7. El cambio de look y el 210313

62 12 0
                                    

Entré detrás de él saltando como Heidi, "esto va a ser divertido".

Después de toda una hora siendo vigilados por la dependienta mientras elegíamos, prácticamente toda la ropa de la tienda, él estaba en el probador. Como no, no paraba de quejarse como un niño pequeño.

−¡No pienso ponerme esto!

−Pareces una chica, anda, póntelo y sal a que te vea.

−Ni de broma, no sé porque acepté.

−Porque con esa ropa serás algo sexy.

Después de gruñir un buen rato mientras se movía dentro del probador, abrió la cortina.

Llevaba una sudadera gris que ponía Vans y unos vaqueros rotos claros.

−No estás tan mal.

−Eso ya lo sabía.

−Corrijo, no te queda tan mal.

−Pf−resopló−Parezco un colegialo.

Levanté una ceja y dije:

−¿Qué tienes cuarenta años?

−¿Tan viejo me veo? Creo que deberíamos añadir una cirugía plástica en el cambio de look.−dijo con una mano en la cara y con la boca en forma de "o", vamos, que me estaba vacilando.

−Siguiente conjunto−dije rodando los ojos.

Antes de probar el conjunto que yo quería, se probó otros dos: uno consistía en una camiseta blanca en forma de "V", unos vaqueros color caqui con el dobladillo un poco subido y una cazadora de cuero negra con la que se había encaprichado, el otro, estaba formado, por una camiseta azul que ponía "I'm a bad boy" que encajaba perfectamente con él y unos pitillos negros que, según él, de apretaban demasiado donde nunca le da el sol.

Y, por fin, se probó el que yo quería.

−Este me gusta mucho más.

−Me lo imaginaba−dije mirándolo de arriba abajo y de abajo a arriba.

−Así sí que me veo sexy.

"Como para no verte sexy" pensé.

Llevaba un smoking negro, una camiseta blanca y una pajarita roja. Le quedaba... esto... ¿bien?

−Rolí, te estoy hablando−dijo chasqueando los dedos en mi cara.

"Otra vez, ¡Qué manía!"

−¿Rolí?−dije levantando una ceja−vaya apodo de mierda.

−Anda que porsche no lo es, contesta a mi pregunta.

−Emm, ¿sí?−respondí dudando.

−Oh, vaya gracias, ya sabía yo que te entusiasmaría hacer paracaidismo desde la luna y después nadar con tiburones, es muy valiente de tu parte.

−¡¿Qué?! ¡NO!

−Ya sabía que no me estabas escuchando... Te peguntaba si tengo que seguir probándome cosas, ya tenemos tres conjuntos que me valen.

−No es suficiente.

−Mujeres−dijo rodando los ojos.

Le hice probarse una camisa y una chaqueta vaqueras, tres camisetas más y un pantalón.

−No me pienso probar nada más−dijo con los brazos cruzados.

−Bien, vístete, nos queda otra tienda por visitar.

−Ni de coña.

−Necesitarás unos zapatos digo yo ¿no?

Gruñó y se encerró en el probador durante cinco minutos.

The Reds ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora