©Revenge -» Bill Skarsgård#2

Once.

The Victor Pub tenía un aire demasiado pesado, tóxico y por supuesto con mucho olor a alcohol, si bien Bill era un hombre que se podía beber hasta el agua del jarro, el olor de aquel pub le hizo hacer arcadas y es que en serio apestaba.

Alex rió medio fuerte por ver las muecas graciosas de Bill, pero lo entendía y es que a él también le entraron las ganas de vomitar apenas entró a ese lugar.

—Bueno, Bill... ahora tienes que buscar entre toda esta gente al famoso Patrick. –le susurró al oído.

—Eso creo, aunque siento que avanzaré y caeré muerto por este olor. –suspiró.– podría apostar a que más de la mitad de la gente de aquí olvidó el desodorante.

—¡Bienvenido a Camden! Disfrute su estancia. Ahora a buscar se a dicho, pequeño thanos.

Dicho eso, Alex le empujó con un palmazo en el trasero, Bill le fulminó con la mirada para luego comenzar a caminar y buscar con la mirada a Patrick.

«no ha de ser tan difícil... un hombre con aspecto de vagabundo y una maldita cruz en la cara» –pensó.

A pesar de parecer un hombre fácil de encontrar no lo fue para nada, no le encontraba ni en el segundo piso hasta que una salvación se le cruzó delante sus ojos.

Mary Ann Lidell... la prostituta que le dijo que se encontraría aquí.

—¡Mi vida! –le saludó esta.– ¿estás en busca de Patrick? –preguntó bajito, apenas audible.

—Así es... ¿no está?

—Por supuesto que está... –le sonrió.

—¿y en dónde? –cuestionó algo molesto porque «el bizcochito» no le daba una respuesta muy servible.

—Bésame y te digo. –le miró coqueta.

—Mary Ann... tengo esposa. –le respondió molesto– dime, o te juro que cuando le encuentre le diré que tu me hiciste llegar a él.

La plástica palideció y solo se dignó a apuntar hacia una esquina.

Y allí lo vio... un maldito desgraciado cubierto en una capucha, no dejaba ver su rostro... pero al parecer se sintió observado ya que miró en dirección a Bill, para ese momento Mary Ann había desaparecido totalmente.

Rabia, enojo, asco, repugnancia entre otras cosas más era lo que Bill sentía en ese momento al verlo, lo único que quería era acercársele y molerle la cara a golpes, pero no podía. Necesitaba aguantar un poco más, solo un poco más.

Bill sin pensarlo dos veces caminó hacia él y se sentó a su lado.

—Dos whiskey en las rocas. –le dijo al barman.– Yo invito esta noche a mi nuevo amigo...

—¿Nos conocemos? –preguntó Patrick con una risa sarcástica.– ¡Oh! Pero claro, yo te conozco a ti... Bill Skars...cómo sea. Pennywise ¿no?

—Ves televisión por lo que veo... has acertado, querido amigo y es Skarsgård.

Patrick asintió dandole un sorbo a su vaso de alcohol.

—No mucha, pero si me vi esa película. –volvió a sonreír– actúas bien.

—Gracias. –Bill sonrió forzadamente.– Y dime, Patrick... ¿Tienes pasatiempos?

El canoso miró neutramente al ojiverde por varios segundos para luego volver a sonreír; Bill solo quería desfigurar aquella maldita sonrisa hipócrita. Patrick comenzó a negar con la cabeza mientras le daba el último sorbo a su vaso.

—¡Mujeres! –levantó sus manos.– mi pasatiempo son ellas.

—¿Tienes hijas? –preguntó Bill.

—Probablemente, no lo sé... no me interesa. Quizás hasta me he acostado con una de ellas y no he tenido idea ¿qué tal? –se encogió de hombros restándole importancia.– Mi vida sexual es excelente...

—Otra ronda. –le dijo Bill al barman con un tono asqueado.

—Eres una persona muy generosa, payasito.

Bill ladeo su cabeza mientras subía y bajaba sus hombros. Llevaba poco tiempo hablando con él y solo había aprendido que es un completo imbécil que literal merece morir y es que si él se llegara enterar que mantuvo sexo con alguna hija se castra a si mismo.

¿Buena vida sexual? ¿Tener vida sexual es hacer violaciones?  ¡Maldito hijo de puta!

—Me enteré de que tienes esposa, Bill Skarsgård. –Patrick volvió a darle una mirada neutra.– muy bella es, eres un suertudo.

El ojiverde se congeló para luego cambiar y hervir en rabia, apretó sus puños dejando sus nudillos blancos (más de lo que eran) pero solo se limitó a asentir.

—¿Tienes hija? ¿Es igual de bella que la mamá? –rió pervertidamente.

«¡no tendremos un maldito bebé! Al menos no lo tendré contigo»–Bill recordaba sus crueles palabras.

—No. no tenemos hijos. –respondió con dolor en el pecho.

—Lástima... es que yo me siento solo.

—¿Qué me estás queriendo decir?

—Cuando tengas una hija saldrá totalmente buena y deliciosa al igual que su mamá. –Patrick miró fulminante a Bill.

Bill estaba dispuesto a dar el primer golpe, cuando Alex se apareció agarrándole de la chaqueta y arrastrándolo a empujadas del Pub.

Al estar afuera, Bill golpeó el capó del auto lleno de rabia.

—Necesito romper algo, ahora. –le dijo Bill a Alex mientras agarraba su castaño cabello.

—Ten, me robé un vaso allá adentro. –se lo tendió.– Bueno... dos, pero el otro no te lo daré porque está bonito.

Bill ignoró lo que dijo su hermano para luego estallar el vaso en el cemento.

jodido, Jodido enfermo. –gritaba en su mente.–pero ya verás... ya verás, no saldrás malditamente vivo.

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Espero estén disfrutando la historia!