*Mi sexy orientador*

2- Quedada con sorpresa

Ha pasado una semana desde mi primer día de instituto, ya puedo decir que tengo un grupo de amigos. Nerea es a la que mas aprecio tengo y después esta Amelia que es igual de desastre que yo, supongo que por eso nos llevamos tan bien. Conocí a algunos chicos de mi clase que me caen bastante bien, como Fran que es un bromista de primera, siempre está haciendo tonterías e intentando por todos los medios hacerte reír. O Steve, vamos juntos en cultura, es bastante guapo y si no fuera porque es un obseso del control no descartaría tener algo con él.

En algunos recreos he visto pasar al orientador en practicas en compañía de la  orientadora del instituto, se supone que le está enseñando lo básico. Se rumorea en mi grupo que la orientadora Clara se tira a Héctor en la pequeña sala donde se suelen meter, dicen que una vez escucharon gemidos al pasar por al lado de la puerta. Y aquí es donde añadimos un fabuloso y espectacular  "no se Rick, parece falso".

Hoy por la tarde voy a quedar con mi grupo de clase, seremos como unos cinco y no voy a mentir, no tengo ganas de ir...lo que tiene que hacer una por socializar. 

Son las 18:30 hemos quedado a las 18:45 creo que por mi bien debería ir saliendo, por el camino me dedico a ir con el móvil chateando por el grupo de clase leyendo todas las quejas de Amelia por estar llegando tarde, aunque se esté quejando yo sigo yendo a mi paso ultra lento.
Estoy a unas manzanas de llegar al punto de queda cuando al pasar un cruce de calles me topo de cara con alguien, rápidamente me separo para mirarlo y pedirle unas sinceras disculpas.

-Discul...disculpa- JODER JODER- iba distraída con el teléfono y no te vi 

-No te preocupes- dice el sexy orientador de mi instituto- espera un momento ¿tú eres Laura?    

What the fuck como sabe mi nombre, tienes los ojos azules uau es realmente guapo

-Si soy Laura ¿Me conoces de algo?

-A ti te he estado buscando estos últimos días

¿Este pibonazo me ha estado buscando a mi? Esto es un sueño del que no me quiero despertar 

-Clara me puso la tarea de buscarte para hacerte las pruebas del coeficiente intelectual de cada dos años, este año como estoy en practicas te las haré yo- prosiguió Héctor- ¿Qué clase tienes mañana después del recreo? 

-Mañana después del recreo...- me quedé pensando un rato ya que no me se bien el horario- si no me equivoco tengo Filosofía 

-¿En que clase?

-A7

-Estupendo, mañana pasaré a buscarte. Dame las gracias por hacerte saltarte filosofía- dijo Héctor con una sonrisa encantadora- Hasta mañana Laura. 

-Adiós- dije meneando la mano de un lado para otro como una completa estúpida.  

AHHHHHHHHHHH (grito interno) NO JODASSSSSS cuando le cuente esto al grupo van a fliparr...o mejor, que lo vean ellos mañana, se van a morir de la envidia. A solar con Héctor en una habitación que fantasíaa.

Estoy a unos metros de llegar al punto de queda, ya puedo ver la cara de enfado de Amelia desde la punta de la calle, está con los brazos cruzados y con cara de querer asesinar a alguien.

-Perdón tuve un percance por el camino- bueno...Héctor no es un percance en lo absoluto 

-Si ya veo que venias muy apurada- dice Amelia mirándome mal

-Tía déjala que ha llegado diez minutos tarde que tampoco es para causar las Tercera Guerra Mundial- dijo Nerea dándole un pequeño empujón en el hombro

-Ella es capaz- interrumpió Fran 

-Esta vez te la perdono- dijo Amelia ignorando el comentario de Fran y sin poder evitar sonreír -Pero a la próxima las pagaras 

-Que miedoo -dije levantando las dos manos y agitándolas a la vez 

La quedada por el momento no iba nada mal, fuimos a un Starbucks de la zona donde me timaron por un batido cutroso, no entiendo como puede ser tan caro. Me dispuse a conocer un poco mas a Fran y Mario los dos chicos que vinieron a la quedada, Mario es el mejor amigo de Fran los dos son igual de estúpidos e infantiles, y por eso me caen tan bien. Me contaron anécdotas muy graciosas y entre risas pasamos la tarde.  

Ya en casa mientras me daba una ducha relajante volví a recordar a Héctor, en el repentino encuentro en la calle y sobre todo, en que mañana me buscaría después del recreo.