Capítulo uno.

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01 | Debemos irnos

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01 | Debemos irnos.

—¿Edward?—pregunta Bella intentando encontrar su mirada, aprieta su mano llamando finalmente la atención del vampiro, el castaño sonríe levemente volteando hacia ella saliendo de sus pensamientos, acaricia su mejilla con delicadeza viendo como se estremecía ante su contacto y bajaba la mirada avergonzada mientras parpadeaba repetidas veces.

   La humana aprieta los labios incomoda, el contacto de las frías manos del vampiro sobre ella habían producido un escalofrió en toda su espalda, sonríe y regresa la mirada a los ojos dorados del vampiro, intentando descifrar aquella expresión que mantenía su rostro, sin embargo no encontraba respuesta alguna. 

—Esto no pasaría si fuera como tu— sonríe débilmente, quería que la mirase como antes, no sabía porque repentinamente había comenzado a distanciarse de ella.
   Da un paso al frente con la intención de entrelazar sus manos, sin embargo su novio solo volteó a su alrededor y tenso la mandíbula, llevando ambas manos a los bolsillos de su abrigo.

   Edward sonríe incómodo mirando finalmente sus ojos, besa sus labios sintiendo un vacío formarse en su interior.

—¿Estás bien?—comenzaba a preocuparse por su comportamiento .

   El vampiro asiente con una sonrisa torcida, procurando memorizar cada detalle de su rostro; sus ojos cafés, sus mejillas rojas por el frío y sus labios rosados, siempre entreabiertos.

—Ven conmigo al bosque un momento—baja la mirada al suelo unos segundos y lo sigue sin protestar, caminando unos pasos tras el.

   Era de las cosas que le molestaban de ella, nunca protestaba, no decía lo que quería, nunca sabía cómo apoyarla en sus objetivos por el simple hecho que no los conocía, no sabía los gustos de si novia, siempre intentaba que la conversación sea de el o solo hacia lo que esperaba que hiciera.

— Edward me estas preocupando—dice tras el al llevar varios minutos caminando sin dirección.

   El vampiro se detiene y cierra los ojos antes de voltearse lentamente, se acerca a ella y besa su frente, sintiendo otra vez como su piel se erizaba ante su frio contacto.

—Debemos irnos, Bella, nos alejaremos de Forks por un tiempo indefinido. En el hospital comienzan a sospechar de Carlisle, no podemos exponernos—termina desviando la mirada.

   Creía que este momento sería doloroso para el pero, extrañamente se sentía tranquilo, relajado y con un pequeño toque de alivio, no entendía el motivo y eso solo aumentaba su nerviosismo, necesitaba respuestas.

—Bien—aprieta sus labios antes de seguir—Yo... veré que le diré a Charlie, inventare una excusa para que esté enterado—asiente repetidas veces, viendo la sorpresa del vampiro en sus ojos.

¿De verdad lo dejaría todo por el?

—¿Qué?—pregunta sin poder evitarlo dando un paso hacia ella.

—Hablaré con Charlie, amor, estoy a un mes de cumplir dieciocho, puedo tomar mis propias decisiones— sonríe de lado —lo haré, me iré contigo, con ustedes.

—Bella—retrocede mirándola incrédulo, no podía hacer esto

—Dame una hora por favor, estaré con ustedes antes de que se vayan.

   Por su mente no pudo evitar el pensar que su hija le haga eso, abandonarlo sin decir más para ir tras una persona, e inevitablemente un poco de enojo comenzó a crecer dentro de el.

—Bien—fueron sus únicas palabras.
  Da un paso hacia ella y deja un beso en su frente, cierra los ojos con fuerza escuchando el corazón de la humana latir con fuerza antes de alejarse de el.
 
—Te veré ahí— sin darle oportunidad a responder dió la vierta y corrio hacia su casa, dejando al vampiro inmóvil en su lugar.

[...]

   Frenó en seco al ver a Carlisle al pie de la escalera con los brazos cruzados y su rostro neutro, algo inusual en él. Generalmente lo veía con una sonrisa o sujetando la mano de su esposa.

—Sabes que no puede venir, Edward. Ya lo habíamos hablando, es por el bien de todos.

—Lo se—fueron sus únicas palabras antes de rodear al vampiro y subir a su recamara, comenzando a guardar sus cosas sin ser consciente de la intensa mirada de su familia.

  Se sentía miserable sabiendo que Bella estaría de camino a la mansión, dispuesta a seguirlo a donde el vaya. Odiaba lo que estaba haciendo.

   Los Cullen habían sabido esconder perfectamente la verdadera razón de su traslado en el fondo de sus pensamientos, procuraban pensar en otras cosas cuando él estaba cerca, impidiendo que el vampiro logre ver a través de sus pensamientos.

   Un vez con sus cosas en el garaje escribe una nota:

Bella:
Mi querida Bella, lamento con cada parte de mi alma hacer esto sin darte la explicación que te mereces, desconocía por completo la situación de Carlisle hasta algunas horas... Lo siento tanto, pero lo que si quiero decirte con total seguridad es que serás feliz, te prometo que no volveré a interferir en tu vida, lo último que quiero es hacerte daño. No pienses más en la inmortalidad, no pienses en ser como nosotros, simplemente sé feliz, vive tu vida, conoce el amor verdadero, sal con tus amigos, viaja mucho... solo vive feliz.
Atentamente: Edward Cullen.

   Había subido tan deprisa que no tomo en cuenta los pensamientos de Alice mientras el escribía sobre el escritorio.

   La vampiro había tenido una visión nueva de el, solo pudo ver la silueta de una chica castaña, una vampiresa que corría por el bosque de Volterra.

   Luego la visión cambio, estaban de vuelta en Forks, el sujetaba su mano mientras la miraba con tanto amor que la hizo sentirse pequeña, un amor como el de Esme y Carlisle.
   Y luego, ella volteo a verla, sus ojos rojos la miraron fijamente, y en ese momento Alice lo supo.

   Era la compañera de Edward;

Pero esa chica no era Bella.

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