Capítulo 11

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Pasaron dos meses y ya casi no tenia pesadillas, la policía ha seguido pistas del paradero de Antony pero es como si se lo hubiera tragado la tierra, el abogado que lleva mi caso, me a dicho que no será fácil dar con él debido a que ya tiene experiencia en esto.

No he podido calmar mis nervios del todo, me sobresalto cada vez que suena el timbre pero recuerdo la seguridad que me da Bruno cada día y la confianza que me hace sentir. Me sorprende el cambio que ha tenido, me estaba acostumbrando a despertar con él a mi lado ya que cada vez que tenía un mal sueño Bruno llegaba de golpe a mi habitación y se quedaba a mi lado para luego de calmarme diciendo que todo estaría bien y que el estaba a mi lado.

Mis heridas habían sanado del todo y ya casi no tenía ningún moretón que no pudiera ocultar con un poco de maquillaje.

Al caer la noche me quede pensando en la cama luego de la cena, esta tarde había estado hablando mucho con Rossy quien a sido mi apoyo todos estos días ya que Bruno no permite que mueva un solo dedo en la casa, a escondidas de él he estado ayudando a Rossy en la cocina y me he vuelto muy buena gracias a todo lo que ella me ha enseñado, le tengo mucho cariño y viceversa.

Luego de dar muchas vueltas en la cama decidí que debía continuar con mi vida ya que no podía dejarme morir por lo que había vivido y dejarme atormentar por eso, me levante decidida y fui muy silenciosa hasta el cuarto de Bruno, toque la puerta y entre al sentir que me decía que pasara.

Estaba tirado sobre su cama y me enrojeci de inmediato al ver que solo estaba con un pantalón corto de pijama y su torso estaba al descubierto, lo observé unos minutos y subí mi vista notando que el me miraba sonriente - ¿te gusta lo que ves? - me dijo y sentí que mi cara explotaria de ardor.

Dudosa decidí seguir y sentarme a la orilla de su cama, pero sentí que el palmeaba a su costado para que me acomodara junto a él, seguí su gesto y apenas llegue a su lado sentí su aroma que tanto me tranquilizaba
- veo que tampoco puedes dormir - dije decidida a comentarle mi decisión.
- creo que extrañaba estar a tu lado y no podía conciliar el sueño pero ahora que estás aquí creo que al fin podré hacerlo - sentí mis mejillas arder nuevamente, sentí que se acomodaba para intentar dormir apegándose más a mi.
- Bruno, he estado pensando en algo y creo que tomé una decisión - dije lo más audible y rápido  que pude.
- que decidiste pequeña - me dijo dando un casto beso en mi sien.
- decidí que ya no puedo seguir atormentandome por lo que sucedió y estoy lista para volver a retomar mi vida, eso implica que debo volver a mi departamento y sinceramente ya me incomoda estar aquí sin hacer nada para compensarte.

Bruno se removió molesto y por su bufido pude notar que le molestó lo que le dije.

- Anastasia entiendo que te sientas lista para volver a retomar tu vida social y laboral pero no voy a permitir que vuelvas a tu departamento y estes sola cada día mientras me vuelvo loco sin saber si llegaste segura y sana al caer la tarde.

- Bruno yo... - me interrumpió y se levanto de la cama observandome.
- realmente no puedo creer que quieras irte de aquí pensando en que eres una molestia para mi.
- no es tan solo e...
- No digas más Anastasia, si quieres volver a tu vida social y laboral te apoyaré pero irte de mi lado no está en discusión y punto.
Frunci el ceño, no podía creer que no pueda respetar mi decisión - entiendo muy bien que estés preocupado por mi pero pasarme a llevar una decisión que ya tomé no creo que pueda aguantarlo, estoy muy agradecida pero no puedes decidir por mi, solo vine a informarte de lo que haré...
- entonces si estas tan segura puedes irte cuando quieras - abrí mis ojos como platos y sin poder creer sus palabras me dispuse a salir de su habitación.

Me levante rápido de la cama y comencé a caminar cuando siento su agarré en mi brazo, me voltee a mirarlo y este tomó mis mejillas entre sus manos y plantó sus labios sobre los míos, al comienzo no le seguí el beso pero me mordió el labio y abrí mi boca para protestar y aprovechó esto para adentrar su lengua en mi boca, su beso era desesperado y sentí un sin fin de sensaciones, le seguí el beso sabiendo que esto no estaba bien pero no quería que se detuviera, el beso se volvió más apasionado cuando comenzó a faltarnos el aire, nos apartamos tratando de recuperar el aire.
Abrí lentamente mis ojos y me encontré con su mirada llena de deseo, de pronto me lancé sobre sus labios nuevamente sorprendiendolo y me siguió el beso.

Me levanto suavemente sin apartarme de él, envolvi mis piernas en su cintura y afirmó mi espalda en la pared, sentí su erección en mi intimidad lo que me hizo soltar un pequeño gemido, besó mi cuello y yo enrrede mis manos en su cabello, me miró buscando mi aprobación y quitó mi pantalón de pijama en un rápido movimiento dejandome solo en bragas, bajo su pantalón quedando en boxer, solté un jadeo y el hizo lo mismo al rozar en mi entrepierna, hizo que lo mirara y me dijo - me vuelves loco Annie - lo besé con todas mis fuerzas y el presionó más fuerte contra mi.

- Que estamos haciendo - logre preguntar cuando bajó sus besos por mi cuello
- No me apartes de ti pequeña - dijo con la voz más ronca de lo normal, dejaba besos y caricias por todo mi cuello, quitó mi bluza y besó mis pechos
De pronto sentí su lejanía, abrí mis ojos y noté preguntando con su mirada si debía continuar, apreté más mis piernas a su cintura en señal de querer tenerlo más cerca si eso era posible - ya no puedo más - fue lo último que pronunció antes de quitar toda prenda que nos quedaba.

Me acomodó en la cama cuidando no lástimarme, comenzó a entrar en mi lo más delicado que pudo y haciendo movimientos controlados, fue intensificando sus movimientos y enterré mis dedos en su espalda - Dios Annie...- pronunció entre jadeos y yo arquee mi espalda, entre caricias y besos fui dejándome llevar por el placer sintiendo que ya estaba al limite lo oigo decir
- pequeña eres completamente mía... - solo eso bastó, un cúmulo de sensaciones se apoderó de mi.
- ¡Brunooo! - susurré

y de pronto exploté junto a él...

Annie, Amor Del Bueno. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora