En un departamento muy lujoso, vivían la falsa pareja adinerada: Jughead e Archie. No se amaban pero se puede decir que sí se habían amado.
Jughead colgaba su chaqueta pesada en el closet quedando sin camisa y solo en pantalón.
Estaban en Marte. Se ofrecieron porqué pensaron que sería divertido un cambio y que les vendría bien.
Sus padres se quedaron en la Tierra y murieron. Como si fuera cosa de magia, el sol cayó del cielo y quemó toda la Tierra. Ahora, si miraban fuera de la ventana se podía sólo ver el sol donde estaba la Tierra.
Entristeció mucho a Jughead durante varios días. Pero ahora sentado en su cama mirándolo ya no lloraba.
Archie lo estaba observando mientras que se cambiaba de ropa.
—¿Tienes que mantener tu mirada en mí siempre? Tengo escalofríos por toda mi espalda.
—El amor significa mirarse a los ojos sin parpadear.
—¿Y mi espalda tiene ojos?
Archie movió su cabeza a un lado como un perrito.
—Bueno, has engordado un poquito y por eso tienes dos huecos que están a los lados de tu barriga.
—¡SAL DE AQUÍ!
—Amor es honestidad.
—No sé porqué te creé. Me sentía tan sólo en la Tierra a pesar de que tenía a mi padre y entonces tan sólo te creé. El robot perfecto que logró reconocer los sentimientos humanos y copiarlos.
—Sr. Jones, es usted muy cruel y molesto. Antes no solía ser así.
Archie mostró su verdadero acento robótico mientras que se desata la corbata.
—¿Te di permiso de mostrar tu voz?
—¿Tengo que pedir permiso, Sr. Jones? Siento que... Por más leal que me vuelva, le molesta.
—¡Ya te dije que tu no puedes sentir verdaderamente!
Jughead se levantó, tirándole la Copa de cristal que sostenía y Archie cerró los ojos. La piel en su cachete se rompió en finos hilos y se veía el metal robótico de su cuerpo.
Los ojos de Archie se encendieron en un color azul robótico.
Jughead comenzó a sollozar.
Archie suspiro y camino hacia él para tirarlo a la cama y aunque este se puso en posición feto. Archie tan solo lo cubrió con una manta. Su dueño lloraba sin parar, lamentándose.
Betty estaba afuera de la puerta con su oído pegado en este, escuchando lo todo.
Archie lo sintió y fue hacia la puerta.
—¡EN LA MARCHA VAMOS YA! ¡VAMOS, VAMOS!— Archie canta fuerte y alto ahora marchando en un mismo lugar.
Betty se alarma alejando su oreja con sus dientes apretados y un dedo limpiando su pobre oreja.
Archie abre la puerta entonces pero Jughead está a su lado también y ambos miran a Betty.
—Tendremos que matarla, sabe mucho.
—Lo que usted diga, jefe. Estoy de acuerdo a seguirlo esta vez.
Betty grita con miedo ante sus comentarios.
—No, pero... ¿Podrías mantener esto en secreto?— Jughead sonríe nervioso.
—Rayos... Los dos patinadores más famosos, pareja casada y resulta que uno de ellos es robot, ¡iba a ganar mucho dinero!
—Archie, prepara Foxy y Triny.
—Aww, ¿son tus primas?
—Mis tiburones.
Betty respinga, aún más aterrada.
—Bien~ No diré nada chicos. No sería justo. Oigan y, hay papeles de divorcio. ¿Saben?
Ella anuncia y se va corriendo después de mover su mano “adiós”.
Archie y Jughead cierran la puerta.
[En la mañana siguiente]
Archie era el que estaba en la mesa de su abogado con un papel de divorcio frente a ella.
Jughead no había llegado.
...
Y nunca llegó.
Archie se fue angustiado a su casa y una vez entró, cerró la puerta fuertemente.
—¡¿Me puede decir porqué no llegó, Sr. Jones?!
Archie se detuvo en la puerta de la habitación, viendo a Jughead recién bañado con una kimono púrpura cerrado y pantuflas.
—Sé que siempre quisiste ser chino pero esto va lejitos.— Archie dice.
Jughead se levanta y se pone frente a Archie, sonriendo con sus labios.
—¿Qué es lo que estás haciendo?
—Pues mirándolo, Sr. Jones.
—No puedes ni podrías vivir sin mí. Imagina cómo se sentirá la otra persona si de casualidad dices...
—Digo...
—"Sr. Jones".
—Sr. Jones.
—Exacto.
—Sí...
Ambos asienten desesperadamente y se besan apasionados.
Pero de repente la luz le la casa se torna roja y las bocinas de todo Marte se encienden:
"Alerta: Invasión. Alerta. Alerta. ALERTA AAAA PUÑETAAAAAAA."
*N/A: Y me morí de risa XD*
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My Favorite• Jarchie
HumorRelata en el que Betty y Veronica sueñan las cosas más románticas con sus novios, pero no saben que en realidad sus novios podrían estar enamorándose.