Cap. 6

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- ¡Maldición! –Gritó la chica antes de salir corriendo de su cama

Era tardísimo, se había quedado dormida aquella mañana, teniendo 20 minutos de retraso. Había tenido una noche tormentosa, la tarde siguiente Alexander se había ido a Portugal a tomar unas fotografías dejándola sola. Pero eso no era lo terrible, estaba acostumbrada a dormir sola muchísimas noches sin Alex a su lado, pero esa noche era diferente. Ese día había estado conviviendo con Zen, escuchando su voz, mirando su sonrisa y sus distintos gestos mientras hablaba, su cálida mirada dándote una seguridad absoluta. Había convivido con todo eso y sentía que el sentimiento iba a golpearla en cualquier momento, Alex podría servir de distracción, pero por mucho que quisiera pensarlo de esa forma, sabía que ni él podría hacer que ese latido frenético por el albino desaparezca.

Se puso lo primero que encontró, una blusa de manga larga color azul, su pantalón de mezclilla, una bufanda alrededor del cuello y unos tenis para estar cómoda. Ese día habría frío o por lo menos, eso es lo que había escuchado en las noticias mientras corría de un lado a otro. Antes de salir se amarró su cabello en una coleta, tomó sus llaves y su celular, para salir del hotel rápidamente, tenía que correr la única que no podía llegar tarde era ella.

Esto era un desastre, un verdadero desastre. El taxista no avanzaba lo suficientemente rápido para que llegara a tiempo, ya se encontraba cerca pero el reloj no le mentía era hora de estar ahí y ella seguía en ese auto.

Cuando llegaron se bajó corriendo del vehículo, luego de casi tirarle su respectivo dinero y cerrar la puerta de golpe. Subió las escaleras rápidamente pero cuando entró al domo se tropezó con un aparato de luz que se encontraba en el piso interrumpiendo su paso. Cayó de boca al piso causando un estruendo en todo el lugar.

- Mierda... -susurró cerrando los ojos, aguantando el dolor que sentía e iba a doler peor. Se sentía tan avergonzada por todo, no era su día y esa era la prueba final.

- ¿Estás bien? –el tono de extrema preocupación reflejado en esa voz la hizo sentir aun peor, aún más avergonzada ¿enserio tenía que ser tan torpe cuando aquel chico estaba cerca?- Mel, hey... si no respondes tendré que...

Estuvo a punto de responder cuando sintió unos brazos alrededor de su cuerpo, cargándola y acomodándola suavemente en el pecho del chico. Sus brazos se encontraban debajo de sus rodillas y de su espalda, puntos totalmente estratégicos, pero que por mucho que ella quisiera le ocasionaban algo en el estómago. ¿Lo peor? La dulzura del gesto, parecía arrullarla mientras caminaba hacia algún sitio.

- Zen, bájame –Fueron las únicas palabras que pudieron salir de su boca, unas palabras que no habían sonado para nada seguras

- ¿Ahora si vas a hablar? ¿Estás bien?

- B-bájame...

- Espera un segundo, por favor

Los pasos rápidos del albino la habían llevado hacia una pequeña oficina al fondo del lugar, la oficina que Jumin le había dicho que utilizara ella solamente para lo que necesitara. En el camino sintió los ojos puestos fijamente en ella, sabía que llamaban la atención, aun cuando nadie supiera nada sobre aquellos ¿no era extraña tanta preocupación del chico por ella?

Zen la sentó en las escaleras suavemente antes de checarla completa, acomodando su cabello, tocando su frente, tomando sus manos y brazos para estar seguro que nada grave le hubiera pasado. No podía permitirse dejarse caer por él, no de nuevo. No podía, aun cuando tenía aquellos hermosos ojos rojizos reflejando tanta preocupación y dulzura combinadas.

¿Y si...?Where stories live. Discover now