Sean bienvenidos

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—Bra apúrate, tenemos que estar ahí a las 8 para poder regresar a más tardar a las 11 de la noche— hablo una chica albina con mechones rosa por toda su cabellera mientras tomaba su sudadera negra para ponérsela.

—son las 7:30 no me apresures!— le respondió con molestia la menor mientras terminaba de planchar su cabellera negra con puntas moradas, al verse en su espejo sonrió con orgullo para irse a su habitación a vestirse.

—lo se pero te tardas una infinidad de tiempo para poder cambiarte, se supone que te empezaste a arreglar a las 5:30 y aún no acabas— suspiro frustrada mientras tomaba su celular y revisaba la hora, no le gustaba llegar tarde a los lugares pero al parecer a su hermana le daba igual.

—no es mi culpa que tú solo te bañes y te vistas como delincuente. No soy tu, yo me tomo mi tiempo para quedar perfecta— hablo con un tono de superioridad a pesar de ser la menor en edad y estatura para salir de su habitación ya cambiada, tenía un hermoso vestido azul cielo con detalles blanco y unos tacones rojos.

—yo no me visto como delincuente!— hablo ofendida la mayor mientras inflaba sus mejillas y empujaba suavemente su labio inferior en un infantil puchero, miro él como iba vestida y se mordió el labio inferior, no entendía porque le decía delincuente si ella procuraba vestirse decente.

—solo vamos a el circo si? Empieza a las 8 y nos tardamos un mínimo de 10 minutos en ir caminando... no se porque te pones así— tomo la menor su bolso para salir de la casa donde ambas vivían.

La mayor no respondió, solo cerró la puerta con llave y empezó a caminar con la menor en dirección a donde el circo se encontraba, al ya entrar la noche las calles estaban adornadas con calabazas, fantasmas de plástico, arañas de juguete y brujas mal hechas.

—hace frío— dijo la menor mientras se abrazaba a su misma, aunque le gustara el Día de muertos nunca le agradó el frío.

La mayor río suavemente para quitarse su sudadera y dársela a su hermana quien la miro confundida —no te preocupes por mi, sabes que siempre tengo la temperatura corporal caliente, aquí la más propensa a morir de frío eres tú— sonrió mostrando sus blancos dientes para después mirar la dirección de los boletos.

—tuche— le sonrió de vuelta la menor —tuvimos tanta suerte de alcanzar boletos, se acabaron tan rápido y solo es una función. Aunque es raro, se supone que debería hacer más de una función y vender más boletos, está en una cuidad— gruño la menor mientras miraba el suelo para no pisar alguna suciedad de perro.

—no se, el circo tiene de tema principal halloween, por eso la función es hoy 31 de octubre y supongo que solo es un acto porque es muy largo... pero lo importante es que conseguimos boletos y tendremos en que distraernos ¿no?— se relamió sus labios para que no se resecaran.

—supongo que si... e escuchado muchos rumores de ese circo, que es tan rato que su acto solo sea este día y que quienes entran nunca salen— miro a su hermana con nerviosismo.

—si ese fuera el caso no vendería cada boleto por 500 pesos no crees? Y si fuera real nadie compraría boletos... son solo mentiras que dicen los adultos para que sus hijos no salgan hoy, supongo que harán más actos pero este debe ser especial... no por nada se llama "el circo de los horrores"—

—supongo que tienes razón, ya quiero llegar para comprarme algodón de azúcar— sonrio mientras imaginaba poder comer de aquel dulce esponjoso que tanto le gustaba.

La mayor río suavemente mientras seguían caminando hasta que llegaron a su destino.

Lo primero que ambas chicas notaron era lo lúgubre y sucio que se veía la carpa, con colores opacos y algunas partes rotas o con parches.

—es que no les alcanza para limpiar esa porqueria?— hablo con asco la menor para volver a revisar la dirección y ver que no se equivocaran, sería horrible que ese no sea el circo.

—presentación ante todo, hoy no es día de cosas lindas, todo debe verse lúgubre y peligroso— respondió la albina mientras se acercaba a el lugar con su hermana atrás de ella, en la entrada una joven de cabellera azul peinada en dos coletas las recibió.

—buenas noches, sus boletos por favor— hablo con una sonrisa forzada mientras extendía su mano en dirección a la albina, la contraria le dio ambos boletos —entren y siéntense cómodos en sus lugares D 6 y D 7, en un momento comenzará el espectáculo— hablo con molestia para abrirles a ambas la puerta y que pudieran ingresar al lugar.

Ambas chicas entraron algo confundidas, el lugar se notaba sucio y a oscuras, las dos hermanas prendieron sus celulares y pusieron las linternas para lograrse guiar, se sintieron más tranquilas al ver a sus amigos y conocidos de sus colegios.

Al llegar ambas a sus lugares destinados tomaron asiento y apagaron sus linternas del celular, faltaba solo 5 minutos para que todo empezara y ambas se sentían ansiosas por saber con que las sorprenderían.

—la chica que te atendió sonreía con falsedad— hablo en un susurro la menor hacía su hermana, con miedo a que la escucharan y le gritara que se callara. 

—supongo que a de estar cansada, también lo noté— hablo con el mismo tono de voz que la menor uso, solo se escuchaba algunas cosas moverse pero no podía ver nada por la oscuridad.

Pasaron los minutos y el ruido de una campana sonó, haciéndose retumbar 8 veces por todo el lugar, los invitados callaron para prestar atención a lo que sucedería.

Las luces se prendieron apuntando hacia una mujer joven que podía tener la misma edad que la albina, está chica de cabellera castaña y dos mechones en su frente de color rojo y azul vestid un traje rojo con lijeros toques dorados y en su cabeza un sombrero de copa negro.

—Sean bienvenidos a mi humilde circo— hablo con una sonrisa en sus labios mientras miraba a cada uno de los invitados, deteniendo su mirada en la albina y La azabache.

—pero lamento decirles que el que entra ya no sale— hablo con diversión mientras seguía mirando a ambas chicas que se empezaban a sentir incómodas por eso, la mirada de la castaña era penetrante y oscura.

Las quejas se hicieron presentes al escuchar lo que la anfitriona les decía, si el show tardaba mucho y no los dejarían salir esperaban mínimamente que vendedores aparecieran a dar bebidas y comida para siquiera entretener a los invitados.

La castaña rio con malicia —seré su anfitriona esta encantadora noche— camino hacia adelante mientras posaba ambos brazos en su espalda como descanso —por ende, cada acto pasará lo que mi mano dicte—

El silencio se hizo reinar en aquel circo, la mujer sonrió victoriosa viendo los rostros de todos los invitados, más le era imposible no posar su atención en aquellos dos chicas que resaltaban del público.

—ahora solo me queda preguntarles— dio otro paso enfrente mirando el suelo, todos estaban atentos a sus movimientos y eso le encantaba, ser el centro de atención.

— prepared for the grand show?— habló alzando la vista levemente mientras que con su mano izquierda sujetaba del borde de su sombrero dándole un aspecto tenebroso, sus pupilas dilatadas y esa sombra que cubría sus ojos les hizo sentir un escalofrío a ambas hermanas.

La risa desquiciada de la castaña retumbó en todo el circo, la respiración de la menor se entrecortó mientras que la mayor empezaba a sudar frío

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La risa desquiciada de la castaña retumbó en todo el circo, la respiración de la menor se entrecortó mientras que la mayor empezaba a sudar frío.

¿En donde se vinieron a meter?

Kiss_me_and_fuck_me

El circo de los horrores (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora