~18~ ¿Exterminadores?

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—Ay vamos, no me traten así. Yo no tenía Pokemon. Tengo derecho a ser exterminador.

Jughead se quejaba mientras ahora llegaba a su casa.

—Bueno, tiene un punto.— Pikarchu defendía siguiéndole el paso a Jughead como perrito faldero.

—¡Pudiste dedicar tu tiempo a otra cosa!

Verónica le pelea.

—Tiene otro puntito.

Pikarchu comenta.

—¡Callate!— Ambos le gritan. Pikarchu bufa una risita. Jughead había cargado a Betty todo el rato así que la colocaron en un silla. Y siguiendo el mismo cliché de secuestro; la amarraron a la silla.

—Esto... Es fuerte.— Pikarchu comenta. —¿No creen que es demasiado? Es decir, pobre de ella. Sus muñecas están rojitas.

—Te quiere matar, tontín.

*Respinga* la perra se atrevió.

—Pikarchu. Boquita.— Jughead le recomienda.

Todos esperan a que ella se levante. Al levantarse, media visca, la canción de Juego de Tronos se reproduce inmediatamente en el teléfono de Verónica y como salido del juego de Los Sims, todo se reproduce de forma rápida en un tipo de «Skip», sus voces sonando recién salidas de un helio pero la canción se reproduce de lo más bien.

Después del «Skip» todo volvió a la normalidad y la música terminó.

—Bien, ya que esta conversación extremadamente larga se puede reducir a nuestro objetivo: Dónde estaban los demás y nos lo contestasteis porque te ofrecimos 100 dólares...

Betty asentía cada que Verónica mencionaba los hechos. Asintió con rapidez incluso cuando Veronica se quedo callada.

Jughead esperó tranquilo a lo que dijera Veronica. Después de todo, no era como si le fuera a importar.

Lo siguiente sí que fue inesperado.

Verónica salió corriendo de la sala con su Pokemón. Pikarchu compartió miradas "OmG" con Jughead.

—¡M--Mi dinero!

Betty grita afligida.

—¿Aceptas tarjeta de crédito?— Jughead le sonríe travieso al enseñarle una tarjeta de descuento de un club de strippers.

—¡Traicioneros malvados!

—¡No es nuestra culpa que fueras tan pobre como para aceptar sólo cien dólares!

Jughead le grita, saliendo a correr también pero con Pikarchu en su hombro.

Betty lo analiza: —Bueno, es verdad. No sé ni para qué los acepté.

Jughead sale de la casa, reuniéndose con Verónica.

—Ahora que estamos afuera, ¡¿Qué fue eso?!

—Estoy llamando a la policía.— Verónica dice.

—¿Qué no eres Wonder Woman?

—¿Y con quién nos unimos los héroes?— Verónica le pregunta.

Duh, pues con héroes.

Jughead le réplica. Se puede escuchar grillos por el hermoso silencio que todos dejaron. La mayoría del grupo mirando a Jughead.

~•~

Pikarchu abrió sus ojos acaramelados tan grandes como pudo, en su cerebro... Unas imágenes se mostraron:

FLASHBACK

«Pikarchu, Batman... Te ha dejado ir. Dice que no te quiere.»

El viejo sirviente leal de Batman le decía a un muy bebé Pikarchu.

«¿No me quiere?» El bebé Pikarchu sollozaba con lagrimitas en sus ojos.

«Lo lamento, Pikarchu. Supongo que tendrás un nuevo dueño ahora.»

«¡Pero yo no quiero irme!»

Pikarchu chilla, abrazando a el anciano y llorando en el hombro de este. El anciano lo sostiene en sus brazos, acariciando su amarillo pelaje.

Pikarchu se creció un poco, yendo de varios dueños a más. ¿Qué tenía ese Pokemón en especial que nadie lo quería? Ni él mismo sabía.

Hasta que llegó a uno, que sí le tomó cariño. Su nombre era Reggy. Era lisiado, estaba en silla de ruedas. Aún así, tenía un humor tremendo. Reggy era leal, cariñoso (por no mencionar: rico). Jugaba con Pikarchu todo el tiempo. Pikarchu era muy feliz con él.

Llegó al nivel de que su amor era como el de hermanos inseparables. Pero, Reggy, tuvo cáncer. Falleció años después...

Pikarchu entonces fue una vez más, rechazado. Quedó vagabundo esta vez.

Fue cuando entonces, hambriento y desolado, pasaba por una cafetería y el hijo del dueño saldría fuera de la tienda a darle pan.

El niño era de estatura mediana con cabello liso rubio.

—¡Espero seas mi Pokemón algún día! ¡Yo te elijo a ti, no quiero a más ningún otro!

El niño grito, señalando a Pikarchu con un dedo. Los ojos de Pikarchu brillaron en adoración.

El niño volvió dentro de la tienda.

De mala suerte, en la noche, Pikarchu fue raptado cuando pasaba por el mismo lugar. Unos idiotas lo raptaron.

«¡Eres lindo! ¿No es lindo?» Los idiotas comentaban entre ellos (eran 4), ignorando los gritos de Pikarchu.

Lo llevaron a un sótano pero por suerte Pikarchu los desmayó con su electricidad y antes de irse, pudo escuchar el grito de un niño.

Era el niño de la tienda, ¡lo habían raptado también! ¿Pero para qué?

Otros hombres más tomaron agarre de Pikarchu y lo pusieron contra la camilla al lado de la del niño.

Lo durmieron y...

*N/A: Con tan sólo decirles que esto se pondrá como E.T. es una pista, ¿no? 7u7 😂💖

My Favorite• JarchieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora