Mi Paraíso.

Capitulo 8

No entendía bien que era lo que estaba haciendo en mi casa. Me acerque tratando de no hacer ruido porque aún no había notado mi presencia.

Titubeé un poco antes de hablar.

-Hola, ¿que estas haciendo aquí?

Cuando escuchó mi voz se levantó del sofá como si su vida dependiera de ello.

-Lizzie, estaba pasando por aquí y pensé que... .- Lo pensó por un momento y decidió volver hablar.- ¡Oh, demonios! ¿A quien engaño?... Quería venir a pedirte disculpas, ayer no fue mi mejor día y no me comporte de la mejor forma, si ya no quieres verme respetaré tu decisión pero si me dejas me gustaría enmendar mi error y hacerte ver que aunque no lo parezca, vale la pena conocerme.

¡Rayos! A ningún momento me paso por la cabeza volver a verlo y menos este fin de semana, tenia planeado esconderme en el instituto. Aún no sabia donde pero lo estaba pensando, ¿quizá debajo de las piedras? No me parecía una idea tan mala comparando la vergüenza que sentí ayer.

-No te preocupes, creo que malinterprete tus intenciones, así que la que debería pedir disculpas soy yo.- le dije un poco avergonzada.- Todo esta bien, esto no tiene que afectarnos.

-El caso es que no las malinterpretaste, me gustas y no quiero que pienses lo contrario, pero ayer no estuve muy bien y no tenia ganas de hacer nada. Prometo recompensarte y si quieres volver a salir conmigo haré que sea el mejor día de tu vida.- Dijo entusiasmado.

Me gustaría pensar que esta no es una ilusión, que lo que estoy viviendo es real. Pero talvez es el cansancio que siento el que me esta jugando una mala pasada.

No respondo y me dirijo a la cocina, un poco de agua será suficiente para hacer que mi cerebro vuelva a funcionar y no me haga ver cosas que no son ciertas.

Cuando regresé al salón me sobresalté al ver que sigue en el mismo lugar donde lo dejé. Me froto los ojos en un intento de ver si desaparece, pero no lo hace. Es real.

Maldita. Sea. Es. Real.

Está en mi casa y me acaba de pedir una segunda cita. Huston, tenemos un problema.

No sabia que hacer, no era un secreto que me sentía atraída por Andy, entonces ¿porque me era tan difícil responderle?

Sabia la respuesta, estaba debatiendo conmigo misma, me había prometido olvidarme de los chicos, debía dejarlos en el pasado, pero sabia que no debía catalogar a todos igual, después de todo quien me hirió fue Manuel. Tal vez se merecía una segunda oportunidad.

-Me interesa conocerte, probablemente esté yendo demasiado rápido, pero ya lo dicen ¿no? El que no arriesga no gana. 

Se acercó de golpe al lugar donde yo me encontraba y me abrazó tan fuerte que me pudo haber roto una costilla, son de esos abrazos que aparte de reconfortarte tienen la finalidad de unir todas tus piezas rotas, y vaya que yo estaba rota, mientras me susurro en el oído.

-No te arrepentirás, veras como juntos nos podemos divertir mucho. 

Después de quedar en vernos cuanto antes se fue a su casa porque ya estaba anocheciendo.

Me había olvidado por completo que tenia que pensar que iba a regalar a mi desquiciada mejor amiga, sabia que aparte del regalo debía acompañarla con Erick ya que eso la haría muy feliz y ese era mi principal objetivo para su cumpleaños. 

Me gusta hacer feliz a los demás, sin importar si sus deseos iban por encima de los míos. 

Y como en este caso se trataba de mi mejor amiga, pues lo hacía con mas ganas todavía. 

Sabía que ella ya tenía muchas cosas pero lo que más le hacia feliz a parte de su familia y amigos era el maquillaje. Entonces recordé que varias semanas atrás ella nos había comentado a mi y a Simon que deseaba la nueva paleta de sombras de James Charles.

Pensé en que tienda del centro comercial podria encontrarla o si debería pedirla por linea, aunque no tendría tiempo ya que las entregas tardaban mucho, decidí que lo pensaría mejor al día siguiente con la cabeza despejada, ya que ahora precisamente solo estaba pensando en la propuesta que Andy me hizo. 

La verdad era que me gustaba mucho y que talvez despues del fiasco que me había llevado con Manuel, me iría bien conocer nuevos chicos. 

Me propuse dormir temprano porque sino se me haría muy pesado despertarme, y debía ir temprano a buscar el regalo de Alice. Estaba muy emocionada por su cumpleaños, y quería que todo saliera perfecto. 

Despues de ponerme pijama y cepillarme los dientes cerré los ojos deseando conciliar el sueño, pero cada vez que los cerraba recordaba unos ojos color miel sin saber de quien eran, sus iris eran hipnotizantes, y aunque deseaba ver el resto de su cara, por mas que bajaba la mirada no lograba ver nada mas. 

Dicen que si estas quieta en un mismo lugar por mas de 15 minutos el sueño vendrá a tí, eso fue lo que me sucedió, sin darme cuenta estaba durmiendo como un tronco, sin saber lo que vendría al día siguiente. 

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*Alice en multimedia* :v 

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