Capítulo cuatro.

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04 | Forks

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04 | Forks.

   Camila y Edward corrían entre risas, atravesándose en el camino del otro haciendo que tropiecen mientras el otro se carcajeaba.
    Habían permanecido una semana más en Volterra, después de varios días Camila finalmente había aceptado viajar con él a Forks con la condición que lo conozca un poco más antes de cambiar su vida por él, y ahora estaban ahí, corriendo por el bosque entre risas.

   Edward Cullen jamás desde que se convirtió en vampiro se imagino sentir tanta felicidad en su interior, su sonrisa achinaba sus ojos, haciéndolos mas pequeños, al ver a su compañera reír a su lado mientras su cabello se movía por el aire chocar contra ellos.
   Ambos corrían a máxima velocidad, esquivando los obstáculos que se ponían en su camino, Camila se inclina al ver una rama frente a ella, voltea y ve como el chico por cerrar los ojos siente el impacto de la rama en su cara, provocando que escupa las hojas que se habían pegado a sus labios. La vampiresa se carcajea mientras el vampiro suelta una risita, jamas le había pasado algo igual, suele tener los mejores reflejos de la familia.

   Se coloca al lado de Camila para tomar su mano y brincar hacia su tratado, pasando junto al límite del tratado de los quilietes.
  Viendo a los segundos a los lobos posicionarse a su lado y correr a su lado, la vampiresa voltea sin detener su paso, observando como el lobo marrón parecía analizarla de pies a cabeza.

   La chica sonríe para acelerar su paso y dejar al lobo atrás, escuchando de fondo ma Edward reír antes el gruñido del lobo.

—Espera— junta la espalda de la vampiresa a su pecho sintiendo como respuesta su mano posicionarse sobre su brazo, generando una sonrisa en el castaño ante su toque—Cierra los ojos.

   El sonido de los pájaros volar, el agua fluir en el río que habían cruzado hace algunos kilómetros y el sonido de los árboles moverse le pareció maravilloso.
  No sentía el mínimo impulso de cazar, en estos momentos solo sentía una oleada de calma embargar su cuerpo, una sonrisa se dibujó en su rostro prestando atención a los sonidos, el olor a los pinos, a tierra mojada, le parecía exquisito el escenario que estaba presenciando.

  No contaba con lugares como estos en Volterra. 

   Abre sus ojos volteando hacia el con una sonrisa que se intensificó al ver el brillo de su mirada, aún con sus brazos en su cintura a una corta distancia de ella.

—Estoy enamorada de este lugar.

—Hay muchos lugares que me gustaría mostrarte—acomoda su cabello.

  Tenía sus pensamientos bloqueados, le molestaba de alguna manera no tener su privacidad.

—Vamos—deja un rápido beso en su mejilla—Aun nos falta un poco por llegar—voltea comenzando a caminar, sintiendo a los segundos el peso de Camila en su espalda al sacandole una fuerte carcajada al sentir su rostro sobre su hombro, con sus brazos rodear su cuello.
   La sostiene por los muslos comenzando a correr con ella en su espalda entre risas, retomando su camino.

—Hasta que llegan—Rosalie regresa la mirada a su revista captando la atención de todos.

  El líder del clan rodea los hombros de su esposa, viendo su sonrisa a través de su reflejo, ambos estaban felices de ver a su hijo reír, usualmente lo veían serio, sonrisa forzada o no estaba con ellos.

  Pero ahora la vida, sueños y esperanzas parecían volver a el.

  La castaña baja de su espalda al quedar frente a una casa de tres pisos con grandes ventanales.

—¿Esta es su casa?

— Bienvenida

—Al parecer les encantan las ventanas.

—¡Camila! —Alice aterriza frente a ellos—¿Como te pareció Forks ?

—¿Porque tardaron tanto? Los esperábamos desde ayer.

— Necesitaba recoger algunas cosas—la vampiresa ríe al ver la mueca de su hermano.

—¿Te ha ganado la pelea Edward?—la fulmina con la mirada y Camila sonríe acercándose a el, borrándole su seria expresión. 

   Sabían que Edward sería otro con Camila a su lado, y eso no hacía nada más que alegrarlos.

—¿Y donde están las cosas?—Camila voltea dejando a la vista una pequeña mochila color negro.—Combina perfecto con tu vestido gris, ¿Acaso siempre usas vestidos?

—La mayoría de las veces.

—Amo a esta chica—Alice sonríe mientras los demás ponen los ojos en blanco.

—Pasen, debemos hablar con ustedes.—Entran a la casa y la chica mira cada detalle de la casa.

   Se sientan mirando a Carslile, quién suspira mirandolos fijamente.

—No debemos levantar sospechas, así que tras regresar lamento decirles que también deben volver a la escuela, ayer hable con los chicos, Jasper aun no regresa, por lo que debo decirle.

   Edward siente a Camila tensarse a su lado.
   Hace un día había descubierto que su tío Jasper, a quien consideraba muerto seguía con vida y no sabía lo que eso implicaba, no sabía como tomaría Jasper la noticia que su familia a quien llevaba decadas buscando estaba en su casa.
   Y que era la compañera de Edward.

   Alice voltea a verlos con una sonrisa.

   Edward entrelaza su mano con la de Camila, siendo respondido con una sonrisa, la miraba con tanto amor que la hizo sentirse pequeña, una mirada de amor como las de Esme y Carslile.

Su visión se había cumplido.

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