Capítulo 1

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Cada día me levantaba, me duchaba, sepillaba mis dientes y corría a tomar el metro para llegar a tiempo a clases, y luego esperaba en la cafetería mientras llegaba la hora de ir a la oficina en la que trabajaba.

Cuando mis padres murieron antes de salir del colegio, debido a problemas económicos tuve que comenzar a trabajar y congelar los dos años que llevaba en la universidad ya que el seguro de mis padres ya no alcanzaba para vivir y estudiar al mismo tiempo, solo alcanzó para dos de los cuatro años de la carrera.

Pospuse mis estudios y comencé a buscar trabajo y a través de contactos de mis padres y amigos llegué a trabajar a R&H Services S.A donde después de cuatro años aún me encontraba trabajando, gracias a la paciencia y comprensión de mi jefe y amigo de mi padre Ronald Wilson.

Luego de dos años retomé mis estudios ya que don Ronald mi jefe me ofreció financiar la mitad de mi carrera siempre y cuando yo trabajara adecuando mis horarios de trabajo y la universidad, y la otra mitad la costeaba con mi salario además de los gastos del piso del edificio donde vivía.

Hasta ahora todo iba bien y cada vez me iba mejor en los estudios.

Llegada la hora de comenzar a trabajar me dirijo al mesón de consultas y atención donde me desempeñaba atendiendo clientes y respondiendo llamadas de clientes menores, un trabajo verdaderamente fácil a simple vista pero a la hora de llegar a casa caía rendida en mi cama hasta el día siguiente. Me senté y deje mis cosas en el cajón que tenia bajo el mesón y al girarme di vuelta un florero que había llegado a recepción sobre el teclado del computador, me golpee mentalmente comprendiendo que hoy no sería un buen día.
- Buenas tardes don Ronald, buenas tardes don Bruno - sonreí de cortesía a mi jefe y su sucesor que acababan de entrar al edificio.
- Buenas tardes Anastasia sonrió amablemente mi jefe - ¿todo listo para la titulación? - asentí.
- Por la tarde Alex te hará llegar un presente de mi parte para celebrar este gran logro, el lunes por la mañana pasa por mi oficina para que hablemos sobre tu futuro en esta compañía - sonrió sin más y entró al elevador.

El amable de su hijo nisiquiera me dirigió la mirada y como me esperaba nisiquiera me saludó, para el los del primer piso somos insignificantes empleados, me volví a sentar en mi escritorio y pensé en las palabras del señor Wilson, ¿que quizo decir con mi futuro en esta compañía? Será que piensa despedirme o quizás quiera comenzar a descontar cada peso que gastó en mis estudios?

Mi día pasó volando hasta la hora de salida, guarde mis cosas y me dispuse a salir a la estación a esperar el metro, al ver que aun había tiempo saqué mis audífonos y me relajé con la música y mis pensamientos.

Al llegar a casa caí rendida sobre mi cama y dormí una larga hora hasta que mi celular vibro retumbando en mi cabeza, abrí los ojos y casi se me sale el corazón al ver de quien era el mensaje.

Annie, Amor Del Bueno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora