1. Todo era normal hasta su llegada (Parte 1)

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Jueves, 11 de Septiembre

Hace cuatro días mi vida era perfecta, bueno lo más perfecta que podía ser mi vida, estaba feliz, había conseguido convencer a mis padres para ir a clases de música al empezar el curso y tenía a mi lado el chico de mis sueños. Iba a compartir clases con mi mejor amiga en el bachiller y mi entorno familiar estaba mejor que nunca, ya no tenía que gritar para que se callasen para poder estudiar, ya no había tantas peleas diarias, mi padre pasaba más tiempo conmigo y mi hermana.

Muchas características que puede hacer una vida perfecta, llena, con todo lo que hace feliz, que te gusta, pero ¿y lo que no te gusta?

Muchas veces me hacía este tipo de preguntas, creo que tenían que ver algo con la filosofía o algo así, no es que sea una celebrito ni nada por el estilo, que acordarme de eso en pleno agosto solo podía significar una cosa: Septiembre, por cortesía de a típica profesora que siempre le tiene manía a alguien.

Ya sabes a quién le había tocado la lotería.

Pero bueno, me estoy desviando del tema, ¿que decía?

Ah sí, lo malo, mi teoría era que lo malo no desaparecía, seguía ahí, tras el paso de los años y los cambios, lo único era que al pasar cosas buenas te olvidas de las malas y viceversa, creando así una perfecta armonía entre felicidad y tristeza, que te permitía apreciar lo que es estar feliz y valorar la tristeza, no como castigo si no como reflexión.

No sé si se habrá entendido una pizca de lo que digo, o más bien de lo que pienso, necesitaba desahogarme, y la canción ya se ha acabado, me levanto, abro la ventana y ya casi la frecuente carta estaba ahí, incrustada en uno de los huecos que dejaba el marco de la ventana.

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Domingo, 7 de septiembre, cuatro días antes.

─¿Y entonces qué dices?

Suspiró, miró hacía la hierba del parque y después de lo que a mí me pareció una eternidad abrió la boca.

─Si, ─¿si? ¡Me había dicho que si! Me quise tirar encima de él para abrazarle pero continuó hablando─pero...

¿Pero? Ah ya.

Ella era como mi segunda hermana, las dos nos gustaba él, ella un año después que yo y lo que paso después... es una larga historia...

─Ya, ya sé, yo me encargo.─dije suspirando.

─No, yo... quisiera explicárselo también.

Asentí.

─Y entonces somos oficialmente... ─empecé a decir a punto de ponerme roja, odiaba ser siempre tan tímida con él

─Sí─sonrió, al sonreír se le marcaron sus preciosos hoyuelos y me sentí como chocolate en un horno, a punto de derretirse, vale, había sonado muy cursi.

Sonreí, no sé si estaba roja o era que tenía calor, estaba completamente en las nubes mirando su sonrisa.

Después de no sé cuánto tiempo llegó Alicia, mi mejor amiga y Álvaro, su novio.

Los que me habían ayudado con tener esta pequeña reunión con él.

Espera, esto está siendo demasiado bonito.

Dos semanas antes, 24 de agosto

Hoy era domingo, domingo veinticuatro.

Siempre quedaba con mi mejor amiga y su novio los domingos, hoy no quedábamos en nuestra parroquia, nos íbamos a reunir en el parque del ayuntamiento de nuestro pueblo.

The Reds ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora