Tome mi chaqueta y salí de casa. Pensé en mandarle un mensaje a Poly, preguntando un "¿Paso por ti?", pero, supongo que no sería tan apropiado si va con Louis.
Entre y me senté un poco lejos de las bocinas para poder hablar bien con ella.
Miré a la entrada. Poly estaba ahí con Louis y unos chicos atrás.
Ella me miró desde lejos y me sonrió.
Ella entró, hablo algo con Louis y vino a donde estaba yo.
- Hola.- abrí los ojos como platos.
Era la primera vez que ella tomaba la iniciativa.
- Ho-hola.- ella tomó asiento y rio.
- ¿Cómo estas?.
- Bien, ¿y tú?.
- Bien.
Quedo un silencio incómodo.
- No se como iniciar una conversación.- la miré.- Comienza tú.
- Tampoco se como.- ambos reímos.- Cuéntame de ti.
- Ammm...- ella acomodo su cabello.- Me llamo Paulette, tengo quince años y mi hermanastro es la única persona con la que me siento bien.
- ¿A qué te refieres con bien?.
- Me siento segura. Soy algo timida.
- Okay, continua.
- No tomo café y...- ella guardo silencio.- sólo eso, supongo.
Me quedé congelado, estaba nervioso.
- Ahora vas tú.- la mire confundido.
- ¿Eso es todo?.- ella río.
Me gustaba hacerla reír. Su risa es bonita y contagiosa.
- Mi vida es aburrida, cuando te tome confianza te contaré cosas que ni yo se de mi. Pero ahora vas tú.
- Me llamo Finn, tengo dieciséis años, estoy en una banda llamada Calpurnia, vivo con mi hermano y mi mamá...
- Si, eso ya lo sé.- ella se sonrojo.
- ¿Qué?...
- Vivía frente a tu casa, no sólo se que me vendes cafés de vainilla para mi hermano.
- ¿Y me espiabas?.- ella se sonrojo aún más.
- Siempre trate de ser tu amiga.
- ¿Que? No.
- Claro que si, le puedes preguntar a Nick.
Ella acomodo su cabello.
- Oye, ¿por qué no pedimos algo?
- ¿Un café?.- reí, la quería molestar.
- ¿Te burlas de mi?.- ella rio.
- Solo quiero saber porque compras tantos cafés.
- Son para mi hermano.- ella rodo los ojos y me sonrió.
- Pide lo que sea...- me miró.- Menos cafés.