Ocho

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Bill inicia su día después de una larguísima siesta de exactamente catorce horas, en serio que necesitaba dormir

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Bill inicia su día después de una larguísima siesta de exactamente catorce horas, en serio que necesitaba dormir.

Salió de la cama para darse una larga ducha de agua fría, el agua debía ser fría ya que en algún momento de su sueño aparecía Joy con uno de esos hermosos conjuntos de lencería que solo ella sabía lucir, además de escuchar su dulce voz llegando a un orgasmo.

La necesitaba tanto, en todos sentidos.

Sacudió su cabeza para dejar de pensar en ella y enfocarse en lo que de verdad importaba en esos momentos. Llevar la vida de Patrick Weller a su fin, después de todo se lo merece y como dice el dicho...

Ladrón que le roba a ladrón tiene cien años de perdón. Aunque quizás a las autoridades ese dicho no sea de mucha importancia.

Pero no era algo que a Bill le importara, por su morena latina estaría cien años en cárcel viviéndolos todos.

Su celular sonó volviéndolo a sacar de sus pensamientos, miró a la pantalla y ahí se encontró con el nombre de su hermano Alex, dudó en contestar, pero de igual forma lo hizo.

—¿Qué quieres, Alex? –preguntó seco.

—Qui quiris ilix. –Lo imitó en tono burlón– Pedazo de idiota, estoy en Camden, mándame tu dirección por mensajes.

—No te necesito, Alex. –mintió orgulloso– puedo hacer esto solo.

—Pidi hicir isti sili....

—¿Puedes dejar de burlarte de mí?

—¿Pidis dijir di birlirti di mi? –Rió Alex para provocar más a su hermano.– Bill, tu y yo sabemos que el agente FBI aquí... soy yo y que soy un experto en conseguir información, tu das asco.

El ojiverde apretó sus dientes intentando no salirse de control, aveces le daban ganas de asesinar a Alex, pero aunque fuera un idiota que lo quiere sacar de quicio, tenía razón. Él daba asco robándole información a los demás, pues su paciencia es muy corta y la de Alex es  infinita.

Suspiró pesadamente y le respondió.

—Te mandaré la ubicación en la que me encuentro, espero que no molestes tanto, porque o sino mi plan será directamente para asesinarte a ti...

—Uy si, mándala rápido, me aburres. –volvió a reír.

Bill le cortó la llamada he hizo lo que le pidió.
Eran las doce del día y ya estaba estresado por culpa de su inmaduro hermano

Faltaban seis horas para que the silencer fuera al Bar según la información que MaryAnn le había entregado.

Obviamente no iba a ejecutar su plan inmediatamente, debía entablar alguna pequeña amistad con él y ganar un poco de confianza, ya que si comenzaba todo al tiro, lo más probable sería que acabaría muerto y no quería morir, no sin antes  ver a su diamante por última vez.

Su celular volvió a vibrar por un mensaje, miró la pantalla y se trataba de Alex.

«Oye, princesa asesina🌚»
«Estoy abajooooooo»
«Listo para la acción»
«Traje mi pistola de agua ¿crees que asuste?»
«No hace mucho daño, pero moja bastante y yo creo que con el frío que hace aquí a nadie le gustaría estar mojado»
«¿Sabes? Yo también quiero un nombre gángster...»
«Alexterminador, ese me gusta»
«BAJA LUEGO, QUE ME COMENNNNN»

Los mensajes de su hermano le sacaron una pequeña sonrisa después de mucho tiempo, sin más, tomó su abrigo y salió del hotel.

Alex estaba apoyado en su auto jugando quien sabe que, pero se veía bastante nervioso.

—¡Cómete el hongo! ¡Cómete el hongo! –Mario bross era el juego– ¡Eso!

—¿Sabes? No creo que espantes mucho si actúas de esa manera aquí. –le dijo Bill sonriendo de medio lado.

—Doy mas miedo que tu en tanga, te lo aseguro. –respondió Alex irritándolo.

—Eres un imbécil.

—Cómo tu digas, querido Thanos. –le sacó la lengua– Bien, ¿que quieres investigar primero?

—Las cosas que le gustan o algo así, pasatiempos.

—¿Lo quieres invitar a cenar o que? 

—¿Vienes a ayudarme o solo a burlarte? –Preguntó Bill mientras le golpeaba el hombro a su hermano.

—Ayudar... Bien, vamos a ver que conseguimos.

Ambos se subieron al auto de Alex para salir a interrogar gente que quizás lo conozca y al parecer por lo que dijo MaryAnn ayer, lo conocían bastante.

—Bill, en vez de este plan macabro que tienes, podríamos ser como esa chica de internet que sale a preguntarle a la gente «¡¿Ustedes son pareja?!» –rió– Si a ti esa chica se te hubiera aparecido mientras estabas con Joy de la mano por la calle, ya estarías tres metros bajo tierra.

—Cierra la boca.

Alex rió escandalosamente.

Bill solo deseaba que alguien le cosiera los labios y la lengua de una buena vez.

Bill solo deseaba que alguien le cosiera los labios y la lengua de una buena vez

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©Revenge -» Bill Skarsgård#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora