Los tiempos cambian

3 0 0
                                    

Me encontraba, como ya era costumbre en mi esas noches en las que no podía pegar ojo, estudiando detenidamente el mapa que tenía de Isla Sierpe, sobre el cual tenía cuidadosamente colocadas pequeñas tallas en madera que representaban cada uno de los ejércitos que tenía repartidos por toda la isla. Esa noche, sin previo aviso, tocaron a mi puerta, era Drog.

"Mi señor, aquí fuera hay un extraño que dice tener un mensaje para vos..." me dijo. Lo miré extrañado, pues no eran horas para que ningún mensajero viniera a visitarme, y menos, en mi propia casa. Indiqué a Drog con un leve gesto de mi cabeza que lo hiciera pasar, pero que estuviera preparado por si era necesario derramar sangre.

Aquel misterioso visitante traía, en efecto, una carta sellada con el símbolo del clan Escama Negra, cosa que me sorprendió, y tal cual estaba en mis manos, nuestro visitante se marchó tal como había venido, no sin antes mirarme y sonreír. "Todo estaba dispuesto para éste dia, Cónsul...él llegará pronto", dijo el extraño mensajero antes de marcharse. Una vez a solas con Drog y Aron, me senté sobre una de las sillas que tenía más cercana y me dispuse a leer el mensaje, que dictaba lo siguiente:

"Mi estimado y viejo amigo orco Sjorvar Escama Negra:

Tal vez os sorprendan estas palabras, tal vez la duda cubra vuestro corazón, pero si no olvidásteis la memoria de quien una vez fué vuestro gran amigo y anterior líder del clan Escama Negra, sabréis bien quien es el autor de éstas palabras.

He estado todo este tiempo al tanto de vuestras hazañas y actos, y me enorgullece ver lo lejos que habéis llevado el nombre del clan Escama Negra, pero los tiempos cambian, y nosotros debemos cambiar con ellos.

Pronto tendréis noticias mías, aguardadlas con impaciencia, pero no desveléis aún la existencia de éstas palabras, así como la mía propia.

Cuando la Madre disponga, todo saldrá a la luz. Que la Madre os guarde y guíe hasta entonces, General de los Ejércitos.

A.I.R"

Caí sobre mis rodillas una vez finalicé de leer aquellas palabras...no podía dar credito a lo que leían mis ojos. Preocupados, Drog y Aron se acercaron a mí y me preguntaran qué sucedía, pero no supe qué responderles.

"Dejadme solo..." les dije con la voz entrecortada. "Pero mi señor..." insistió Aron, preocupado. "Largáos! Es una orden!" respondí con un rugido, por lo que, ante mi comportamiento, Drog comprendió, y alentó a su compañero para salir de la sala, dejándome

inmerso en mis pensamientos.

Tiempos oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora