El circo de los horrores (Pausada)

Acto 6

—necesito un bolillo para el susto— hablo la hermana mayor mientras se sujetaba el pecho, seguía pálida después de aquel susto de las sombras.

La menor la miro con molestia para jalarle del cabello con fuerza haciendo soltar chillidos de dolor a su hermana, aunque hubiera diferencia entre edades y alturas la menor nunca desaprovechaba la oportunidad de molestar a su hermana.

—que te hice para que me jalaras mi cabello?— la miro mal mientras se acariciaba la zona afectada de su cabeza, hizo un puchero muy infantil mientras miraba con molestia a su hermanita.

—estamos en un circo donde ya asesinaron a 7 personas sin contar a los que trabajan aquí, nos matarán en cualquier acto siguiente y tú bromeas con que necesitas un bolillo— la regaño mientras se cruzaba de brazos la menor.

—si voy a morir que sea al menos de una forma donde no esté tan tensa, todo lo que estamos viendo me está dando unas terribles ganas de vomitar— se quejó la albina mientras se abrazaba a sí misma.

La de cabellos negros bufo molesta, mirando hacia donde se suponía debería estar la anfitriona más estaba vacío el lugar —donde está la que dirige el show?—

Decir que no le aterraba que la chica castaña desapareciera es una vil mentira, es mucho más aterrador que la persona que te tiene encerrado y juega con tu mente desaparezca de donde estaba.

Como una paranoica empezó a ver por todos lados en busca de aquella chica, lo único que logró divisar fue una cabellera castaña de un hombre joven que estaba pasando por los lugares con globos.

—es otro vendedor— más que pregunta fue una afirmación de parte de la hermana menor, quien miraba por donde caminaba el chico nuevo, solo lograba verle la espalda y los globos que sostenía.

Se le hacía raro, el chico no emitía sonido, solo pasaba por los lugares ofreciendo globos, caminando encorvando y tapando su boca con una mano, también noto el asco y miedo de algunos espectadores de ahí.

— awww...¿ven lo que yo veo?— la voz de la anfitriona hizo sobresaltar a ambas hermanas, esa mujer las mataría de un susto apareciendo y desapareciendo, aún con su sonrisa escalofriante y su mirada de diversión.

La chica de cabellos castaños y dos mechones de color miro a todos sus invitados, posándose en ambas hermanas, soltó una suave risa para caminar por su escenario ya manchado de sangre.

—si no es así, les invito a mirar a su alrededor— hablo haciendo un ademán con su mano para después señalar hacia su público expectante, ella atención cayó de nuevo sobre el chico que vende globos.

Las hermanas no le encontraban algo raro o que fuera un nuevo acto, solo un chico más trabajando ahí, tal vez ya con la cordura por los suelos pero en sí se veía normal.

—entre ustedes pasa una pobre alma que su amor no fue correspondido— habló con burla la chica mientras se detenía y miraba fijamente al castaño, sin borrar esa sonrisa de su rostro.

Al escuchar eso la albina empezó a ver con más detalle al chico y su mente hizo clic al verlo voltear y por fin verlo a la cara.

Un chico muy lindo debía admitirlo, ojos rasgados y de diferente color, algo único que muy pocas veces se lograba ver, pero lo que más llama la atención son las flores que salían de su boca junto con sangre y él como esos hermosos ojos estaban derramando lagrimas.

—como lo se? Pues preguntémosle al vendedor de globos y a las flores de su corazón— soltó una risa divertida, era claro que esa situación le daba gracia.

La albina sentía pena y hasta cierto punto mucha compasión por aquel muchacho mientras que su hermana estaba confundida, no entendí porque el chico lloraba con unas flores en la boca.

—porque tiene eso? No entendí— hablo moviendo el brazo de su hermana para obtener la atención de esta, la albina la volteó a ver y soltó un suspiro para explicarle.

—se llama hanahaki lo que tiene el chico, es una enfermedad que hace que el paciente empiece a vomitar flores por la boca por causa de un amor unilateral o mejor conocido como amor mal correspondido— explicó la mayor mientras miraba a su hermana.

—es curable?— pregunto con curiosidad, nunca en su vida había escuchado de eso, las enfermedades no le interesaban realmente, llegaba a entenderlas por causa de la mayor.

—la forma de extraer eso es por medio de una cirugía pero pierde toda emoción en el proceso... es muy raro esos caso pero existen y me sienta mal porque el chico si se ve que sufre— la albina volvió a posar su mirada en el muchacho.

El castaño se acercó a las hermanas y les enseñó sus globos, nadie le compraba por estar tosiendo pétalos y que su boca estaba llena de flores evitándole hablar.

—cuánto cuesta?— preguntaron ambas hermanas casi al mismo tiempo, causando que ambas rieran suavemente mientras miraban al chico, este solo les enseñó 2 dedos con una mano.

La albina lo pensó bien y sacó de su monedero una moneda de 10, comprando así 5 globos al chico castaño, le era imposible no voltear a verlo cuando escuchaba los sollozos llenos de dolor del contrario.

Al abstener los globos miró atento al chico, lamiendo sus labios por la repentina pena que sentía hablo bajito, queriendo que nadie la escuchara —cual es tu nombre?—

El chico algo sorprendido se le quedó viendo a la albina enfrente suyo, con un poco de trabajo y evitando soltar algún quejido de dolor por lo que tenía en la boca murmuró un suave —loon—

La hermana sonríe levemente mientras asentía, amarrando en su muñeca derecha tres globos y en la muñeca izquierda de su hermana los otros dos, agradecieron los globos, mirando atentas como el chico se iba.

Como ya nadie más que las hermanas le quisieron comprar un globo a loon, el se fue al lugar donde todos los trabajadores estaban, sentándose en el suelo para abrazar la mitad del cuerpo inerte de su amiga y primer amor.

Fue entonces que entendieron las hermanas, la peliazul que murió al tercer acto rechazó al menor.

¿Que hacer cuando la única persona que te hace feliz esta muerta y partida a la mitad?

Kiss_me_and_fuck_me