde y estaban todos durmiendo.

- T/N, voy a tomarme una ducha, tú ve a mi dormitorio y acuéstate. Quiero que descanses. Yo en seguida te haré compañía - dijo besando tus labios y sonriendo.

Entonces hiciste caso a sus palabras, y entraste a su dormitorio con toda la confianza. Cambiaste tu ropa, poniéndote un pijama del cajón de Jungkook. Te metiste en la cama, te tapaste y empezaste a darle vueltas a la cabeza. "No eres su novia, T/N, no pasa nada si te tiras a sus amigos, no te niegues el placer si tu cuerpo lo pide y si lo tienes delante" decía una parte de ti mientras la otra te culpaba por tus pecados, "Jungkook está preocupado por ti, te ha abierto las puertas de su casa sin conocerte y te está tratando como nadie lo había hecho nunca y tú le pagas así, no tienes vergüenza ni perdón". De repente, oíste algo a través de la pared de su dormitorio, que pegaba justo al de Hoseok.

- Ahh... T/N... cómo me pone tu cara cuando te la estoy metiendo... - gemía desconsoladamente.

¿Estaba gimiendo tu nombre? Tus pezones empezaban a erizarse mientras lo escuchabas. Entonces, tu de nuevo mente sucia hizo de las suyas. Saliste del dormitorio hacia el dormitorio de Hoseok. Abriste la puerta despacio para espiar por ahí sin que te viera, y allí estaba, sentado en la orilla de su cama, masturbando su enorme erección con furia y rabia, dejándose la mano.

 Abriste la puerta despacio para espiar por ahí sin que te viera, y allí estaba, sentado en la orilla de su cama, masturbando su enorme erección con furia y rabia, dejándose la mano

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Los 7 pecados carnalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora