Gatito

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-¡Largo!

Adrien y Nino ahuyentaron a un perro y luego voltearon a ver como Marinette sostenía a un gatito negro, herido e inconciente en sus brazos.

-¿Gatito? Abre los ojos.

Pidió la ojiazul que había separado a ése perro que atacó al felino, poniéndose en riesgo ella sí no fuese por que andaba con Adrien, Nino y Alya que le ayudaron.

La morena le tocó el hombro a su amiga.

-No es momento para que quedes llorando, debemos llevarlo a un veterinario.

Marinette asintió y se fueron corriendo al veterinario más cercano que conocían.

El felino estuvo un par de días en continuó cuidado y al final se recuperó y Marinette lo adoptó.
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Luego de un relajado fín de semana, el mejor día para todos los que estudian, llegó.

Día lunes.

Adrien bajo de su auto y vio a Alya y Nino así que se acercó a ellos.

-Hola chi...

El rubio quedó en silencio al ver que ellos veían a Marinette la cual tenía su cuerpo vendado en varias partes.

¿Quién se atrevió a lastimar a su amiga?

La azabache al ver la mirada del ojiverde en espera de una explicación, sonrió nerviosa.

-Tranquilo, sólo fue el gatito que adopté. No le caigo muy bien todavía pero seguro que pronto lo hará. - explicó despreocupada.

Adrien abrió sus ojos con sorpresa al ver una nueva visión de Marinette aún más lastimada de lo que estaba, hasta el punto de enfermar.

Ése gato no se llevaría bien con ella jamás.

Le dio un codazo disimulado a Nino el cual conociendo la mirada de su amigo, se acercó a Marinette.

-Dejando a ése gato a un lado ¿oiste sobre la nueva canción de Jagged Stone?

Mientras Nino distraia a la azabache, Adrien se acercó a una preocupada Alya, con los brazos cruzados.

-Marinette no puede conservar a ése gato.

La morena asintió mientras miraba a su amiga.

- Si, pero ¿sabes lo terca qué es ésa chica?

Que la peliazul abandoné al gato era imposible, ni siquiera le daría en adopción a la familia más amable del mundo.

Adrien suspiro profundo.

Que bueno que cierta heroína motada era igual de terca y aprendió a tratar con ella... además él era mucho más terco que Marinette y Ladybug juntas.

-Necesito que la distraigas después de clases. Visitaré a sus padres y me haré cargo.

Pidió y la de anteojos lo miró, con sorpresa.

-¿Estás listo para tenerla enojada?

En los años que llevaba conociendo a Marinette y Adrien y así mismo shippeandolos, sabía muy bien que no era prudente que Adrien haga que su amiga se molesté.

-Su bienestar es más importante, con el tiempo me perdonará... espero.

Marinette le perdonaría pero éso lo haría por su propio bien.
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Después de clases.

Marinette llegó a su casa y saludó a su madre que atendía la panadería, como siempre.

-Hola mamá, ¿había algún perro extraviado? Vi a...

La azabache quedó en silencio y vio como su madre le pedía disculpas con la mirada.

El gato.

Se dio media vuelta y salió corriendo de la panadería.

No iba a dejar que se lo lleven.
Sí se apuraba los iba a alcanzar en poco tiempo.

Alguien le agarró del brazo y se volteó con sus ojos llorosos para ver a Adrien, impidiendo que siga.

Él... hizo éso...

-¡¿Por qué dejaste que se lo lleven?!

El chico no contestó, sólo señaló el vidrio de un negocio donde se veía el reflejo de Marinette, llena de rasguños.

-Marinette, lo hice por tu bien, no po...

-¡¿Qué sabes tú sobre que es bueno para mí?!

La chica se liberó y se puso a golpearle el pecho mientras él sólo cerraba los ojos, soportando los golpes.

-¡Te odio, te odio, odio!

Adrien gruño molestó, tomó a Marinette del hombro y la abrazo con fuerzas, intentando ella liberarse del agarré, sin éxito.

-¡Sueltame! ¡Te odio, te odio... ¡Snif! Te odio.

Apretó la camisa del chico con fuerzas mientras ocultaba su rostro en el hombro de él, para llorar sin que ninguna de ésas personas que pasaban, vean sus lágrimas.

Él único que podía sentir sus lágrimas y sufrir era quien las provocó.
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En la mansión Agreste, ésa misma noche.

Adrien salió de la ducha, con sólo una toalla pusta en la cintura mientras que con otra se secaba el cabello.

Ése día fue agotador en muchos sentidos.

Fue al sofá de su habitación y se sento tras dar un gran suspiro y acariciar al pequeño gato negro al que Plagg veía con celos.

Debía decirle a Marinette que él adoptó al gatito y también tenía un entrenador profesional luego de insistirle a su padre pero... aún no estaba listo para tenerla todos los días en su casa para ver al gatito y seguramente, hacerle más cercanos.

No sabía como en el futuro se casaría con ella en lugar de Ladybug, pero aún ahora, era su princesa consentida y no la lastimaria.

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¡Hola!

¿Qué? ¿Creían qué Adrien sería lo suficientemente duro como para entregar al gato?

Bueno, en el siguiente capítulo sí ya regresa el humor.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Puedo ver el futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora