Felix se lastimó por primera vez cuando aprendía a andar en bicicleta.Sus primos le estaban enseñando ya que, según ellos, para ser un niño grande y jugar con ellos debía dejar las rueditas entrenadoras.
Iban cuesta abajo y perdió el equilibrio. Ese día lloró mucho abrazado a su mamá.
El recuerdo del dolor físico aún persiste en su mente. Y aún así, no es ni la mitad del dolor que siente todos los días al lado de Changbin.
(...)
Finalmente lo había hecho. No fue nada sencillo. Confesarse no es algo que haces porque sí, se requiere del momento y lugar adecuado, además de juntar muchísimo valor para ello.
Sin embargo, Felix sólo tenía el valor. Es decir, confesarse a tu mejor amigo, en medio de la calle, gritándole justo cuando se estaba yendo... no fue el mejor plan del mundo, ni el más elaborado, ni siquiera un buen plan. De hecho, ¿En qué estaba pensando?
Bueno, es obvio que pensaba en Changbin.
Pero, vamos, oírlo decir que se iría a un viaje con Hyunjin para aprovechar las vacaciones, cuando él decidió no ir a Australia para estar junto a él... rompería a cualquiera, ¿Verdad? O, quizás, él es sólo un exagerado y todo esto fue para nada.
Pero tenía esperanza, una pequeña esperanza en su corazón. Una diminuta parte de él que le decía que Changbin podría llegar a quererlo tanto como él lo hacía.
Porque, a pesar de todo, siempre lo elegía a él antes que a nadie. Lee Felix era su ancla, su todo. Y no importaba quién se interpusiera entre ellos, siempre se elegían.
O, al menos, así quería pensarlo.
Respirando con dificultad, Felix aún mantenía la cabeza gacha, fija en el seco pavimento que, gota tras gota, comenzaba a empaparse gracias a la llovizna que apareció de imprevisto.
Temía levantar la mirada y encontrarse con la de Changbin, con la de su mejor amigo, después de su vergonzosa y torpe confesión.Pero tenía que hacerlo. Tenía que encararlo y hacerse responsable de todo, para que entendiera que esto no era una broma, no era parte del fanservice que solían hacer en su grupo de amigos. No. Esto era real.
Reunió el valor necesario y, por fin, se atrevió a mirarlo.En ese momento, deseó jamás haber dicho nada.
La vista de Changbin cruzó con la suya y la sorpresa era palpable en su rostro. Felix trató de acercarse y decir cualquier cosa para remediar la situación y sólo se encontró con la vista de un Changbin evitándolo, mordiendo su labio inferior con preocupación; no sabía cómo actuar sobre todo esto. Changbin había desvíado la mirada, sin decir nada, y Felix sintió su corazón estrechándose un poquito.
- Yo... no sabía que me veías así.
Las palabras salieron casi automáticas, en un susurro lo suficientemente alto para escucharse por sobre la lluvia que a cada minuto tomaba más fuerza.
- Hyung... lo siento y-
- No me gustas. No de esa manera.
Y aquello que siempre temió, las palabras que nunca quiso oír de sus labios se hacían presentes, clavándose en su pecho como mil puñales, atravesando sin pudor su corazón.
- Deberíamos distanciarnos ahora.
- Dijiste que siempre estaríamos juntos, sin importar que pase...
- Pero, sería algo incómodo ahora, ¿No? Digo, es lo mejor. Para ambos.
Felix no podía, o mejor dicho, no quería entender lo que estaba pasando. Todo esto era demasiado y no podía soportarlo. Su mejor amigo estaba dejándolo atrás, aunque prometieron estar juntos siempre, no importa los problemas que tuvieran, ellos serían un equipo. ¿Eran todas esas promesas mentiras?
- Lo siento, Felix.
"No...
Hyung, por favor.
Por favor, no..."- Será mejor que me vaya.
En medio de aquella lluvia torrencial, Felix sólo podía ver la espalda de su hyung desaparecer de su visión, un poco borrosa, por las lágrimas que comenzaron a salir, mezclándose dulce y salado, perdiéndose entre el agua que caía del cielo.
Todavía no podía procesar que todo estuviera pasando, si era una clase de sueño sólo deseaba despertar de una vez.Pero no, esta era la realidad, una realidad que había decidido este final.
Cayó de rodillas al suelo, abrazándose a sí mismo en el frío pavimento, con el corazón roto y la respiración agitada, un grito resonó con fuerza desde lo más profundo de su garganta, sintiendo desgarrarla, acompañado de un fuerte rayo que le cegó la vista. Cerró los ojos por el impacto y el ruido que se ocasionó después.
Solía temer en los días lluviosos, él odiaba las tormentas. Pero ahora ésta había pasado a segundo plano. No podía pensar en nada más, no cuando su cabeza estaba en otra parte.Porque, a pesar de haber sido rechazado, a pesar de haber perdido a su mejor amigo y el amor de su vida, sus pensamientos seguían perteneciendo a un sólo nombre: Seo Changbin.
Abrió los ojos, algo agitado, ya no llovía y el frío se había ido. El calor que desprendía el otro cuerpo lo trajo de vuelta a la realidad y acarició con dulzura los cabellos de aquel que reposaba sobre su regazo. Changbin dormía plácidamente encima suya, ambos, en el sillón de la sala. Recuerda haberse quedado dormido mientras hablaban sobre su reconciliación con Hyunjin.
Suspiró con alivio. Todo había sido un sueño.
O mejor dicho, una pesadilla. Por un segundo creyó que algo así podía pasar en verdad. Observó el rostro durmiente de su amigo, se veía tan tierno de esa forma, no creía que el Changbin del sueño y el real reaccionarán igual. Su Hyung nunca lo dejaría. Quería convencerse de ello.
Aunque de quién realmente tenía miedo no era de Changbin y su reacción. Por supuesto que no. Él se temía a sí mismo. A Lee Felix. Ese Felix que podría llegar a desbordarse y confesar sus verdaderos sentimientos.
- Lo siento, hyung. Yo no puedo decirte como realmente me siento.
Susurró, peinando el flequillo de la frente de su hyung y deteniéndose un segundo en su mejilla, acariciándola lentamente con su pulgar.
- Compartimos todo, pero este... es el único secreto que no puedes saber.
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- B e s t F r i e n d ; Changlix & Changjin
KurzgeschichtenCuando piensas que estás preparado para cualquier cosa, optimista, afrontando todos los obstáculos que la vida te pone en medio, un muro enorme se alza frente a ti, recordándote que no siempre la vida es justa. Eso es lo que sintió al oír sus palab...