Acto 3

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Ariadna sentía que le daría un ataque en ese momento, le gustaban las películas de terror porque todo era falso y ya planeado, pero ver una muerte en la vida real le dio tanto asco y ansiedad.

Quería huir de ese lugar, quería refugiarse en su cama o en los brazos de sus padres y llorar por la muerte de aquella chica tan linda que no se merecía un final así.

Se arrepentía por haber comprado los boletos y el haber apurado a su hermana para llegar a tiempo, tal vez si se hubieran tardado no hubieran alcanzado a entrar y se hubieran salvado de ver esa horrible muerte.

Más no existe el hubiera, las cosas ya las había hecho y no importa cuando se arrepintiera, no había vuelta atrás en ese momento.

Sentía impotencia, miedo, ganas de llorar, escalofríos y muchas más cosas que las hacían estar al borde de un colapso nervioso.

Empezó a respirar de manera irregular, inhalando y exhalando con la intención de calmar sus nervios y su corazón para poder seguir aguantando aquella tortura visual.

La risa de la castaña volvió a retumbar en el circo, rompiendo otra vez el silencio que daba un poco de consuelo a las personas que estaban aterradas en ese momento.

No solo la hermana mayor estaba así, también varios espectadores que intentaban de cualquier modo encontrar un poco de señal y poder llamar a la policía, a alguien, a quien sea.

Más toda posibilidad de contactar con alguien y pedir ayuda era completamente nula en ese instante, no había señal, las baterías de los celulares se consumían con más rapidez que la que usualmente se consume.

Todos temían por su final en ese lugar, la única que disfrutaba con una sonrisa los actos y la reacción de los expectores era la anfitriona, quien se deleitaba con los gritos de terror y las lagrimas de las personas sensibles en estos temas.

Porque es noche de brujas y para ella lo mejor es ver a la gente asustada, llorando, pidiendo ayuda aun sabiendo que nadie los vendría ayudar, esa era la ventaja que tenía en su circo.

No haría esperar el tercer acto, por lo que chasqueo los dedos para que el escenario fuera cambiado por el utilero, quedando ahora en medio una mesa de metal pesada con un mantel negro en medio.

La misma chica que había recogido los boletos en la entrada antes de que el show iniciara camino con tranquilidad hacia la mesa, vestía un traje de asistente con un lindo sombrero de copa que venía acompañada de unas curiosas orejas de conejo, la chica era seguida por una persona que no se lograba notar por su ropa.

La chica acomodó las cosas en la mesa mientras que la otra persona solo sacaba una motosierra ya oxidada y de aspecto lúgubre para intentar encenderla lo cual los primeros tres intentos no funcionaron.

Al cuarto y último la herramienta de jardín empezó a funcionar con fuerza, haciendo un estruendoso ruido en todo el lugar, se acercó a la chica la cual descansaba el pecho sobre la mesa mientras tenía sus piernas firmes en el suelo.

—oh, lamento la tardanza queridos espectadores— se disculpó sin pena la castaña mientras esperaba el inicio del acto, iba a seguir hablando si no fuera por un desgarrador grito por parte de la chica peliazul.

Giro a ver curiosa viendo a la asistente cortada a la mitad por la motosierra, giro del nuevo al público y sonrió mientras juntaba ambas manos —Pero tuvimos un inconveniente...— volvió a mirar a la peliazul que ponía expresión de asombro mientras posaba su mano a centímetros de su rostro para hacer la expresión más creíble a pesar de tener un hilo de sangre recorriendo desde la comisura hasta su barbilla.

Fue entonces que comprendió que eso era parte del tercer acto, suspiro aliviada sin quitar su sonrisa —oh

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Fue entonces que comprendió que eso era parte del tercer acto, suspiro aliviada sin quitar su sonrisa —oh... oh ya veo. Descuiden, al parecer no pasó nada—

—tan solo nuestra querida asistente estaba haciendo su trabajo— habló con felicidad en su voz mientras miraba el cuerpo partido a la mitad de la chica, podía ver perfectamente los huesos de la columna vertebral.

Simplemente fascinante para ella, la sangre se escurría de ambas partes del cuerpo mientras esta seguía fingiendo asombro, como si fuera algún truco de magia lo hacía mucho más fascinantes. 

Aveces las personas dementes se encuentran en los lugares más esperados

Kiss_me_and_fuck_me

El circo de los horrores (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora