Los Hombres De Mik 2

Capitulo 7

Bryce vio Mikayla instalarse en los brazos de Ryan y envidió a su hermano más de lo que creía posible. Enamorarse de la esposa de sus hermanos había sido exactamente lo contrario de sus planes, pero parecía haber pasado, de todos modos. Teniendo en cuenta que el contrato en este planeta estaba casi realizado, y Brock recuperado del todo, realmente no necesitaban a Bryce más. Lo habían invitado a unirse a ellos en su próximo contrato, pero teniendo en cuenta las fantasías eróticas que Bryce tenía cada vez que estaba cerca de su esposa, probablemente sería mejor para todos si él tomaba su propio camino por un tiempo.

Los recuerdos de cómo la vida había sido horrible sin su familia comprimían su cerebro, pero él despiadadamente los hizo a un lado. Esta vez las cosas eran diferentes. Esta vez podía visitarlos y mantener un contacto regular. No sería tan asombroso como habían sido las últimas semanas, pero al menos no le causaría ningún problema a Mikayla.

Al igual que hace diez años, se alejaría porque su presencia sólo causaría dolor a los que amaba.

- Ella es hermosa, ¿no?, - dijo Peter a su derecha. Un poco desconcertado al ser sorprendido mirando, Bryce asintió y se volvió hacia su hermano.

- Eres un hombre muy afortunado, - dijo con sinceridad.

- Tú también, - dijo Peter serio. Confuso, Bryce miró para ver Mikayla sonriéndole, y su corazón se retorció un poco de preocupación. No había sido exactamente capaz de ocultar su afecto por Mikayla, pero seguramente sus hermanos sabían que nunca intentaría ser algo más que su amigo.

- Yo... eh... supongo que sí, - dijo, con la esperanza de estar entendiendo mal el significado de las palabras de Peter. Seguramente se refería a que Bryce se había salvado de dos asesinos.

- Ella te ama, - dijo Peter, lanzando a Bryce a la confusión. ¿Por qué no estaba Peter enojado? ¿Por qué estaban todos sus hermanos sonriéndole? ¿Y por qué que estaba Mikayla rodeando mesa para sentarse en las rodillas de Matt?

Ella besó a Matt, echó un vistazo alrededor de la mesa, haciendo contacto visual con cada uno de sus maridos antes de colocar su mirada en él.

- Al parecer, siete no es un número par.

- Yo-yo no entiendo, - logró forzar Bryce más allá de una boca súbitamente seca.

Todos sus hermanos lo estaban observando, y no tenía idea de por qué.

- Resulta, - dijo Peter, - que ocho parece ser el número perfecto para Mikayla.

- ¿Qué? - Gritó Bryce, cuando al menos un significado posible, se hundió en su cerebro. Seguramente no estaban sugiriendo...

- Bryce. - La suave voz de Mikayla atrajo su mirada hacia ella, y cuando tuvo toda su atención, ella se inclinó hacia delante y lo besó suavemente. No un beso de amigo, no un beso de cuñado, sino el tipo de beso que le había visto ofrecer a cada uno de sus maridos. Bryce se abandonó a la caricia sensual, olvidando momentáneamente su público, pero un par de risas muy divertidas llegaron a sus oídos y él se apartó.

La vergüenza calentó sus mejillas cuando se enfrentó a sus hermanos.

- Cásate conmigo, - dijo Mikayla suavemente. Era más una orden que una petición, pero Bryce quiso gritar a los cuatro vientos que sí. Él miró a cada rostro sonriente en la mesa, preguntándose si estaba soñando o delirando, pero finalmente susurró la palabra que su corazón deseaba.

Mikayla sonrió y se arrastró desde el regazo de Matt al de Bryce.

Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó como si no hubiera mañana. Una y otra vez el asalto sensual de ella atrapó su corazón y le robó la razón. La había amado desde que la había conocido, y él no podía imaginar un futuro sin ella, bueno, no un futuro feliz de todos modos.