Real➳ taehyung

la extraño

Taehyung entró en su departamento, sintiendo un gran peso en sus hombros y el corazón roto. A penas podía pensar correctamente, en su mente solo estaba la imagen de Hyemin llorando y sus palabras diciéndole que no podía perdonarlo.

Joder, había sucedido lo que él más temía. Como un maldito idiota, había perdido a la persona que más amaba por sus mentiras.

Taehyung fue hasta la cocina y tomó entre sus manos, el vino que iba a compartir esta tarde con sus amigos. Pero todo se había arruinado por la llegada de Joanne, aunque no podía echarle por completo la cumpla, ya que sabía que en parte, todo estaría solucionado,  si él hubiese sido sincero desde un principio. Y no lo fue, Taehyung nunca pudo decirle lo que estuvo haciendo en América.

Su cabeza se dividía entonces en dos pensamientos, tomarse el vino o llamar a Hyemin otra vez para contarle todo. Si lo hacía, corría el riesgo que ella no le volviese a hablar nunca más, se decepcionara más de él y no le permitiera verla siquiera. Porque hasta el momento Hyemin sólo sabía de Joanne, por lo tanto, sólo sabía un poco de la historia.

Agarró la botella con firmeza  y entonces con un saca-corcho, le quitó este. Caminó fuera de la cocina y ni se molestó en tomar un vaso, simplemente llegó al sillón y comenzó a beber, rápidamente para sentir el efecto de este. Su celular vibraba dentro de su bolsillo, sin embargo no se molestaba ni en ver quién era porque, en el fondo sabía, que ninguno de esos mensajes era Hyemin.

Pasaron unos minutos y él estaba un poco más tranquilo,  cuando el timbre sonó por todo el departamento. Algo en su cabeza un tanto borracha le decía que debía abrir,  pero su cuerpo deprimido no quería hacerlo. Prendió un cigarro y se puso rápidamente de pie, como si fumar aquello haya sido una inyección de energía y sobriedad. Pero no, no lo era,  porque apenas vio la cara de Jimin al otro lado recordó todo y sus hombros volvieron a pesar y su corazón volvió a doler.

— Taehyung-ah...—Soltó al verlo tan mal, una mueca cruzó su rostro y apretó la bolsa que llevaba en la mano, sintiéndose más que culpable.— Taehyung yo—Su amigo lo interrumpió.

— T-te odio ¿s-sabes?—Dijo ahora él con una mueca.— Te dije que no abrieras la puta boca y es lo primero que haces, Jimin. ¡Lo primero!—Se quejó dándose media vuelta para caminar al sillón nuevamente.

—¡Lo sé joder!—Contestó entrando al lugar y cerrando la puerta.— Pero tienes que entender que Min es mi amiga y no podía hacerle esto,  no podía permitir que le estuvieras viendo la cara.—Taehyung soltó un quejido, uno de dolor y decepción de que hasta su amigo pensara así de él. Por Dios, él nunca querría dañar a Hyemin a propósito.— Además me dijiste que no le habías mentido y lo hiciste...después de todo lo que ustedes pasaron le mentiste como si no fuese nada para ti.—Se puso de pie y lo miró ahora molesto, porque aquello era mentira, una absoluta y vil mentira.

— ¡No, joder, no!—Gritó mirándolo molesto, él no sabía nada.— Le mentí porque Hyemin significa todo para mi...Ella es todo lo que tengo ¿Entiendes? Por ningún motivo quería perderla o hacerle daño.—Le intentó hacerle entender, Jimin entonces se acercó y se sentó en el sillón, dejó la bolsa sobre la mesita y sacó unas cuantas botellas de soju que había comprado en el camino.

— Te creo, pero no te entiendo.—Taehyung se sentó nuevamente y apagó lo que le quedaba de cigarrillo.— Pero para eso tenemos toda la noche ¿No? Para que me cuentes sobre toda esta mierda que te aqueja...—Puso su mano en su hombro.— Para eso están los amigos, Tae.— Jimin abrió una botella y bebió de está, quemando su garganta. Taehyung hizo lo mismo, pero con el resto que le quedaba de vino.

Y de pronto, Taehyung miró a Jimin y se le vinieron millones de recuerdos a la mente. Como cuando lloró por primera vez por la muerte de su madre o cuando a veces lloraba por teléfono como un niño porque extrañaba demasiado todo sobre su vida pasada. Jimin hizo una mueca y soltó un chasquido de lengua, sintiéndose mal por cómo estaba su amigo, pero a la vez sabiendo que era lo que tenía que pasar.